tag:blogger.com,1999:blog-81519100593247683172024-03-14T09:08:30.013+01:00DOLIENTE Y DE OCCIDENTEMariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.comBlogger343125tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-84707456614629607542024-02-29T08:25:00.008+01:002024-02-29T14:44:00.606+01:00DÍA DE ANDALUCÍA Y EL ARTE DE GREGORIO VALDERRAMA, por Mariví Verdú<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglXJ-qTMH-oQnGUB-R3JNQRhnM55nDst1ripxkw1ZtgmB9hezxQmK4K_yIEjBNhIDXvzJZSCCescASvpmBGE8FDGLyu2xqU9C_Yxz20XEgOI7v56J7xMAE14At-NUesgK2NGyjuEHbNt-IAIeFWPsUzeJZz9Eq9upyG_lbE09IJmGt_gkSDGyk_iR_60g/s1361/gregorio.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglXJ-qTMH-oQnGUB-R3JNQRhnM55nDst1ripxkw1ZtgmB9hezxQmK4K_yIEjBNhIDXvzJZSCCescASvpmBGE8FDGLyu2xqU9C_Yxz20XEgOI7v56J7xMAE14At-NUesgK2NGyjuEHbNt-IAIeFWPsUzeJZz9Eq9upyG_lbE09IJmGt_gkSDGyk_iR_60g/w400-h300/gregorio.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Hay días que merece la pena ser contados, anotados y retratados para revivirlos después en el recuerdo, como el día de ayer. El cartel que conformaba la fiesta del Día de Andalucía, organizado por la Federación Malagueña de Peñas, Centros Culturales y Casas Regionales “La Alcazaba” así lo prometía: Gregorio Valderrama como pregonero y Pedro Gordillo al piano y la dirección artística. Contó con las actuaciones de Sylvia Pantoja, Chaparro de Málaga y Niño de Chaparro, Alexis Molero y la Panda de Verdiales “Amigos del Rincón del Cante de las Castañetas”. Después continuaría el acto institucional con la entrega de banderas a entidades pertenecientes a FEMAPE poniéndole broche final la actuación de la Banda Municipal de Música de Málaga. Sí, amigos, una fiesta por todo lo alto la que celebramos ayer en el Auditorio Edgar Neville de Málaga. <br /></div><div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoYVxgYN-HqajscaH94GW6PXIlfXn7YBnQi8v-iXBFq_wyKgNwNPfCBH5sz8zFSNOf-ZyyvaoM0P1zwCYGmJmQGD6C_VSrR_BeqEKHg1EhOdMx38AIP5KTHOzylNe_m54Z_2-kRqjl5G82BuJ5Iux8pCYPhC-XYkZQWMIuA0oEKScHHbH92NWCPhjLhB0/s1361/gordillo.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoYVxgYN-HqajscaH94GW6PXIlfXn7YBnQi8v-iXBFq_wyKgNwNPfCBH5sz8zFSNOf-ZyyvaoM0P1zwCYGmJmQGD6C_VSrR_BeqEKHg1EhOdMx38AIP5KTHOzylNe_m54Z_2-kRqjl5G82BuJ5Iux8pCYPhC-XYkZQWMIuA0oEKScHHbH92NWCPhjLhB0/w400-h300/gordillo.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Reunirse con amigos siempre es motivo de alegría y ayer, además, fue motivo doble de satisfacción y orgullo al disfrutar el pregón de Gregorio y la música de Pedro Gordillo en presencia de tantos viejos amigos que nos reunimos en su entorno. Gregorio Valderrama, flamenco de estirpe, cantaor y conocedor profundo de los cantes y de la historia del flamenco fue presentado por el pregonero del pasado año, mi querido Rafael Prados. La actuación de Sylvia Pantoja dio comienzo con el Himno de Andalucía y el auditorio al completo en pié y emocionado. Adelantó algunos títulos de su siguiente disco (espero por su bien que se aprenda la letra de Pena, penita, pena) y continuó con la puesta en escena de Alexis Molero que nos cantó un precioso pasodoble titulado Mi tierra”, con letra de Gregorio Valderrama y acompañado al piano por Pedro Gordillo. Una canción que se pega al oído, un regalo. Los Chaparro nos hicieron una tanda de fandangos dando muestras una vez más del arte familiar y Gregorio y Pedro nos regalaron “Andalucía la que divierte”, de Suero y Távora; nos trajo como presente la voz de su tío Juanito Valderrama con el Romance del cante jondo, de Julián Sánchez Prieto, con la guitarra de Ramón Montoya, una joya de 1942 para los aficionados y nos deleitó con su “Romancillo del Pericón" (Jácara al aire andaluz), un recital entre versos y coplas que nos hizo reír y emocionarnos poniendo con su romance a todo el público en pié y roto en aplausos.<br /></div></div><div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9xjytH9dIY9KxMc_LGIAYwupLSyL_WU8UBjcncVT9r1wLsJ0Qyl1KZ2qhKr3xoRg2wgHT3VJeSiSs2-ERdD5rsUxDHjaVfqogf71konZd6ARLRXnA8MyChpgi2gF_ABuMVp7D9ou9sIO6NtJqsMIyvY6fOEFJfLwlhUmPUacjYbMp4jVtv3-S5jrA8Ow/s1361/montiel.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9xjytH9dIY9KxMc_LGIAYwupLSyL_WU8UBjcncVT9r1wLsJ0Qyl1KZ2qhKr3xoRg2wgHT3VJeSiSs2-ERdD5rsUxDHjaVfqogf71konZd6ARLRXnA8MyChpgi2gF_ABuMVp7D9ou9sIO6NtJqsMIyvY6fOEFJfLwlhUmPUacjYbMp4jVtv3-S5jrA8Ow/w400-h300/montiel.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Tuve la suerte de haber oído esos versos de Gregorio en petit comité, delante de unos platos de jamón y lomo en manteca en nuestro rincón flamenco y he de decir que aún los disfruté más ayer en el teatro. Gregorio estuvo espléndido, generoso, improvisó versos necesarios, todo un artista en la más honda dimensión de la palabra. Y para terminar su actuación dio paso a nuestros queridos amigos de la panda “Amigos del Rincón del Cante de las Castañetas” que hicieron coplillas del himno con el arte y la compenetración que les caracteriza. Con ello concluyó la parte artística del acto para continuar con la parte institucional, entrega de placas, recordatorios de su paso por escena a los artistas mencionados, de banderas de Andalucía a diferente entidades y la intervención de la Banda Municipal de Música de Málaga interpretando los himnos andaluz y nacional. <br /></div></div><div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJxR8nzqZP9K6GqAVld6AzSAm67NOM4FqBlzUH8FlNRtnb9cARbNlGHYUIssZ7wwhHhpqEYXWJFuTwDGQFPidCgaza7Ju4HquPHb50yRqeJVdkdYQAyphL2jrN6RGEmDxAAR4UyvKbkkRruwyFlQN_truHrUeDc7BUf43dGVRWnZ0H1Y5vultQ9SVFPNs/s1361/IMG_20240228_132644_553w.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJxR8nzqZP9K6GqAVld6AzSAm67NOM4FqBlzUH8FlNRtnb9cARbNlGHYUIssZ7wwhHhpqEYXWJFuTwDGQFPidCgaza7Ju4HquPHb50yRqeJVdkdYQAyphL2jrN6RGEmDxAAR4UyvKbkkRruwyFlQN_truHrUeDc7BUf43dGVRWnZ0H1Y5vultQ9SVFPNs/w400-h300/IMG_20240228_132644_553w.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Me sentí feliz por tantas cosas... mi amigo Salvador Pendón me esperaba con un regalo: su libro “A quién le cantaré yo” que venía con una preciosa dedicatoria; me acompañaron mis compañeros de curso UMA+55: Antonia Romero, Susana Gemas, Lola López, Antonia Puertas y Pepe Aguilera) y dos del colegio de básica: Carmen Toro (amigas desde 1964 hasta la fecha) y Raquel. Fue una alegría al finalizar el acto encontrarme con mi amigo Joaquín Cabello y poder abrazar a otros grandes y viejos amigos como Rafael Prado y Pedro Gordillo y sus respectivas esposas o la Familia Chaparro al completo. Me gustó conocer y felicitar a Alexis Molero y besar y abrazar a mi querido Antonio Montiel con quien siempre es un placer encontrarme. Y qué decir del abrazo y felicitación a mi amigo Gregorio Valderrama al que, henchido de emoción, le dije el regalo que supuso su magnífico pregón para todos y especialmente para quien como yo ha venido a este mundo a aprender de aquel que sabe más y ayer Gregorio nos dio una magnífica lección a todos de lo que es y significa el arte.<br /></div></div><div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTpBEtdTgpDWAzSUeqUG8YZ4_XjvZEVR74qq7AOWIzcNld_tCJ8U99KCyiat-BehDuVxHVTOgLBWyXaLDEe0PVTVZ6s3zKDh6FvwZAX5-Z30Qu-6fmgSZxC5hns6dzyA1u88vd8bWjeWlJDoAfTEL6os63AQjs07QJcZNlGbzqz58gWKjEK-C_NREeHK8/s1531/panda.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1531" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTpBEtdTgpDWAzSUeqUG8YZ4_XjvZEVR74qq7AOWIzcNld_tCJ8U99KCyiat-BehDuVxHVTOgLBWyXaLDEe0PVTVZ6s3zKDh6FvwZAX5-Z30Qu-6fmgSZxC5hns6dzyA1u88vd8bWjeWlJDoAfTEL6os63AQjs07QJcZNlGbzqz58gWKjEK-C_NREeHK8/w400-h266/panda.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Está amaneciendo y todo lo he escrito de memoria y de corazón. Puede que me haya fallado algo la primera, pero el corazón seguro que no. El Garitón ya se ha llenado de una luz dorada que bien vale para ponerse pilas. Días como el de ayer son irrepetibles, todos lo son, pero el de ayer es día para recordar. La visita de una amiga, Antonia Romero, que me acompañó en una tarde de mantita y película. De ayer también nace el compromiso de colaboración de mi amigo Rafael Alvarado para ilustrar mi libro de poemas “De Dios y de su falta”, versos que saldrán a la luz próximamente, y para acabar el día disfruté una videollamada de los míos que me llenó de paz el corazón. ¿Se puede pedir más para un Día de Andalucía?</div></div><div><br />*Gracias a todos los amigos que me han cedido sus fotos para ilustrar esta crónica. Por cierto, el verso que le faltó a Sylvia en la copla dice: </div><div>"Es lo mismo que un nublado de y pedernal... (...)<br aria-hidden="true" style="background-color: white; color: #4d5156; font-family: Roboto, "Helvetica Neue", Arial, sans-serif; font-size: 14px; max-height: 999999px;" /><p></p></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-33361341887445394172024-02-16T12:21:00.012+01:002024-02-17T04:24:37.236+01:00SALVADA POR LA MÚSICA Y LOS ALMENDROS, por Mariví Verdú<p style="text-align: left;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwqNAVRkteAkMDB-j3pg6pKJZk-WXSOB9zgQsOVIbNpNz2IKav2xRay9669EKtbwBK6Bum04EZSLXSZa1biin3T2B8sbzkNSPFA0u1uVdPe5g1VMO-7kHbRh5GW8JyenAov1-IX0gcQQMSfrLE6tRpxd1HOiFkBOHeo6CJ_7WzwMH5TR19wJQnIjmkLlQ/s1209/IMG_20240214_1w.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="680" data-original-width="1209" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwqNAVRkteAkMDB-j3pg6pKJZk-WXSOB9zgQsOVIbNpNz2IKav2xRay9669EKtbwBK6Bum04EZSLXSZa1biin3T2B8sbzkNSPFA0u1uVdPe5g1VMO-7kHbRh5GW8JyenAov1-IX0gcQQMSfrLE6tRpxd1HOiFkBOHeo6CJ_7WzwMH5TR19wJQnIjmkLlQ/w400-h225/IMG_20240214_1w.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Ayer asistí a lo que hubiera podido ser un suicidio, de no ser por la música. A punto estuve de meter chillidos. O de cortarme las venas, éstas que cada día son más azules y más dilatadas, pero lo dejaré para otra ocasión más íntima. Y es que ayer me pareció una tarde lastimosa: no se tecleó ningún misterio. ¿Dónde se quedó anoche la poesía que no acudió a su cita bajo las estrellas? Y mirad que cerré los ojos para buscarla estando lo más atenta posible a las palabras, alerta entre frase y frase, esperando encontrarla en el monólogo donde se hablaba de todo menos de ella, con ella o para ella. Cerré los ojos porque la presencia del público que acudió a la biblioteca no quería que me distrajese, pero no vino, anoche no vino la poesía, ni con Pablo García ni con nadie. Solo a la vuelta, cuando la foto que os comparto, con los almendros. Todo está consumado. Las hojas muertas me salvaron la vida en la extinguida mañana de carnaval. Sola la música me llevó sobre el arco iris en la magia de Oz. Solo la música, sí, ella y su aire me salvaron la vida. Gracias a Pablo García Trío.<br /><br />Por día que pasa me siento más desconectada del mundo, más irascible y crítica, más perdida en este absurdo teatro -a veces institucional- en el que lo hemos convertido. Ayer hubiese preferido una pantomima: mejor un mimo que un fiasco. Y me pregunto ¿Que criterio siguen estos seres privilegiados que organizan y manipulan el dinero público para programar actos literarios? ¿Quién escoge a los autores? Mi desconfianza es total ante estos personajes que manejan y protagonizan la cultura. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Tengo la sensación de haber entrado en bucle, de vivir en un déjà vu donde suelo imitarme. Y puede que sea porque he escrito tanto, sobre tantas cosas durante tantas madrugadas, tardes y noches de mi vida... Sin editor alguno, entregando el corazón y la palabra con la generosidad del creador a toda la humanidad que me encuentra por las redes. Sí amigos, he dedicado más de media vida a expresar mi particular visión del mundo, mi pensamiento crítico, mi prosa -casi siempre poética-; he volcado mi imaginación en cuentos y relatos, mis sentimientos en poesía, mi vida en palabras. Sé de lo que hablo y la poesía no vino anoche.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Hablo de poesía porque sé de lo que hablo, del profundo respeto que me causa la más bella manifestación literaria y del tiempo que he dedicado a perseguirla, a reconocerla, a vibrar con su ritmo, con los rasgos de su particular lenguaje. A conseguirla. A poner todos mis sentimientos en buscar la belleza y la música, la voz propia, singular y, por ende, común a todos los poetas. Ayer me di cuenta de que no era el momento ni el lugar para perder mi tiempo y me vine con ganas de llorar.</div><div style="text-align: justify;"><br />Hace mucho, exactamente dieciséis años, escribí un artículo al que di por titulo <a href="https://dolienteydeoccidente.blogspot.com/2011/01/doliente-y-de-occidente-la-proxima.html"> “La próxima sombra”</a> Hoy, mientras escribía, se me vino a la cabeza la frase con la que lo rematé y decía: Hace mucho que lo sé, que vivimos en el reino de las sombras. Y suelto veneno por la boca de tanto que me han inoculado. Por eso, la poesía, oh bello encubrimiento, se ha vuelto tan terca a mis sentidos. Sin palabras de amor la vida es nada. La razón poética, aquella que daba nombre a las nubes, se ha vuelto contra mí como el invierno. Poco ayuda a vivir la observación del mundo que hemos hecho. Cada día soy más salvaje, mucho más animal y primitiva. Pronto habrá que dedicarse a Dios. O al canibalismo. <br /><br />Por cierto, “<a href="https://youtu.be/PSZxmZmBfnU?feature=shared">Over de Rainbow</a>” tiene autor, un poeta llamado Edgar Yipsel Harburg. Un poema al que puso música el compositor Harold Arlen resultando así una canción fantástica y oscarizada en 1939, mientras aquí llorábamos a nuestros muertos en la guerra incivil.<br /><br />En un día gris de febrero, desde El Garitón cubierto por nieves de almendro, Mariví Verdú</div><p></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-50059098425016466652024-02-04T06:32:00.007+01:002024-02-04T07:17:06.713+01:00EN LA VERDE OLIVA CANTA, por Mariví Verdú<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimn-iiz9YgA6be7jUI0OkDESihFZQoFR0HjGpj4j2EnYWzh73859fFSC59wzghFMz5V8SMgbGw4AjtMF81qS5K3JgvrfZbhZxUo1h1oDR_cjwdDtpaxWmtMH2HwdN3gdnPdaoUpzC05DgB0_PkXGnX__M2aVhNi_2Or63WH0fqbRvDc7cGFlK6zHOr89A/s1361/IMG_4346ww.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimn-iiz9YgA6be7jUI0OkDESihFZQoFR0HjGpj4j2EnYWzh73859fFSC59wzghFMz5V8SMgbGw4AjtMF81qS5K3JgvrfZbhZxUo1h1oDR_cjwdDtpaxWmtMH2HwdN3gdnPdaoUpzC05DgB0_PkXGnX__M2aVhNi_2Or63WH0fqbRvDc7cGFlK6zHOr89A/w400-h300/IMG_4346ww.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Ayer tarde tuve la afortunada decisión de dejar por un rato mi reposo y asistir a un acto que se celebraba en la peña flamenca “Torre del Cante”: la presentación del libro <b><i>A quién le contaré yo...</i></b> de Salvador Pendón. Se intuía interesante, dada la trayectoria de su autor y su dedicación al Flamenco y los Verdiales. Quería ver y oír también a dos jóvenes viejos amigos: Alberto Torres y Ríos Cabrillana, dos artistas a los que me volvía a encontrar después de muchos años y que ilustrarían con cante y toque las letras que se desgranarían durante el acto.<br /></div><div><div style="text-align: justify;"><br />La cita fue a las cinco y media de la tarde y allí estuve, de las primeras en llegar. Saludé a todos los amigos y conocidos, subí despacito la gran escalera que lleva al salón de actos y allí esperé hasta que subieron todos junto a las autoridades de mi pueblo, dando así comienzo la actividad esperada. Después de la intervención de María Donaire, hija de Antonio, presidente de la entidad, que dio a todos la bienvenida a la peña, de la presentación que nuestro alcalde Joaquín Villanova hizo de Salvador Pendón, llena de agradecimientos y admiración personal, y de las palabras de nuestro diputado de Cultura Manuel López, comenzó la magistral intervención del autor, una amena exposición llena de verdaderos hallazgos, anécdotas y datos interesantísimos -los que solo en este libro pueden encontrar- y el concierto flamenco que acompañaba a cada letra citada y anteriormente comentada.</div><div style="text-align: justify;"><b><i><br />A quién le contaré yo...</i></b> es un cuidado inventario material y espiritual de los cancioneros españoles del siglo XIX, fruto de la investigación exigente y rigurosa de Salvador Pendón. En él reivindica algo que me interesa sobremanera y es el lugar que le otorga a la lírica popular anónima, justo motivo que ha dado sentido también a todo mi trabajo literario y a mi modesta aportación como investigadora: devolverle el lugar de honor que merece a la palabra cantada, recordada y escrita y el protagonismo que por justicia le corresponde a sus anónimos creadores, conservadores y, como es en este caso, estudiosos que dedican su tiempo y su maestría a dejarlo todo bien ordenado en un libro imprescindible. Es el segundo de lo que será una trilogía compuesta por <i><b>Si quieres que yo te cante</b></i> y que acabará con <i><b>Ni la fuente más risueña</b></i> que ya está a punto de salir a la luz. Todos ellos han contado con el respaldo y la colaboración de la Diputación de Málaga y su centro de ediciones.<br /></div><div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-M22n_weeVupuQsiQn-PVfVJXbdj-FpbgRlnqgU1KCL7XbTXXL8D4WYYroe5iNq8gpJSVWo9ZV9i55iPTTOtBUfqv5Rs-sVI1Dh4BSyIAvch0T1DMWKOr_LRP4CN2fkOe7OUQiouqY5g-GeFbsEF-gwbGnXsXF8VVNuvPymOQB-eJuRBFV5Tuzn7In5o/s1361/IMG_20240203w.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-M22n_weeVupuQsiQn-PVfVJXbdj-FpbgRlnqgU1KCL7XbTXXL8D4WYYroe5iNq8gpJSVWo9ZV9i55iPTTOtBUfqv5Rs-sVI1Dh4BSyIAvch0T1DMWKOr_LRP4CN2fkOe7OUQiouqY5g-GeFbsEF-gwbGnXsXF8VVNuvPymOQB-eJuRBFV5Tuzn7In5o/w400-h300/IMG_20240203w.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Solo puedo desde aquí dar las gracias a los tres protagonistas de la tarde, a Salvador Pendón por enriquecernos con su trabajo, por hacernos partícipes de sus conocimientos y regalarnos el acceso a datos e historias que prenderán la llama en las nuevas generaciones de investigadores haciéndoles más fácil el camino. Gracias por su generosidad. Y a Juan Francisco Ríos Cabrillana por haberse tomado tan en serio desde chico su profesión de cantaor de flamenco y por habernos ilustrado con su voz limpia las oportunas coplas antiguas que tanto nos han emocionado. Agradecer también a Alberto Torres su toque depurado y preciso y que asistiera acompañado de dos preciosidades: su hija Carmen y su esposa Lidia a quienes tuve el gusto de conocer. De su niña, de tan solo cuatro meses, me guardo la sonrisa tan preciosa que me echó. Toda la magia de la tarde se puede resumir en ella. <br /><br />El acto fue todo un éxito, con un lleno absoluto, inusual para una tarde de sábado, y un final muy espléndido ya que se les obsequió a los asistentes con un ejemplar del libro y Salvador estuvo dispuesto a dedicarlo a quienes quisieron llevar su firma de recuerdo. Antes de despedirnos con besos y abrazos, nos quedamos un rato en la peña alargando tan grato momento. Quiero destacar a varias personas entre los asistentes: a Juan Moreno, presidente de mi peña Rincón del Cante de Las Castañetas y a varios socios, entre ellos a su hermano José María; a los concejales de Cultura y del Mayor, Andrés García y Miguel Pacheco, a algunos representantes del mundo de la Fiesta, entre los que nombro a Ramón Santamaría, alcalde la panda Raíces de Málaga y a María Elena Pino “La Cuqui”. Y cómo no a mis buenos amigos Salvador Rodríguez y Juani Soler.</div><div style="text-align: justify;"><br />Gracias, Salvador, por ofrecernos el fruto de tu trabajo, dos años de investigación, de dedicación, de cariño y pasión por este mundo que nos une en el tiempo y la afición. Y gracias a la vida que me deja disfrutar momentos como éste.<br /><br />Desde El Garitón, aprovechando un insomnio lúcido y productivo, aún con el eco bellísimo y triste de la copla: <br /></div></div><div><i>En la verde oliva canta, <br />que canta en la verde oliva... <br />¿Qué pájaro será aquel <br />que canta en la verde oliva? <br />Corre y dile que se calle <br />que su cante me lastima. </i><br /><br />Por cierto, qué bonito el romance que la contiene y qué interesante. Lean el libro.<br />Con admiración, Mariví Verdú<br /><br /><p></p></div></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-91682576071877444372024-01-21T10:51:00.002+01:002024-01-24T11:14:11.178+01:00MEZQUITA FUNERARIA DE CALLE AGUA. A LA MEMORIA DE ACHOUR AICHA, MADRE DE AHMED LARINOUNA, por Mariví Verdú<p style="text-align: left;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzEDCHP9uIIVada_lAXKdBbq_qmuriIawx6FA3COJ4_GSnuHc9FqTrc5V3op8DRaka8YlfQxhyphenhyphenxAkAvqySCMXWz-WYXSwbSES4RAUf9jUr85uNkrv8xQWmML0fY7gT6GHXh6cNEUHnDv0dUQs5pdwJUHyHX_0GbWAmwhi1wqQa7NvR3kTeCgyy8ZOeaSk/s1361/IMG_20240121_171504_012w.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzEDCHP9uIIVada_lAXKdBbq_qmuriIawx6FA3COJ4_GSnuHc9FqTrc5V3op8DRaka8YlfQxhyphenhyphenxAkAvqySCMXWz-WYXSwbSES4RAUf9jUr85uNkrv8xQWmML0fY7gT6GHXh6cNEUHnDv0dUQs5pdwJUHyHX_0GbWAmwhi1wqQa7NvR3kTeCgyy8ZOeaSk/w400-h300/IMG_20240121_171504_012w.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">El pasado doce de enero, gracias a la invitación de la profesora Carmen Íñiguez que atendió la visita, estuve con mis compañeros de UMA en el enclave arqueológico “Mezquitas Funerarias de Málaga”. Un lugar que desconocía a pesar de la vinculación que me une al nombre de su ubicación y mi amor por todo lo malagueño. Me pareció tan interesante que volví el pasado domingo porque quería compartir el descubrimiento con mis amigos UMANOS con los que comparto inquietudes y suelo salir de excursión, de almuerzos y de rutas de senderismo. Como la entrada tiene un número máximo de asistentes, no pude realizarla con todos los componentes del grupo. De todas formas, quien quiera ir, que busque en Internet la página, poniendo “Mezquitas Funerarias de Málaga” y podrán leer al respecto, contactar y reservar una visita.<br /><br /><div style="text-align: justify;">En el número 22 de Calle Agua, donde la ermita del Rescate, casi al final de Calle Victoria a la derecha, se conservan dos mezquitas funerarias y un mausoleo del periodo almohade. Dichas construcciones se datan entre los siglos XII y XIII y formaban parte de la necrópolis de Yabal Faruh, cementerio de la Málaga islámica, que desde el siglo X hasta la conquista de los Reyes Católicos estuvo en uso. Durante cinco siglos se usó y fue creciendo, tanto en extensión como en densidad de enterramientos, hasta alcanzar una superficie que se desplegaba desde las inmediaciones de la Puerta de Granada hasta Calle Agua y desde la ladera de Gibralfaro (nombre que proviene del árabe Yabal Faruh) hasta El Ejido. <br /><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibM26TiIEu2zgiEsXHI4XoysBQk9gbwrz4Ksaks1TMLVsf8DfDKk5G5Km2V01HyLVfybE8gk7DZatwr3GQ0RsdA4Ddxlzh92s6CwIlJVtUsmBXIh8KmNwSvzuQ_q977AMKQEAXNorcAlmxJfZzZI2WTar8BTUqTp_FRrTaBZiSfaFaDSSO80pnFqnJ_Pc/s1361/IMG_20240112_115114_634w.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibM26TiIEu2zgiEsXHI4XoysBQk9gbwrz4Ksaks1TMLVsf8DfDKk5G5Km2V01HyLVfybE8gk7DZatwr3GQ0RsdA4Ddxlzh92s6CwIlJVtUsmBXIh8KmNwSvzuQ_q977AMKQEAXNorcAlmxJfZzZI2WTar8BTUqTp_FRrTaBZiSfaFaDSSO80pnFqnJ_Pc/w400-h300/IMG_20240112_115114_634w.jpg" width="400" /></a></div><br />Aunque tomé algunas notas de cuanto Carmen Íniguez fue contándonos al respecto, he recurrido a esta página que nos ofrece la Junta de Andalucía para ampliar la información que mi retentiva no pudo memorizar. Resume perfectamente los puntos más importantes que nuestra profesora nos contó como que<i> las mezquitas son únicas en su género y que su descubrimiento a principios de los 90, supuso la primera constatación del uso de estos edificios como recinto de numerosos enterramientos dentro de un cementerio público, caso del que no se conocen más ejemplos en al-Andalus. Se construyeron con materiales sencillos, muros de mampostería y tapial enlucido con estuco ocre, sin ningún tipo de cimentación. Responde al tipo más simple de mezquita andalusí, con una sola nave de planta casi cuadrada y tan solo definida por el nicho del mihrab en el centro del muro de la qibla, que marca la orientación a La Meca y, por tanto, de los enterramientos. La singularidad y trascendencia en el mundo andalusí que representan estas estructuras, sobre todo las mezquitas, propiciaron su conservación in situ y que la Junta de Andalucía adquiriera los bajos del edificio de viviendas en el que se localizan. <br />Dada su importancia patrimonial se inscribieron en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Zona Arqueológica, en el año 2007.</i><br /></div></div><p style="text-align: justify;"></p><p style="text-align: justify;">Hoy quiero compartir este descubrimiento con todos mis lectores y añadir a la experiencia una reflexión que hice dentro del recinto en la segunda visita, recordando a mi buen amigo Ahmed Larinouna que acababa de perder a su madre el pasado día 17, Achour Aicha, de Blida (Argelia), por lo que se lo dedico a su descanso y a su paz.<br /><br />Es 21 de enero. Estoy dentro del espacio sagrado de la Mezquita Funeraria de Málaga, en su necrópolis, escribiendo bajo la tenue luz que ilumina los restos arqueológicos donde se siente el paso del tiempo que no el silencio que lo rodea todo y será el mismo que fuera por entonces. No sé si cabe mi poesía en esta historia de antiguas muertes pero siempre cupo en el silencio. Y a ello me dispongo, entregada a divagaciones, con mis cinco sentidos puestos en los hombres y mujeres que aquí yacen, los que amaron y murieron esperando el paraíso.<br /><br />Podría ser una simple observadora pero vengo llena de letanías y de lágrimas a buscar en el polvo la historia de los míos, la del hombre perdido entre su corazón y el vacío, muerto de miedo ante su innata soledad, la que desquicia tanto y hace mirar a las estrellas con esperanza de vida eterna. Buscando un dueño único y todopoderoso que tenga piedad de él. Por estas cosas, cuando voy a un cementerio, da igual el credo al que pertenezcan sus moradores, suelo ir con respeto mientras experimento la sensación de paz que el silencio de los recintos me presta, el mismo que me sirve de excipiente para el pensamiento y de referente para el futuro que me espera y que no dista absolutamente nada del que tuvieron los primeros hombres que lloraron al sentir la inmensa orfandad humana o los que prefirieron buscar una fe para no morir del todo. Todos soy yo, yo misma. En mí vive la incógnita y en mi queda la flor de la esperanza. <br /><br />No ha cambiado el dolor de las despedidas desde que caminamos erguidos y nos multiplicamos. Desde que experimentamos ser dueños de algo que llamamos vida o encontramos nuestro parecido en unos ojos de niño recién nacido del que su olor nos resulta propio. Las fronteras, las tierras conquistadas, los clanes, las religiones pusieron limites entre nosotros desde la creación, desde que estamos aquí, junto a los ríos, en sus desembocaduras, buscando el sustento con trabajo, sudando los veranos, abrigándonos del frío, cobijándonos de la lluvia, doblegando a la naturaleza, temerosos ante el rayo, la noche y la fiebre, ante las fieras entre las que ya casi nos contamos de no ser por el culto a la duda abierta ante la muerte.<br /><br />Después de siete u ocho siglos, el agua sigue corriendo bajo mis pies dejándome a su paso una vieja esperanza de abluciones. Y aquí estoy, despierta aún bajo mis canas, con los ojos cansados de llorar y asombrados de belleza, mirando vuestros restos con las manos tendidas y el corazón abierto. Porque dormís aquí, bajo unas lajas, tumbados sobre el lado derecho y mirando a La Meca, mitad polvo y mitad protagonistas de la historia, mientras yo sigo escribiendo, recordando lo bello y buscando entre muertos las flores del árbol de la vida.<br /><br />De reposo por una temporada, en El Garitón, en mitad de un campo que me obliga al agradecimiento y acompañando en el sentimiento a mí querido amigo Ahmed Larinouna, Mariví Verdú<br /></p><p style="text-align: left;"><br /></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-71875942162410452642024-01-21T09:15:00.004+01:002024-01-21T09:23:22.612+01:00EL DUENDE LLEGÓ POR LA TARDE, por Mariví Verdú<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv04Mh4zGbFIKVTyYjLoJhMZxA9a9DCckA5z9V2QVmUj2aP1gEjlTiMCrl5sgbcmYIjUOVmZuRTtDxKUvLjNCROEsStd5znCY6w_zdN_dy6sTp1k_ENUgam-J-lGC_9-YcfjZVQapFUTSFcQC98WG9IoeH9ClNn7q3A56CDDfncDErJlCVgaG5NsDKVJA/s1361/Screenshot_20240121-091031.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv04Mh4zGbFIKVTyYjLoJhMZxA9a9DCckA5z9V2QVmUj2aP1gEjlTiMCrl5sgbcmYIjUOVmZuRTtDxKUvLjNCROEsStd5znCY6w_zdN_dy6sTp1k_ENUgam-J-lGC_9-YcfjZVQapFUTSFcQC98WG9IoeH9ClNn7q3A56CDDfncDErJlCVgaG5NsDKVJA/s320/Screenshot_20240121-091031.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;">Ayer tomé una buena decisión. Pensé que el dolor de mis rodillas sería el mismo en mi casa que en mi otro rinconcito preferido: el Rincón del Cante de las Castañetas. El atractivo que ayer hizo posible la cita de todos nosotros fue la actuación de Ezequiel Benítez y Paco León. Arte puro. Un lujo al que hubo que sumar el que siempre atesora y dignifica a mi peña, o sea, la afición de sus socios, el buen hacer de su directiva, encabezada por su presidente Juan Moreno; el calor de la amistad -que tanto acompaña- y las buenas comidas que compartimos. El arroz de ayer, elaborado por José Juan, estuvo exquisito. El ambiente, como en todas las reuniones de cabales, cordial.<br /><br />Mirando a mi alrededor, viendo el lleno absoluto de una entidad sencilla y entregada al flamenco, verdialera, que sabe estar y escuchar, que sabe distinguir, tuve la ocasión de saludar al presidente de la Peña Juan Breva, Luis Luque (otra peña muy querida por mí en la que participé con todo mi corazón junto a Eugenio Chicano en la organización de su 50 Aniversario). Me dio mucha alegría su visita así como la de su hermano Victor y la del socio fundador Salvador Pendón que presento a los artistas.<br /></div><div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTUIODdQIGlnrhVsxdq5MelN4AmVsK2z4cUxqNgMOp4oT2ievmN42pA72H435dx0SUHyvJcQ8FWFGzYCpJZAjgRKUlPxw0fnwQzFDKC4-TvMw51HfLOIo1Dnj9duFdU4tnWKiD8YY_WsMOvFoA5n5bTA8nov8mQqZZU0SoW4OYtPKgaYiXuAYtYK0T7-Y/s1361/Screenshot_20240121-090902.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTUIODdQIGlnrhVsxdq5MelN4AmVsK2z4cUxqNgMOp4oT2ievmN42pA72H435dx0SUHyvJcQ8FWFGzYCpJZAjgRKUlPxw0fnwQzFDKC4-TvMw51HfLOIo1Dnj9duFdU4tnWKiD8YY_WsMOvFoA5n5bTA8nov8mQqZZU0SoW4OYtPKgaYiXuAYtYK0T7-Y/s320/Screenshot_20240121-090902.jpg" width="320" /></a></div><p style="text-align: justify;">A Ezequiel Benítez lo conocí en el festival flamenco de mi pueblo y me conquistó. A Paco León lo conocí en mi peña acompañando a Caracolillo de Cádiz. Y me enamoró. Ayer, dulcemente, me partieron los dos el corazón. Lo que gana el flamenco sin micro, cercano, en comunión de emociones... Tuvieron una actuación soberbia, formidable, única. El silencio de los asistentes fue total. El recorrido de Ezequiel por palos como tientos, soleá de Triana, alegrías, malagueña, fandangos, cantes de la trilla y seguiriyas nos puso tierna el alma y a más de uno le nacieron lágrimas en los ojos. Su cante y sus letras, propias, suyas, hijas de sus sentimientos, nos traspasaron. Gracias por haberse acordado de nuestro querido Manuel Alcántara en una de sus soleares. El toque de Paco fue tan sincero y fiel, tan lleno de talento en esa perfecta armonía con el cante que se singulariza. Sus falsetas, medidas y oportunas, fueron aplaudidas en reconocimiento a tanta maestría. Para despedirnos, nos regalaron unas bulerías que hizo levantarnos a todos de la silla y volcarnos en aplausos. <br /><br />Decía Lorca que el duende había que despertarlo en las últimas habitaciones de la sangre. Hablaba de soníos negros en las hondonadas de su alma poética. Quién soy yo para rebatir lo que su sabiduría nos dejó, sin embargo creo que el duende no necesita ser negro, ni blanco, ni hondo, ni que sean las tres de la mañana. Es verdad que no se le ve todos los días, es algo difícil de encontrar, un hallazgo, algo que ocurre cuando la magia nos rodea... Pues ayer vino a vernos sin tener que hacer demasiados esfuerzos. Se nos apareció por la tarde mientras fuera llovía. Fue un obsequio, un regalo, una parada del tiempo en ese espacio pequeño y acogedor que ayer cobijó a Ezequiel y a Paco, que nos reunió a todos nosotros. Y fue posible el momento, un hecho auténtico de arte, porque estaban presentes la sabiduría y la inspiración, porque se juntó el cielo y la tierra en un pequeño punto del mapa situado en Las Castañetas. Sí, fue de día y en un rincón muy flamenco donde tuvo lugar el milagro, donde todos pudimos sentir la presencia del duende. esa que se recuerda más nítida y honda con el paso del tiempo. Gracias.</p><p><br />Todavía emocionada y agradecida, desde este Garitón donde se oye la voz de Ezequiel Benítez esta mañana de enero, Mariví Verdú</p><p>*Gracias, José María Moreno, por el video tan bonito que has hecho. <br /><br /></p></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-46802196884692000772024-01-19T15:49:00.003+01:002024-01-19T18:09:07.181+01:00EL LIMBO DE LOS TEXTOS Ó TRAS EL APAGÓN, por Mariví Verdú<p style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxgnPRhuJcxbBW0DWKGex_JG0V0lPg-SHMr5CYzRwY85-5UoyPO6Vx2hD2q1Se_syOH9QIWZQyiBhEjns9sMgmi03yQhKrmPR-5HfZSiRySHfhqW1UCmBd4uSmjwxT1t4ZeO-GGpQH5uJomv6tQZ2DWFYbqTSPsYW_7c7rt0BgCFJRxPKZuhJAPjT1euo/s3888/IMG_1990w.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2592" data-original-width="3888" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxgnPRhuJcxbBW0DWKGex_JG0V0lPg-SHMr5CYzRwY85-5UoyPO6Vx2hD2q1Se_syOH9QIWZQyiBhEjns9sMgmi03yQhKrmPR-5HfZSiRySHfhqW1UCmBd4uSmjwxT1t4ZeO-GGpQH5uJomv6tQZ2DWFYbqTSPsYW_7c7rt0BgCFJRxPKZuhJAPjT1euo/s320/IMG_1990w.jpg" width="320" /></a>Un acto tan cotidiano como despertarse, tan desapercibido, tan normal para la mayoría -a veces hasta mal recibido por lo dormilones-, tan poco agradecido por casi todos y aceptado como algo natural a lo que tuviéramos un derecho eterno, es un presente de valor incalculable, una extrañeza digna de reflexión. En mi caso, con siete largas décadas sobre mis rodillas y mis pies, está empezando a ser un milagro. Pero siempre lo fue. Pasar del sueño a la conciencia, habitual trance de muerte a vida, de noche a día, de una luminosa oscuridad ávida de estrellas a una claridad que las difumina, no puede ser otra cosa más que un milagro. Espero al sol cada mañana hasta que se levanta por el cielo como fiel enamorada, mientras agradezco la inestimable presencia de la luz. Y cuando todo recupera su color, abro con emoción mi lienzo en blanco para escribir el nuevo día, oh papel pautado donde dejo canciones, armonías y aleluyas de agradecimiento. Busco a veces el grueso, el satinado para llenarlo de azules o el cuadriculado para dibujar mi crucigrama diario, el de palabras como tristeza, recuerdo, melancolía, para llenarlo de signos de admiración y duda. A veces me conformo con la superficie luminosa y bien definida de la pantalla del ordenador, esa que me conserva lo escrito en archivos que no ocupan lugar en las estanterías, que no necesitan el tacto amable de la pluma, tan delatadora de ánimos. A decir verdad, creo que se ha convertido en una comodidad a la que recurro, acto no exento del riesgo de desperdiciar la página en blanco que me ofrece. Sin embargo, me rebelo contra el abandono de la pluma, esa extensión que junto al lápiz y el bolígrafo conforman ese ha tanto tiempo una prolongación de mi mano, instrumentos de los que no me desprendo nunca y llevo conmigo a cualquier parte junto a la libretilla o el bloc. La última pluma, con la que disfruto bastante, me la regaló Magdalena, mi prima hermana, y tiene una particularidad: escribe sola.</p><p style="text-align: justify;"><br />Esta mañana, como si un resorte automático me echara de la cama, con ansias vivas de escribir, fui directa a encender el ordenador con las primeras palabras de este texto en la boca. Me senté a relatar todo lo que se desbordaba de mi cabeza y rellené más de medio folio. Oí, en el adorable silencio de la aurora, que estaba lloviendo y no me pude resistir a salir a la puerta para recibirla como si de una vieja amiga se tratase. Mi lluvia, esa que vivía antes cerca y se mudó al norte dejándose ver de higos a brevas, había venido. Olía a gloria. Alguien le puso a ese perfume petricor pero la realidad es que su nombre es gloria, gloria y de apellido bendita. Cuando regresé al cuartillo de mi tía María Teresa, donde coso y escribo, traía otro montón de palabras nuevas saliéndome de los dedos, promesas de flores, tapices verdes, pétalos cuajados de almendro, alfileres de boda de chilindros y mirtos... Pero se oyó una descarga cerca, un trueno, y se cortó la luz. Estaba sentda ya frente a la pantalla, releyendo para reanudar mi texto pero el corte se llevó mi archivo page al limbo de los ordenadores (eso no pasa con la libreta) y de pronto se me cayeron las palabras nuevas al suelo, unas se rompieron, otras salieron corriendo despavoridas y otras se quedaron blancas como el papel. Algunas, pocas, de las usadas anteriormente, volvían a mi memoria intentando sobrevivir, poniéndose de nuevo en orden, queriendo volver al relato de antes de la lluvia, antes del caos de las palabras húmedas, cuando el blancor de la virginidad, pero ya nada ha sido igual.<br /><br />No me preocupé más que lo justo. Hice café, calenté leche, tosté pan, saqué la mantequilla, el azúcar, un cuchillo y una cucharilla, la servilleta y un salchichoncillo de Málaga que me hizo olvidar por media hora todo lo que había florecido antes de escampar. He estado un buen rato intentando recordar el orden de los verbos, de los adjetivos, de los nombres hermosos, de la elegancia de las conjunciones pero nada es igual, solo el pronombre personal que me nombra no ha sufrido modificación ni el que nombra el objetivo a quien lo dirijo: vosotros. Lo demás corresponde a la imaginación del yo y a la paciencia de todos los que habéis legado hasta aquí en la lectura.<br /><br />Y aunque me queden marcas de tinta en los dedos, aunque exista la casi obligada opción de los tachones, aunque parezca algo pasado de moda escribir sobre papel y tener el mueble lleno de libretas, esta mañana he echado de menos el haber encontrado la hoja de las siete y media, escrita y a salvo, sobre la mesa y poder ofrecer la primicia de mis sentimientos puestos en negro sobre blanco, o sea, mi corazón traducido, abierto en canal. No ha sido así pero me conformo con seguir reescribiéndome, sabiendo que soy la misma persona, la de las mismas equivocaciones, buscadora de la belleza. Y soy la misma porque contengo las mismas palabras y no se me gastan. Y porque, aunque me cueste, las sigo ordenando a mi manera y sé que es el orden que les gusta, donde ellas y yo convivimos a gusto, fielmente, bajo el cielo. <br /><br />Desde El Garitón, ventoso el día, gris y casi transparente, Mariví Verdú</p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-72332717444159362622024-01-15T07:15:00.010+01:002024-01-19T10:47:32.898+01:00MI MAR DE SIEMPRE, por Mariví Verdú <p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFJj0wBIeS9qNRhek2g3Knk-MT6DkV8H3tGA_o80s766m2JiB2fC0lh8CJfUEQ8iUK0NFc7s4Qa4NwQdXPmbe9wjezC515JMrblCvAHMMks7TQy1AGFEySXb_87mLdJl0ONi2le8uyznO5qZLfrsydcHq6nenBJfH_-cW6wUS5jqPmeQ7vfQqDQlByIJc/s1024/IMG-20240115-WA0001.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFJj0wBIeS9qNRhek2g3Knk-MT6DkV8H3tGA_o80s766m2JiB2fC0lh8CJfUEQ8iUK0NFc7s4Qa4NwQdXPmbe9wjezC515JMrblCvAHMMks7TQy1AGFEySXb_87mLdJl0ONi2le8uyznO5qZLfrsydcHq6nenBJfH_-cW6wUS5jqPmeQ7vfQqDQlByIJc/w400-h300/IMG-20240115-WA0001.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Estar frente a la bahía de Málaga observando las mismas aguas que observarán mi madre y mi abuela, ante éste gris magón del día, propio de enero, es un privilegio que me enternece el corazón. Ser malagueña puede que fuera una maravillosa casualidad hace setenta años pero seguir siéndolo y estar convencidamente presente en ella, dedicada, visitarla cada vez que puedo, amar este litoral conocido con la misma pasión que me traía a la playa en mi niñez y mi adolescencia, eso es otra cosa. He conocido otras tierras, otras aguas, claras o densas, profundas o bajitas, otras bahías, pero es ésta la que acude en mis sueños, la que me endulza y me moja. La mía.</div><p></p><p></p><p style="text-align: justify;">Venir a caminar por Calle Pacífico, me transporta en el tiempo. Estar en la misma tierra que en tardes de primavera, a la recacha de aquella tapia del patio del número 25 que cobijaba la presencia y la labor de mí sangre femenina, me emociona. Me imagino, acompañadas de silencio y luz, aquellas hacendosas manos conocidas, las que de un trozo de tela sacaban bellísimos manteles, elegantes vestidos, pañitos de croché e innumerables filigranas, espléndidos muestrarios todos de bordado y encaje, de trabajos minuciosos y pulidos que han durado hasta nuestros días para el deleite propio y de posteriores generaciones. </p><p style="text-align: justify;">Estoy tomando un café justo en la misma chimenea de la fábrica Cross, donde trabajó mi abuelo hasta su muerte. Estar cerca de la estela de los míos me infunde seguridad y una fina tristeza que me dice que no estoy perdida, que piso sobre lo conocido, sobre algo mío y que no estaré sola nunca en estos contornos.</p><p style="text-align: justify;">Cada cual es feliz a su manera, tiene las necesidades que tiene y da gracias al Dios de turno, al de su elección, por todo lo recibido. Yo también doy las gracias a este perfil salino que me reconoce y a quien debo el verbo preciso de la luz.</p><p style="text-align: justify;">A mí madre y a Esperanza Arce. Y para Víctor Manuel Heredia.</p><p style="text-align: justify;">*La foto es de otro día, tomada por Esperanza Arce. Gracias. <br /></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-86687329858437482922024-01-11T10:44:00.005+01:002024-02-04T04:16:09.589+01:00LAS ÚLTIMAS ROSAS SON LAS PRIMERAS, por Mariví Verdú <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCe6uV0a9fPNtwbm9GpMm9VOHb-y2dkDB3kcxT3LZ9XspLW6pJzokJ_HijPFDP9HMDLWj0uOe6Bb85pq1vgvcSXCtoP92AjLEZSWfCRi7To8llclnncFSXHSdcUiWZeF2xmIoxK1noE-WxtOyxx17q2Pn98IJt3EHN0AVm2lKNcDGQbj450fZUgonm0eQ/s1890/IMG_20240109_161453_468.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1890" data-original-width="1417" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCe6uV0a9fPNtwbm9GpMm9VOHb-y2dkDB3kcxT3LZ9XspLW6pJzokJ_HijPFDP9HMDLWj0uOe6Bb85pq1vgvcSXCtoP92AjLEZSWfCRi7To8llclnncFSXHSdcUiWZeF2xmIoxK1noE-WxtOyxx17q2Pn98IJt3EHN0AVm2lKNcDGQbj450fZUgonm0eQ/w300-h400/IMG_20240109_161453_468.jpg" width="300" /></a></div><div style="text-align: justify;">Debo vivir en el reino de los cielos, por aquello de que “los últimos serán los primeros”. Pues sí, no sé cómo catalogar mis rosas, si las últimas o las primeras. Acabo de podar los rosales y éstas de la foto han sido las primeras rosas del año, las últimas rosas del invierno. Lo dicho: vivo en el reino celeste a pesar de mi tristeza.</div><p></p><p style="text-align: justify;">Tengo las manos abiertas del esfuerzo, cuesta usar las tijeras de podar. Anoche estuve hasta que la oscuridad me permitió realizar la poda de las viñas que mi padre y mi tío Federico sembraron a finales de los setenta. Son ya muy viejas mis cepas. Quiero coger este año algunas varetas sanas y sembrarlas porque pronto se harán madera las viejas madres y ya no correrá savia por sus venas. La uva moscatel más buena que comerse pueda a finales de verano, la más dulce y sin tratamiento alguno es la que dan esos pies de casi cincuenta años de edad y que solo lo han tocado aquellas manos queridas y las mías. Bueno, a decir verdad, los dos que sirven de enterramiento a las cenizas de mi padre me los podó una vez mi querido amigo Antonio Arjona, escultor y poeta, a quien tan poca justicia se le ha hecho. Alhaurín de la Torre le cobró impuestos durante más de media vida y no ha sido ni para devolverle su ilustre vecindad con un reconocimiento a su obra. Ingrato mundo. Antes de su muerte escribí una carta a la Concejalía de Cultura haciéndola partícipe de su extenso currículo y no recibí ni una llamada de consuelo. Ya nada sirve de nada porque está muerto y nadie lo resucitará, ni siquiera poniendo una de sus magníficas obras en las innumerables rotondas del pueblo, algunas tan horribles artísticamente hablando, quedaríamos en paz con él.<br /><br />Hoy daré comienzo a una nueva actividad, iniciaré un curso en La Térmica dirigido por Pedro J. Plaza González (Alhaurín el Grande 1996), un aula de retórica y comunicación: El Arte de la Palabra. Voy muy animada después de dejar atrás esta afección que me ha paralizado el otoño y casi un tercio del invierno y me ha sumido en una afonía terrible y en un miedo insufrible a los contagios. Mi nuevo profesor es Graduado en Filología Hispánica por la Universidad de Málaga, doble Máster en Profesorado y Gestión del Patrimonio Literario y Lingüístico Español e investigador FPU de esa misma Universidad. Publicó, junto a Giovanni Caprara, su traducción de los Cantos suspendidos entre la tierra y el cielo (Editorial Independiente, 2017), de Silvestro Neri; y, junto a Ángelo Néstore, la traducción de Dolore minimo (Letraversal, 2021), de Giovanna Cristina Vivinetto. Ha sido premiado en diversos concursos literarios, recibiendo un accésit en el V Premio Cero Internacional de Poesía Joven Bodegas El Pimpi o el III Premio Alborán de Microrrelato.<br />Corrió a su cargo la edición de Cancionero del amor fruitivo (Cancioneros Castellanos, 2018), de José Lara Garrido; se ha encargado de la antología Desde el Sur te lo digo, de Antonio Gala (Rafael Inglada Ediciones, 2019), y de la edición de En sí perdura: Tradición y modernidad en la obra de Rafael Ballesteros (Renacimiento, 2022). En 2021, ganó el Premio Málaga de Investigación por su ensayo El poeta y el caleidoscopio: Lecturas múltiples en «El poema de Tobías desangelado», de Antonio Gala. Es director editorial de El Toro Celeste y editor de los Quaderni Mediterranei, junto a Silvestro Neri y Lorenzo Cittadini. Su tesis doctoral la realizó en torno a la obra poética de Gala, Tradición y modernidad en la poesía de Antonio Gala: Exégesis y relección desde su obra total. Imaginad como estoy: totalmente feliz.<br /><br />Hace sol, el día nada tirnr de invernal ni es propio de enero. Ayer me cercioré si mis almendros tenían flores. Todo está tardío pero nada me hace perder la esperanza de las rosas de nieve del almendro.<br /><br />Estoy entusiasmada con la publicación de mi libro de poemas “De Dios y de su falta”. Tengo la suerte de contar con suficientes apoyos y algunos de ellos, los privilegiados, con línea directa al de arriba. Ya solo falta pulir y dar lustre a la portada y cuidar de que el interior vaya en perfectas condiciones ante los ojos de todos vosotros. <br /><br />Ser casi feliz es casi llegar a Ítaka. En el camino me lo estoy pasando tan bien que no me importa anclar en ningún sitio, solo en algún corazón.<br /><br />Con luz y una fina tristeza casi alegre, Mariví Verdú <br /></p><p style="text-align: justify;">*Gracias a Benito Acosta y Evaristo Guerra por vuestras felicitaciones navideñas. Y a Víctor M. Heredia, personas con la vida me bendice.<br /></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-7083224000497347462024-01-08T09:58:00.003+01:002024-01-08T10:02:02.669+01:00SEMBRANDO PASCUEROS, por Mariví Verdú<p style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoCEhRXBYqx4dFPXv5bjTiP6sUT2yauVCGZYWQqhopFsTSHJFbrC8G0G862tQCpXron7PTx8tkj0zLJiOLvw9x7V_MUEaxWkbzReZ851Z6VEzHAQJJkaJxdn8DU6p0PiEH6OrL2Awh0ZYjH2Oi0n0kHhaLqp5VPLaM2KxuAwOsWQyyDiTWOiiM2O6Y-m8/s1890/IMG_20240107_130936w.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1417" data-original-width="1890" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoCEhRXBYqx4dFPXv5bjTiP6sUT2yauVCGZYWQqhopFsTSHJFbrC8G0G862tQCpXron7PTx8tkj0zLJiOLvw9x7V_MUEaxWkbzReZ851Z6VEzHAQJJkaJxdn8DU6p0PiEH6OrL2Awh0ZYjH2Oi0n0kHhaLqp5VPLaM2KxuAwOsWQyyDiTWOiiM2O6Y-m8/s320/IMG_20240107_130936w.jpg" width="320" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi97RncnprEIlCaIMgyDUc33k7YxAwDHja0loGPTK_0D_uBA__8cjfzuUT1UbPMkPMjHIHOLMWFuiSxh2OXX3tx1QoxbjlXr8WN1ezq4bHD3em99XBOcAfai-UctYLbx-ySuYX4WudeMwlK2LXtGnst8o8bv9nkdMGZOlnEXT4YfW0RClH1hwf32qmIqLo/s1890/IMG_20240107_132715w.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1417" data-original-width="1890" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi97RncnprEIlCaIMgyDUc33k7YxAwDHja0loGPTK_0D_uBA__8cjfzuUT1UbPMkPMjHIHOLMWFuiSxh2OXX3tx1QoxbjlXr8WN1ezq4bHD3em99XBOcAfai-UctYLbx-ySuYX4WudeMwlK2LXtGnst8o8bv9nkdMGZOlnEXT4YfW0RClH1hwf32qmIqLo/s320/IMG_20240107_132715w.jpg" width="320" /></a>Hoy es lunes, día de San Severino, toca quitar el Belén y los adornos, pocos, que han coloreado mi casa en estas navidades: tres pascueros que han acompañado tanto mi soledad como la compañía de mi familia. Porque nadie se ha acercado a visitarme esta Navidad más que ellos tres para quienes van mis palabras de hoy, en particular para mi nieto Daniel que da argumento y sentido a mis días. Se las dedico también a mi amigo Pedro Montero a quien agradezco su lealtad de lector y su ánimo para continuar este empeño que me saca a las cinco de la mañana de mi cama y hace que me enfrente al papel en blanco con el corazón en la mano.También a mis buenos amigos y a mi gata, fiel donde las haya, ya tan vieja y tan achacosa como yo.<br /><br />Resumir estos días de fiesta que han tenido mucho menos motivos para festejar de lo que nos gustaría, es una tarea que me propongo. Sacar afuera los sentimientos que me provocan los días navideños no es tan fácil como puede parecer a primera vista porque hay muchísimas emociones encontradas, enfrentadas, sensaciones tristes ante tan lucecita y tanto consumismo a lo que hay que sumar hacerlo intentando no herir tantas como diferentes sensibilidades. Qué complicada tarea la de recurrir al silencio y la soledad para oírnos la voz del alma, un momento difícil de hallar para la gran mayoría cuando lo que prima son las reuniones, las aglomeraciones y el bullicio. Entre cenas y compras, almuerzos y regalos y mucha gripe compartida, pocos hemos tenido tiempo para la calma y el sosiego, esa experiencia profunda e intima que nos conecta con nosotros mismos, esa situación necesaria para apreciar matices, para indagar en el porqué de lo que estamos viviendo y dar gracias por poderlo contar. Intentar descifrar lo que estos días significan es bastante complicado. Hacerlo desde mi visión y querer interpretar los hechos ajenos es misión casi imposible. Complicado es averiguar si esta actitud colectiva es solo un dejarse llevar por lo fácil y la tradición o si detrás de todo hay una verdadera afección a algo que no es tan simple ni material sino que, rozando el misterio, nos acerca al corazón y deja libre la necesidad de amor y abrazos que tenemos la mayoría de seres humanos. <br /><br />No todos tenemos ocasión de disfrutar de besos y abrazos, ni siquiera de cosas materiales como una buena cama donde descansar el peso de la pena diaria. Ni que decir tiene que si hay quien carece de agua en estas fechas me pueda resultar grotesco hablar de turrones, gambas y gollerías, me dé asco del despilfarro y sienta vergüenza ante los contenedores de basura. Han habido demasiadas lágrimas estas navidades, mucho fracaso de convivencia, de entendimiento, da falta de voluntad para hallar soluciones y llegar a entendimientos en este pequeño mundo que habitamos. Por eso yo vivo las fiestas a medias, o sea, dando gracias por la cercanía de mi familia mientras no puedo olvidar que otros sufren, que no tienen lo básico, que carecen de alimentos por lo que es imposible la paz. Nunca hubo paz sin pan. Siento pena y miedo porque la guerra se contagia como la peste y la sed de muerte crece sin saciedad. El hombre insatisfecho es una fiera para el hombre. Y la tristeza circula libre en dirección de cualquier corazón abierto. Somos todos blancos de la insensatez.<br /><br />Si cuando se abre una flor, al olor de la flor se le olvida la flor... así decía Serrat en su canción “Señora”, y se me ha venido a la cabeza porque algo similar podría resumir lo que ocurre con el misterio navideño, aunque más descarnado. Toda esta fiesta que rodea a las Navidades tiene un motivo cristiano que comienza la noche de Nochebuena y que anda medio perdido entre abigarrados adornos. Todo lo provoca un nacimiento que significa la venida de la esperanza y la salvación de los hombres. Sin embargo, el envoltorio material de la fiesta ha tomado el protagonismo y todo llega a olvidarse bajo tanta parafernalia de brillos y luces, estrellas colgantes, oro y espumillones, bolsas cargadas de regalos... Pero algo inmenso subyace debajo del oropel, algo simple y humano: un niño recién nacido. La grandeza divina se nos muestra en la sencillez de un ser desnudo y frágil. La humildad en un pequeño e indefenso niño que debía conmovernos tanto como para defenderlo en cada uno de los niños del mundo. Salvémoslos del frío, del hambre y la barbarie que se comete contra ellos. Gritemos el mensaje universal de la paz. Para ello recomiendo, ante el tumulto y el vocerío, el silencio, la soledad y el recogimiento para pedir por todos los niños del mundo. <br /><br />Este año he pasado mucho tiempo enferma, más del que me hubiera convenido, demasiado para los años que tengo y los pocos que quedan. Salir de enfermedades no es tarea fácil cuando se alcanza mi edad. Antes me reponía enseguida, recobraba de inmediato la vitalidad y volvía a las tareas con fuerzas renovadas, sin embargo ahora, que todo son achaques, me cuesta incorporarme y lo hago con una lentitud inusitada. A pesar de todo he ganado algo que nunca había conquistado en mi juventud: la paciencia. Me ha dado tiempo a pensar mucho, a reflexionar sobre lo importante y lo fundamental, lo prescindible y lo intolerable. Salvar la familia, la amistad y la conciencia es importante. Mirar por la salud, fundamental (sin ella no hay nada). Tener demasiado mientras haya quien no tiene nada es intolerable y hacer lo que hace la mayoría es prescindible y poco recomendable. ¿Sabéis dónde tenemos el corazón? Busquémoslo.<br /><br />Recuerdo cómo acabé la entrada anterior “Las flores diminutas de Año Nuevo”: Ya mismo estarán los almendros en flor y digo yo que lloverá. Lo digo con fuerza a ver si el eco llega a los ojos de Dios y se derraman. Afortunadamente llovió dos días después, todo está verde y húmedo pero los almendros siguen sin regalarnos su blancura. Para contrarrestar, anteayer amaneció La Maroma coronada de nieve. Siempre hay motivos para el agradecimiento.<br /><br />Hoy sembraré los pascueros (regalos de la Familia Soler, de mi Peña Flamenca de Las Castañetas y de Julia Rose) y podaré rosales y viñas que la luna está menguante y es enero. Un nuevo enero. Gracias por volver.<br /><br />Desde El Garitón totalmente luminoso, Mariví Verdú</p><p style="text-align: justify;"> Foto: Mirador del Macho Montes desde El Juanar (Ojén) Marbella, el mar y África <br /></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-47582600086867277892024-01-01T13:13:00.008+01:002024-01-08T05:46:06.944+01:00LAS FLORES DIMINUTAS DE AÑO NUEVO, por Mariví Verdú<p style="text-align: left;"></p><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRTrbylSSjSqXfIlPR0R09haVZsx7yWYDblJsOIEHFyrF5Wk1E9Gwt19BKQBCp7NyI0cC6RjQQEL_EAIVHtibRSHD-nGIY-WqANVomSqr4hGCk9xhCtDsWbbFyajUeh_eXGDNYIj63h9Nvs6q3dOOcAnfZjwWZD5GvTo7UoxpgoZuSbARtem_s6qibCU0/s1361/Yedraw.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="907" data-original-width="1361" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRTrbylSSjSqXfIlPR0R09haVZsx7yWYDblJsOIEHFyrF5Wk1E9Gwt19BKQBCp7NyI0cC6RjQQEL_EAIVHtibRSHD-nGIY-WqANVomSqr4hGCk9xhCtDsWbbFyajUeh_eXGDNYIj63h9Nvs6q3dOOcAnfZjwWZD5GvTo7UoxpgoZuSbARtem_s6qibCU0/w400-h266/Yedraw.jpg" width="400" /></a></div>Desde que me levanté esta mañana, primer día del año 2024, siendo las ocho menos veinte, hasta ahora que me pongo a escribir lo que entresaco del montón de reflexiones con que anoche me fui a la cama y que se han multiplicado esta madrugada sobre la almohada, no he parado de dar gracias a la vida. La verdad es que no he dejado de reconocer mi fortuna, a pesar de estar con una tos que me doy la vuelta cada vez que me da el galillo. Agradezco lo más grande y lo más pequeño, por saber que estoy donde estoy, que pasa lo que pasa, que nada es para siempre. Doy gracias por abrir un grifo y que aún reciba un caño de agua clara, por tener café caliente, leche y pan -aunque sea de dos días- y tener ganas todavía de abrir la boca. Doy gracias por poder pensar, sentir, conmoverme y escribir. Doy gracias por tener rosas a estas alturas del invierno, por las violetas, por el polvo que he quitado del poyete de mis ventanas, por la compañía fiel de mi Missi y el pequeño gran regalo de mis muscaris y de mi lavanda. Por el sol.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_yy47S66AucQ9K8A3h52kkqpeSlkvm45Q3QxalB9o5YRcNu3uEJUfROHPFVDQGJYht4_9gpljZnhOrpk3Gf2CriqZ6DVpFgIg43QOzkLdp_Qc_h7-61O3c0-rHKrTue77afcXbSPj5coL80mxtID8wMUlNvzVrWYeKvvnsKcm2ayi7l29i7FmDr534kE/s1361/IMG_Muscaris%2020240101w.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="907" data-original-width="1361" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_yy47S66AucQ9K8A3h52kkqpeSlkvm45Q3QxalB9o5YRcNu3uEJUfROHPFVDQGJYht4_9gpljZnhOrpk3Gf2CriqZ6DVpFgIg43QOzkLdp_Qc_h7-61O3c0-rHKrTue77afcXbSPj5coL80mxtID8wMUlNvzVrWYeKvvnsKcm2ayi7l29i7FmDr534kE/w400-h266/IMG_Muscaris%2020240101w.jpg" width="400" /></a>Añoro también muchas otras cosas: voces, presencias, abrazos...Añoro mucho la lluvia. Desde mi alféizar puedo ver lo lejano que está todo y lo cerca que lo tengo de mi corazón. Y siento las setenta despedidas con una distancia tan corta que los años parecen un suspiro. Podría enumerarlos todos desde el 53. De nunca me gustaron demasiado estas fiestas, ni siquiera cuando era chica. Además, nunca creí que a las doce acabara nada. Solo me valía para hacer un examen de conciencia, un durísimo examen sin piedad que durante años ha hecho de la Nochevieja un noche terrible. Tampoco creí nunca en los Reyes. Aquello de cuestionarlo todo sigue vigente desde mi más remota niñez. Con muy pocos años me cargué una muñeca de aquellas que lloraban solo por ver el mecanismo que originaba su llanto, en cuatro palabras: para destapar el misterio. El pito lo tenía incrustado en su espalda y era un sistema de fuelle que funcionaba con o sin muñeca. No como el llanto mío. Mis lágrimas son tan mías como la sangre. Tampoco me han gustado las cabalgatas, las aglomeraciones. Una vez nos llevó mi tía María Teresa a ver a un rey mago y nos hicieron una foto con él a mi hermana y a mí. Pero no creía que aquel desconocido me diera ni la hora. Una vez tomé las uvas con una amiga en un velero en el Puerto de Málaga... Recuerdo las primeras que tomé con mi nieto. Luego me quedé a dormir con él. Y poco más porque hay otros recuerdos preciosos cuando mis padres vivían pero solo con pensar me pongo tristísima.<br /><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzAF1OCHgu2QrtH6uysbAdyaNftaAt-h4kfZ64D-NuPWlUzsfEViKDRfBnkm8KI2NKs3YoGRa4EIKKO-5SRBfb_J6Z3LJ4jl9ETw1dj3XG7az7an8p-jjyybGyUte34hV5XCc40q6_k7rnj3BitVCS5rXex6kziirARRfMRsBtc_jGd6YP8gOVP8NlcEI/s1361/IMG_20231103_121517_977w.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1361" data-original-width="907" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzAF1OCHgu2QrtH6uysbAdyaNftaAt-h4kfZ64D-NuPWlUzsfEViKDRfBnkm8KI2NKs3YoGRa4EIKKO-5SRBfb_J6Z3LJ4jl9ETw1dj3XG7az7an8p-jjyybGyUte34hV5XCc40q6_k7rnj3BitVCS5rXex6kziirARRfMRsBtc_jGd6YP8gOVP8NlcEI/w266-h400/IMG_20231103_121517_977w.jpg" width="266" /></a></div>Anoche hice una cena en solitario. No estaba el plan para ir a casa de nadie. El rato que estuve en la cocina fue agradable. Había dejado encendidas las luces del Belén y la lámpara que me regaló mi querido amigo Juan Carlos Bandera. Qué guapo era interior y exteriormente. No me explico por qué tomó la decisión de irse... Puse la radio. Me acordé de que este año no he hecho los borrachuelos. Ni me ha tocado la lotería, solo la que llevaba a medias con mi amigo Carlos Prados que fue el primero en mandarme unos besos nada más comenzar el año. Me llamó mi hijo, los vi a los tres en su casita tan a gusto y di gracias por ello. Me llamó mi vecina Tina para tomar juntas las uvas. La noche estaba fría para salir a ningún sitio, por más que me hubiera agradado. Luego, mi nieto me mandó un mensaje de felicidades. Y vi cómo se ha forjado mi vida a base de descubrir días y noches, de mañanas y tardes milagrosas, de sacrificios y alegrías, de mi suerte. Buena o mala, ha sido ella la que me ha esculpido mientras la razón y los sentimientos se han encargado de tirarme la obra un montón de veces.<br /><br />Y como el ave fénix, a renacer toca. Una y otra vez, mientras mi corazón lata, resurgiré como he hecho siempre, como hasta ahora tenemos el vivo ejemplo en la naturaleza, como fue y será mientras me quede un hálito de vida. Siempre agradecida porque el milagro se obra al transformar lo negativo en aprendizaje y lo positivo en una forma de recobrar el aliento para nuevas caídas.<br /><br />Ya mismo estarán los almendros en flor y digo yo que lloverá. Lo digo con fuerza a ver si el eco llega a los ojos de Dios y se derraman. <br /><br />Desde El Garitón, un año más, dejándome el alma al descubierto, Mariví Verdú <br /><br /></div><p></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-65493572120055418442023-12-19T16:00:00.001+01:002023-12-19T16:00:38.735+01:00NAVIDAD EN CAMA, por Mariví Verdú<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQxTQqA1iP1vkZNKmOVBLmckFE4r04g-vN-YBoxM1Sxb_bjdTrd8EJ1RN_pUJpmoYhXryDXwmEO_28ECOYxiYaWAG-nkR7W2WjFJqd3GvvD6UXKw6JAVFtvjheLbfDGTbwuqSC5hSRfpgnCcYdvrzpeDK8Nz5l3lc-ufEv7TP63wBxrxwcmNbkk1GqELA/s1361/felicitacion1.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; clear: left; float: left;"><img alt="" border="0" width="400" data-original-height="1020" data-original-width="1361" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQxTQqA1iP1vkZNKmOVBLmckFE4r04g-vN-YBoxM1Sxb_bjdTrd8EJ1RN_pUJpmoYhXryDXwmEO_28ECOYxiYaWAG-nkR7W2WjFJqd3GvvD6UXKw6JAVFtvjheLbfDGTbwuqSC5hSRfpgnCcYdvrzpeDK8Nz5l3lc-ufEv7TP63wBxrxwcmNbkk1GqELA/s400/felicitacion1.jpg"/></a></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-39480883532190029552023-12-18T15:56:00.002+01:002023-12-19T16:01:05.249+01:00AL CUERPO DE AGENTES MEDIOAMBIENTALES DE CASTILLA-LA MANCHA, CON CARIÑO de Mariví Verdú<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6SLoe7h0crtx9OuMJgAKFP7KLRZYuUPSKfY6E_2b0NHoUAfBdBJ3j21Oacz5aSJuXbzfV4YUQQqh7nWuy6K6N4uG4mQkt0EhTOR2DFm9rlk8Zs7SXDgSdttiV0GHDTjVp0yDc-AP1ksDI0jse9qgCqy_OOpkBlC4LbmyCP0pGQiOvdaYJUU7Pd1O-tOU/s1417/felicitacion-CLM.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; clear: left; float: left;"><img alt="" border="0" height="400" data-original-height="1417" data-original-width="797" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6SLoe7h0crtx9OuMJgAKFP7KLRZYuUPSKfY6E_2b0NHoUAfBdBJ3j21Oacz5aSJuXbzfV4YUQQqh7nWuy6K6N4uG4mQkt0EhTOR2DFm9rlk8Zs7SXDgSdttiV0GHDTjVp0yDc-AP1ksDI0jse9qgCqy_OOpkBlC4LbmyCP0pGQiOvdaYJUU7Pd1O-tOU/s400/felicitacion-CLM.jpg"/></a></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-72364732780386347462023-12-17T15:55:00.001+01:002023-12-19T15:56:44.625+01:00A UNA SEMANA DE LA NOCHEBUENA, por Mariví Verdú<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8iq85CDfKn0JZime1K_FWD7QRYdRv5isfG0PKgClRBQN7XVx0OB_Fm-kjmzm0CsYvLzpVke-YIWMEDsxYJfbPNjNhhsxOQbjII3HOpBkZ3v4MKamhb2LyrVIlMlqwZm4QFYR3GRmCsL5XKCwSkgOK9-Vt4NnrzHd-4S2tqqF1NsIMni2Yp9lIBU-WC-4/s1969/felicitacion%20naviden%CC%83a%2023.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; clear: left; float: left;"><img alt="" border="0" width="400" data-original-height="1309" data-original-width="1969" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8iq85CDfKn0JZime1K_FWD7QRYdRv5isfG0PKgClRBQN7XVx0OB_Fm-kjmzm0CsYvLzpVke-YIWMEDsxYJfbPNjNhhsxOQbjII3HOpBkZ3v4MKamhb2LyrVIlMlqwZm4QFYR3GRmCsL5XKCwSkgOK9-Vt4NnrzHd-4S2tqqF1NsIMni2Yp9lIBU-WC-4/s400/felicitacion%20naviden%CC%83a%2023.jpg"/></a></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-83890009206514816622023-12-07T07:50:00.005+01:002023-12-07T08:44:30.627+01:00JUANITA TORRES, IN MEMORIAM, por Mariví Verdú<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcE0YnOsOk10YI9oebnjM2tscH6GpqkBJJv3QstjtMaI_ALbgJ9c0rygQFVUR1vAEfDcQvFQxAqVziJ0FOnlE_PzLv1SElcZRKYaqmu0_Do15nCnAiUzAkIm-EZKvsPaCb9zpbz-DN7LocT3jwn8jJDmZTI2M1NOFwV7frfiKF90zE1RKrKgHk6Wsnxn0/s1066/juanita%20tg.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1066" data-original-width="580" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcE0YnOsOk10YI9oebnjM2tscH6GpqkBJJv3QstjtMaI_ALbgJ9c0rygQFVUR1vAEfDcQvFQxAqVziJ0FOnlE_PzLv1SElcZRKYaqmu0_Do15nCnAiUzAkIm-EZKvsPaCb9zpbz-DN7LocT3jwn8jJDmZTI2M1NOFwV7frfiKF90zE1RKrKgHk6Wsnxn0/w217-h400/juanita%20tg.jpg" width="217" /></a> <i>Porque recordar es algo <br /></i></div><i>que siempre nos enternece <br />y permite que las cosas <br />no se vayan para siempre. </i>(...) De su poema <b>Nostalgia.</b><br /><br />Ayer nos dejó Juanita Torres, poeta y amiga. Fui a despedirla de este mundo que compartíamos y amábamos. Llovía una lluvia fina. El color de la lluvia tenía mucho que ver con la tristeza del día. Juanita se ha ido joven, niña diría yo. Se rebeló contra la vejez y se quedó en la infancia, aquella que proclamaba eterna Claudio Rodríguez y que ella no ha hecho más que corroborar. Anoche estuve viendo sus fotos y leyendo uno de sus libros de poemas “El color del río”, publicado en 1998. <br /><br /><i>El tiempo que me interesa <br />no está dentro del reloj; <br />tampoco en el calendario. <br />Sólo está en mi corazón. </i> <b>VI Pensamiento</b><br /><p></p><p style="text-align: justify;">Juanita y yo nos conocimos hace muchos años en las reuniones de los domingos por la mañana en la Plaza de la Merced. Eran tiempos amables, éramos jóvenes aún y teníamos inquietudes literarias. Allí acudíamos los amantes de la poesía a mitad de la década de los noventa, con frío y con calor, al aire libre, sentados todos en los bancos y escuchándonos los unos a los otros. Siempre paraba algún curioso a ver aquel grupo tan heterogéneo que solo tenía en común algo tan etéreo como la Poesía. Algunos poetas venían de puntos distantes como Juan Arias, Paco Acosta, Juan Perea Cerón y el director de Bib Azahar del que ahora no recuerdo su nombre, ellos desde Alhaurín de la Torre. Amigas de aquel entonces como Pilar Bugella, Carmen Aguirre, Florita Pascual y Juanita Torres García pasaron después por el colectivo AME dejando una marcada huella de su paso. La AME son las siglas de la Asociación Malagueña de Escritores “Amigos de Málaga”, entidad que presidí entre los años 1999 y 2001 y que tanto bueno me ofreció desde las Bodegas El Pimpi con aquel plantel de artistas que se reunía por fin bajo un techo: El Palomar.<br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEialTU9-IkfZ_eqEqjHtdO-j3Ke8cb25J7VZ4neNHlm1c9kMXB7cpw_LPf2yRAyJg2nFy5cOZ95NkmrqrVABNFAVgwyhWxs6QF1XbQSAi5idSUK5GFI-_HXXtxzlsTw3xLqcqxkeyVF6ZtMGWQNaUVq88ISbCSTYAUXMX0xtoTY7kz5b5wEqn36mllrNSc/s2342/perez%20almeda-juanita%20torres%20c.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1482" data-original-width="2342" height="253" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEialTU9-IkfZ_eqEqjHtdO-j3Ke8cb25J7VZ4neNHlm1c9kMXB7cpw_LPf2yRAyJg2nFy5cOZ95NkmrqrVABNFAVgwyhWxs6QF1XbQSAi5idSUK5GFI-_HXXtxzlsTw3xLqcqxkeyVF6ZtMGWQNaUVq88ISbCSTYAUXMX0xtoTY7kz5b5wEqn36mllrNSc/w400-h253/perez%20almeda-juanita%20torres%20c.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Juanita Torres García, buenísima madre de cinco hijos, ha sido poeta sensible y generosa. Estaba casada con Enrique Pérez Almeda, padre de sus hijos, maestro de escuela, excelente ajedrecista y pintor de renombre y obra extensa, nacido en Puente Genil en 1928 y que residía en Málaga desde 1946. Desde quedar viuda el 5 de abril de 2012, Juanita ha vivido los últimos años de su vida retirada del mundo. Víctima de la triste enfermedad de Alzheimer, siempre estuvo arropada por su hija y por sus cuatro hijos, atendida y querida por todos, por sus nietos y su familia política. Hoy le hemos dicho todos adiós, sus familiares y amigos, y nos queda el consuelo de que descansa en paz, una paz que nunca le faltó en su corazón.<br /></div><div><i><br />(...) Y aunque parezca dormida, <br />descubrimos de repente <br />que la amistad nunca cambia <br />y está donde estuvo siempre. </i>De su poema <b>Nostalgia.</b><br /><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK7WZ1CJ6VovdE_KP4y6KAqbZoiO-BNCLglIZ0erBH1mqf9xM7Z6NULsFEoBk5Z93GzTcQKKfDhKlAu2gWVIw1oTn7A7EPxkTen_j1xtJUMa9giv_ZEQh7QPS1apx5tKkC9uI8yWXGitKJOgDixdwhIebbVjF5fHa2v3aPSpR5SU4R4VGvulrCF-zi9iA/s509/juanita%20torres-perez%20almeda.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="366" data-original-width="509" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK7WZ1CJ6VovdE_KP4y6KAqbZoiO-BNCLglIZ0erBH1mqf9xM7Z6NULsFEoBk5Z93GzTcQKKfDhKlAu2gWVIw1oTn7A7EPxkTen_j1xtJUMa9giv_ZEQh7QPS1apx5tKkC9uI8yWXGitKJOgDixdwhIebbVjF5fHa2v3aPSpR5SU4R4VGvulrCF-zi9iA/w400-h288/juanita%20torres-perez%20almeda.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Vaya con estos cariñosos recuerdos hacia su persona y con sus versos todo el afecto que siento por ella y por cuantos trajo al mundo. Sí, gozo de la amistad de sus hijos, en particular de Carlos y Juan Manuel con quienes comparto afición literaria y pictórica y va para ellos y en recuerdo de esos padres que quise en vida y que recuerdo con todo mi cariño a través del tiempo. <br /></div><div> </div><div><i>A veces estamos solos <br />en medio de mucha gente, <br />pero sólo es un ensayo <br />para encarar a la muerte. (...)</i></div><div><i> </i> <br /> De su poema <b>Soledad.</b><br /><br />Me gustaría ser creyente para poder decirle: hasta pronto, Juanita. De momento solo creo en la vida y en el maravilloso regalo de la amistad. </div><div>Vives en nosotros, Juanita, y en tus palabras. </div><div>Un beso allá donde estés.</div><div><p>Desde El Garitón, con los pies helados Mariví Verdú<br /></p></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-46731122717434783002023-12-03T19:57:00.006+01:002023-12-03T20:03:59.720+01:00UNA VISITA AL POMPIDOU, por Mariví Verdú <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBUp9a2VFbz9vm6mU4ThTahoiowrCUmr9SBkV3bAaY-2NVB34vPZZ64kxaEz4ckA4WvkwavakFLBTTEKCP-qo4JMP4vSbeXW7z3CnC9meRHUDbArSeSjx0JkFMVlY_PjsBMQTZj1h48s42789_lOdVmGmXsyxhADbXUd27-cSGvuWlqRWGnr060FljkPw/s1361/IMG_20231201_184752_894w.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1361" data-original-width="1020" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBUp9a2VFbz9vm6mU4ThTahoiowrCUmr9SBkV3bAaY-2NVB34vPZZ64kxaEz4ckA4WvkwavakFLBTTEKCP-qo4JMP4vSbeXW7z3CnC9meRHUDbArSeSjx0JkFMVlY_PjsBMQTZj1h48s42789_lOdVmGmXsyxhADbXUd27-cSGvuWlqRWGnr060FljkPw/s320/IMG_20231201_184752_894w.jpg" width="240" /></a></div><br />El pasado día 1 de diciembre visité el Museo Pompidou gracias a mí amiga Esperanza Arce que me proporcionó una entrada para la inauguración de una nueva muestra: Place-ness. Habiter un lieu. <p></p><p></p><p>Sí, habitar un espacio indefinido, deconstruir un cliché, transformar la materia, repensar las dinámicas territoriales, existir en el espacio público, recomponer sueños y realidades...</p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7GY5E573VyK4PumVOu_Lcj2eBRqUUGGVqtw-7276H0ue4hJopn69wlEVRPj-JYIf4BdBAFgq8A0TPfncEJ-q0g5Yj8U3H_pSEk4OFgZmi4RsFchVpHaatgQ4xtMWLTAHVTT8yGd-vf9NJtDenlHsYkxGDf-UWQQtUgWNtYqsdlHjwhl6HkW_8-LU-ug4/s1024/IMG-20231201-WA0029.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="768" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7GY5E573VyK4PumVOu_Lcj2eBRqUUGGVqtw-7276H0ue4hJopn69wlEVRPj-JYIf4BdBAFgq8A0TPfncEJ-q0g5Yj8U3H_pSEk4OFgZmi4RsFchVpHaatgQ4xtMWLTAHVTT8yGd-vf9NJtDenlHsYkxGDf-UWQQtUgWNtYqsdlHjwhl6HkW_8-LU-ug4/s320/IMG-20231201-WA0029.jpg" width="240" /></a></div><br />Aunque me cuesta entender algunas manifestaciones artísticas de este arte moderno, he de reconocer que el objetivo de no dejar a ninguno de los visitantes indiferente lo ha conseguido. En mi caso particular, no solo ha centrado mi atención enteramente sino que ha removido mi conciencia, dado ideas y causado admiración con muchas de sus obras.<p></p><p>La muestra quedo abierta el 1 de diciembre y permanecerá hasta el 28 de marzo de 2025.</p><p>Acompaño con varias fotos del momento. Un privilegio haber estado entre las primeras personas en disfrutar tan interesante exposición. </p><p><br /></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-21645811321354061182023-11-14T10:53:00.008+01:002023-11-14T12:16:52.844+01:00LOS MANANTIALES DE VENUS, por Mariví Verdú<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizOGtmQIkeVJXHQuvqpAPYsmQ7mNqqeVN08MF2Hu4f6XxiNiMMvNi_fT5iOUrV8YUrM18auIkJGe9JcAlm950kLTqnZ_N7QhR37SoheBA2xPZpIAE8-8NJoA6_qVtSSwMo3DbSt3X4zGvaNKMs90Wrp-F3WBbYR805VlneSYTiO09-NbeHkWoRAuTVA1k/s583/IMG_20231113_1741.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="583" data-original-width="413" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizOGtmQIkeVJXHQuvqpAPYsmQ7mNqqeVN08MF2Hu4f6XxiNiMMvNi_fT5iOUrV8YUrM18auIkJGe9JcAlm950kLTqnZ_N7QhR37SoheBA2xPZpIAE8-8NJoA6_qVtSSwMo3DbSt3X4zGvaNKMs90Wrp-F3WBbYR805VlneSYTiO09-NbeHkWoRAuTVA1k/w284-h400/IMG_20231113_1741.jpg" width="284" /></a></div><div style="text-align: justify;">Ayer, lunes 13 de noviembre, fui a ver si encontraba agua en Venus. Y la encontré. Y no fue solo agua lo que allí confluía sino todo lo que el agua significa, vida y color, elemento vital de los seres humanos, de todo aquel que quiere ver en el agua razón y motivo de nuestra existencia. <br /><br /></div><div style="text-align: justify;">Como si un resorte me echara del sillón, así bajé hasta la parada del autobús 133 y me encaminé a Málaga. Iba con un objetivo claro, sola y sin más equipaje que mis gafas, el móvil, la libretilla azul y mi pluma. Sí, yo sabía que habría que anotar cosas porque iba al encuentro de un milagro. La creación artística siempre lo es y en este caso, que concurre por partida doble, es la conjunción de un par de artistas de gran calado, Elena Pedrosa y Antonia Puertas, hija y madre, que merecía toda mi atención. La verdad es que me gusta enfrentarme a solas con las obras artísticas, necesito que haya un diálogo con mi alma a través de mis ojos, del color, de las formas, de la abstracción que es el arte y que tanto provoca en mi espíritu. “El agua en Venus” se nos ofrece en el Ateneo de Málaga. Lleva desde el 27 de octubre y lo estará hasta el 30 de noviembre de 2023. <br /></div><div></div><div></div><div><br /><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGAF8UXIwcTcpIuHBV-opsgcnQdhl7H5bReGJH3i2vZOi7ObnX_J_-2eVcVtknzPg_eZmk7EAtqY742Ii4FzZeP8hKPOYVMz2FT4Qrj49yhoSgnWkWxS7E-VYUiwiVzdU2q3rYuP4G9q7Ese6YS6O4yZdFG5oUqYcW9497vQA-n_04rgUFkrKqRIWxJsE/s504/IMG_20231113_1.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="327" data-original-width="504" height="260" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGAF8UXIwcTcpIuHBV-opsgcnQdhl7H5bReGJH3i2vZOi7ObnX_J_-2eVcVtknzPg_eZmk7EAtqY742Ii4FzZeP8hKPOYVMz2FT4Qrj49yhoSgnWkWxS7E-VYUiwiVzdU2q3rYuP4G9q7Ese6YS6O4yZdFG5oUqYcW9497vQA-n_04rgUFkrKqRIWxJsE/w400-h260/IMG_20231113_1.jpg" width="400" /></a>No sabía exactamente a qué hora abrían el Ateneo pero era el único motivo que me movía a hacer kilómetros y a enfrentarme a una ciudad que tanto quiero y que se me ha vuelto una desconocida. A las cinco me encontré dulcemente en Casa Aranda, venciéndome a mí misma y a mi dieta por dos churros y una mini jícara de chocolate para hacer tiempo a que pusieran la Plaza de la Constitución.<br /></div><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZdscESdRg9BC6QWlHgL4kZGPjvx10di0XBLTh1ADNxa8ht_znVQDYaf1f8rEWG04AkU4B646HIkYUBg6_JEwwsOUAZKZAbHdYahhVVXUMqSKs8GigTvqmtXbxZL9gYIWkCIbqW1uJJVddhZFG1490ndn5qMje6p7Is_bwZku3a6AsMNUTeHwvZWrQX1Q/s591/IMG_20231113_174333.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="492" data-original-width="591" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZdscESdRg9BC6QWlHgL4kZGPjvx10di0XBLTh1ADNxa8ht_znVQDYaf1f8rEWG04AkU4B646HIkYUBg6_JEwwsOUAZKZAbHdYahhVVXUMqSKs8GigTvqmtXbxZL9gYIWkCIbqW1uJJVddhZFG1490ndn5qMje6p7Is_bwZku3a6AsMNUTeHwvZWrQX1Q/s320/IMG_20231113_174333.jpg" width="320" /></a><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidav9F56zNbBs4MT9zKCZ1p0P745pMhTm7h3kYcxWOJj85XTg-j5vZeNjwTkPyuPlalPFJXhMpLpdb6M8NwCtE-Zbb-a2el2JSRfUFAH8qZfDqjHRCa6BP9aYmUV6mXLsY4LzxnXD47uy5acWLTsZwKY-62OoIncuv9hwVAIwOFe5qhyvnfGb0zc93v6Y/s504/IMG_20231113_17.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="504" data-original-width="413" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidav9F56zNbBs4MT9zKCZ1p0P745pMhTm7h3kYcxWOJj85XTg-j5vZeNjwTkPyuPlalPFJXhMpLpdb6M8NwCtE-Zbb-a2el2JSRfUFAH8qZfDqjHRCa6BP9aYmUV6mXLsY4LzxnXD47uy5acWLTsZwKY-62OoIncuv9hwVAIwOFe5qhyvnfGb0zc93v6Y/s320/IMG_20231113_17.jpg" width="262" /></a>Subí las altas escaleras hasta alcanzar la sala Pérez Estrada. Leí uno por uno los versos que contiene cada peldaño, algo que dejaré para contarlo en otra ocasión, e hice parada en el primer tramo, justo donde se halla la secretaría. Ya no está en ella mi amigo Andrés, hay un chico joven al que no conozco y que me saludo amablemente. Continué subiendo hasta el tramo donde antes tanto disfruté en mis noches ateneistas, cuando Pepe llevaba el bar y cantábamos y hablábamos de poesía tantas y tantas tardes-noches... Y desde el mismo pasillo donde está la sala de conferencias, ya pude divisar las fuentes que andaba buscando: las aguas de Venus. <br /><br />No sé que pensamientos cruzados en mi cabeza me pararon en cada uno de los trabajos, los de fotografía de Elena Pedrosa y los de óleo y distintas texturas de mi amiga Toñi, como cariñosamente llamamos a Antonia Puertas familia y amigos. Cada trabajo me transmitió un sentimiento, me llevó a un lugar determinado, bajo una luz precisa. Alguno me sugirió un campo de trigo cerca de un mar atardeciendo, otro un vuelo que hice hace cuarenta y siete años sobre Lanzarote. Vi también a dos seres de carne surgiendo de un mar de ocre con un niño amarillo de la mano mientras otro abría puertas en el mar enseñando sus islas amarillas, su fondo de ciudad perdida. Por un momento recordé aquel día que descubrí el tránsito de Venus, nombre que le di a un libro de poemas . El tránsito de Venus ocurre cada siglo y casi un cuarto, un hecho que sucedió en 2004 y 2012 y no se repetirá hasta 2117 y 2125... Y tanto Elena como Antonia han ido y han descubierto ríos, fuentes y mares en el Mazarrón de Venus y ahora nos la ofrecen en cascada desde el centro de Málaga. Entonces recordé a San Agustín, que no sé bien por qué motivo recordé a San Agustín... <br /></div><div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIM6WUQWuFg0jUwpIj3ahiczHGiY06n4PgJGBdS_kVvD0Ok00iDSdEpEf4i3-6CVulx5jTjC-gvhJlYZrYfNcErzG2d6DdLjA3amr0gPmNi12cw0-worAzZAqNouoM2X1sRXpBtUNlsg-NW0q8eovwUA_onIzmVUc3l8izjbgLunz5L4BywMH-RleGjKE/s622/IMG_20231113_1743.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="622" data-original-width="413" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIM6WUQWuFg0jUwpIj3ahiczHGiY06n4PgJGBdS_kVvD0Ok00iDSdEpEf4i3-6CVulx5jTjC-gvhJlYZrYfNcErzG2d6DdLjA3amr0gPmNi12cw0-worAzZAqNouoM2X1sRXpBtUNlsg-NW0q8eovwUA_onIzmVUc3l8izjbgLunz5L4BywMH-RleGjKE/s320/IMG_20231113_1743.jpg" width="212" /></a>Quería citar aquel dicho o leyenda sobre el sabio que escribí un día y me agradecieron la Comunidad Agustina con muy bellas palabras. Entresaco el texto que recordé y decía así:<br /></div><div style="text-align: justify;">(...) Cuenta la tradición que un día, mientras paseaba por la orilla del mar, pensando en Dios y su misterio trino, vio cómo un niño que andaba jugando en la arena quería llenar con agua de la mar – que transportada en su cubito, viaje tras viaje- el boquete que había hecho en la arena. Agustín le preguntó qué hacía y el niño le contestó que estaba sacando el agua del mar para llenar su pocito, a lo que el santo replicó que era imposible. Cuentan que aquel niño era un ángel enviado por Dios que dijo a San Agustín, antes de desaparecer, que era aún más difícil descubrir el misterio de Santísima Trinidad (...)<br />Yo he visto dos ángeles haciendo lo imposible, una madre y una hija, ambas artistas, llenando el pozo del agua bendita del arte. Ellas son el misterio y el agua de Venus.<br /></div><div><br /></div><div style="text-align: justify;">Y es que a veces no sé qué hilo mágico enreda las almas, hacen que coincidan, que pasen cerca, que ocurran cosas, que conecten positivamente, que concurran tiempo y espacio en una casualidad convergente y que caminen el tiempo preciso, juntos y en paralelo, disfrutando la sincronía de un filamento radiante. La amistad es un don maravilloso que hay que cuidar diariamente. El nueve de mayo de 2023 creé un grupo de wasap al que denominé UMANOS, así, sin H, de puro entusiasmo juvenil. La edad media del grupo es la de una jubilación activa y con las inquietudes del corazón despierto que caracteriza a la mayoría de nosotros. Todos fuimos alumnos coincidentes en la clase de Alejandro Álvarez en UMA+55, en La Térmica. Toñi Puertas pertenece a este grupo y al mío íntimo y escribo este comentario desde mi más profundo respeto a su trabajo y a su vida y, desde luego, desde mi más cariñosa correspondencia.<br /><br />Y como ocurre también lo contrario, que simplemente sea un pasar por el lado sin echarnos mutua cuenta o, lo que es peor, que se vean y se conozcan el tiempo justo de sentir rechazo y apartarnos del camino porque no hay ni una pequeña hilacha con que sujetar el trato, celebro hoy nuestra amistad y le dedico mi tiempo y mi palabra. Para tí, Toñi Puertas. Y enhorabuena por trabajar con la hija de tu sangre. Enhorabuena, Elena, y besos para las dos.<br /></div><div style="text-align: left;"><br /><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDXJ7TnVx0F7E-Re3uHwYmGuiQ9eIQEMz0me48yXajGREpA7_KjU-r7jalgDP1zlSh9YnHXwzDE44FTTC422QfscuEG54k9mq5yT0w5NyQ9NF1X7Ex3ocujy_wH4bOHcRgAPfYsVLltFKwZVKfGdxnEaYoIpUOQ8i3NGPOHgo-llt_p0_XR7i14nS_PrY/s510/IMG_20231113.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="510" data-original-width="369" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDXJ7TnVx0F7E-Re3uHwYmGuiQ9eIQEMz0me48yXajGREpA7_KjU-r7jalgDP1zlSh9YnHXwzDE44FTTC422QfscuEG54k9mq5yT0w5NyQ9NF1X7Ex3ocujy_wH4bOHcRgAPfYsVLltFKwZVKfGdxnEaYoIpUOQ8i3NGPOHgo-llt_p0_XR7i14nS_PrY/s320/IMG_20231113.jpg" width="232" /></a>Desde este Garitón que hoy ha amanecido tan rosa y dorado como Venus, Mariví Verdú<br /><br />*Cuál seria mi sorpresa esta mañana al buscar el texto de San Agustín y descubrir que lo escribí tal día como un 13 de noviembre pero de 2009 y lo publiqué el 14... ¿Casualidades de la vida? Yo diría que todo un tejido bordado de milagros.<br /><a href="https://dolienteydeoccidente.blogspot.com/2009/11/doliente-y-de-occidente-recuerda-san"><br />https://dolienteydeoccidente.blogspot.com/2009/11/doliente-y-de-occidente-recuerda-san</a><br /><br />Quien quiera saber más sobre esta exposición, os dejo un enlace muy interesante.<br /><a href="http://www.jardinremoto.net"><br />www.jardinremoto.net</a><br /></div></div><div><br /><p></p></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-66891691902720907042023-11-12T07:59:00.011+01:002023-11-12T08:40:00.413+01:00DEL HORROR VACUI AL GARABATO, por Mariví Verdú<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEvrNbclY3FutW_sJWEifNEoIRMMXmotoEcWrn4y5Zl-NWps6pnw6pWNFbGyS7aUlxGh9SbgTy7qJk40Dcovw5ChzhpYnhPH73MLxxDUciS5br7cRrVTYvXfKZ2zAFv8mmI7GU-roBJpnFQHKw5zNoDGT5bz6QmI6qj6XfOQSfw4x1XLfdXBlRQiGPZoI/s673/IMG-20230113-WA0011.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="668" data-original-width="673" height="398" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEvrNbclY3FutW_sJWEifNEoIRMMXmotoEcWrn4y5Zl-NWps6pnw6pWNFbGyS7aUlxGh9SbgTy7qJk40Dcovw5ChzhpYnhPH73MLxxDUciS5br7cRrVTYvXfKZ2zAFv8mmI7GU-roBJpnFQHKw5zNoDGT5bz6QmI6qj6XfOQSfw4x1XLfdXBlRQiGPZoI/w400-h398/IMG-20230113-WA0011.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Es difícil y cada día más empezar la mañana ante un lienzo en blanco, ya sea ante un folio de papel, una documento de ordenador o un trozo de tela sin más. El miedo a llenar demasiado el vacío -o demasiado poco-, el de ensuciarlo, desgraciarlo o dejarlo inservible es obsesivo. Sin embargo, el conflicto que se crea en esos primeros instantes -estos mismos- entre la osadía y la humildad, bien que merece la pena. A veces ni siquiera sirve para transmitir acertadamente lo que se siente, lo que se quiere expresar o sacar del pecho o la cabeza rebosante de palabras, de ideas, de imágenes transferibles pero...¿Cómo? ¿Hacerlo solo porque sí, porque no explote de emoción o hacerlo por inercia. esa insidiosa costumbre de escritora? Muchas veces, la inercia del artista va directamente al garabateo del alma que en mi caso se ha hecho una constante, diaria, no remunerada y por tanto irrelevante ante la sociedad y libre como recompensa. Porque escribo libremente, sin consejo de nadie, sin precio ni obligación alguna y eso les agrada a mucha gente que me lee y lo agradezco y jode a otros tantos como es natural en la regla de tres de la vida, esa cosa increíble que está hecha de múltiples cosas buenas y sazonado con envidia, olor a multitudes y olvido.</div><br /><div style="text-align: justify;">El primer deseo que me corrió por la cabeza esta mañana era cagarme en un técnico de lavadoras y en una empresa con quien tuve trato directo el pasado 24 de octubre, hacer pública la factura que me presentaron por no hacer nada y joderles vivos con una demanda en Facua por ladrones, estafadores, ineptos y cabrones que han sido con una persona de setenta años, pero si pongo el nombre de la empresa igual me toca pagar porque, en este mundo injusto, hasta son capaces los hijos de puta de demandarme y buscarme una ruina, la que les deseo a ellos desde mi impotencia y desencanto. Os cuento la historia para que no sea solo un descargo de insultos sin argumento. He de decir que haberme contenido el meterle una hostia como Dios manda al operador que me mandaron me supuso un ataque de ansiedad que ha derivado en muchas más cosas... ya sabéis, fue la gota que colmó el vaso. También he de decir que tuve dos testigos del abuso sufrido, Ana y Adrián, dos chicos estudiantes y formales que estaban presentes en el robo a mano armada y pecho desalmado del que fui objeto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Me citan de doce de la mañana a dos de la tarde. A las dos menos cuarto tocan al telefonillo. Aparece un “gestial” (así hubiese dicho mi madre de él. Este nombre se lo aplicaba a una persona cuando tiene más bien forma de bestia que de humano) que no cabía por la puerta del piso y se fue a lo que todos sabíamos que tenía: la maneta rota. Era solo y exclusivamente eso, cambiarla y sacar la ropa que llevaba tres días dentro. En cinco minutos abrió la puerta, nos dejó un artilugio rocambolesco para seguirla abriendo que no funcionó, nos dejó la orden de trabajo que ascendía a 77,06 euros haciéndome firmar en dos casillas y que, aprovechando que no tenía las gafas, daba por aceptada la reparación... En la ilegible orden de trabajo me dio un presupuesto de casi doscientos euros por rematar la faena... Y se fue muy ufano él, imagino que orgulloso de la faena. Pedí la factura al día siguiente, ya que me había cobrado hasta el IVA y no me la mandaron. Les expuse ante la empresa la estafa de la que había sido victima pagana y no me hicieron ni el más mínimo caso. Tuve que entrar en su página web, pedirla oficialmente y acompañé mi petición con un escrito adonde contaba todo lo que aquí cuento, palabras que se pasaron por el forro y que a mí me dan pie hoy a desearles que se gasten los setenta y siete euros en bicarbonato.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Al otro día me fui, por recomendación de mi amigo Francisco Moreno, al polígono industrial San Luis, a una empresa de electrodomésticos y repuestos que se llama Navas y es totalmente recomendable y compré una puerta completa por 35 euros. Mi amigo me la montó, tenía cuatro tornillos que quitar y cambiar la puerta apretándolos de nuevo. Lo que tenía es mucha voluntad, empatía y ganas de ayudarme. Luego nos fuimos a tomar una copa los tres, Mariló -su mujer y mi amiga- él y yo, a brindar por la gente buena y a no olvidar a indeseables como esos que se enriquecen dejando la profesión por los suelos, que viven engañando a los demás con malas artes.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Muchos que hayan llegado hasta aquí dirán que por qué tanto preámbulo de horror vacui y garabatos para contar una vulgaridad, para decir algo que ocurre más veces de lo deseado, para compartir un cotilleo de maruja pero... ¿Qué es escribir? Escribir es escribir y si puede ser algo verídico es mejor. Hay poco lugar para la imaginación con media España cagando y otra media vomitando, con medio mundo en llamas y otro medio desmayado. Yo no quiero estar más que en mi rinconcito. Por cierto, mi amigo Miguel Gil, el marido de mi amiga Pepi Navarrete, me ha regalado una carica papaya que he sembrado abajo, cerca del portón. He sembrado también apio y acelgas y una mata de salvia que dicen que será mi salvación.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Desde El Garitón amaneciendo en grises y celestes, Mariví Verdú</div><p></p><p style="text-align: justify;">Foto de Shamsia Hassani <br /></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-72611026753689916302023-11-07T09:21:00.002+01:002023-11-07T09:21:40.565+01:00ONCE AÑOS CON VICTORIA, MI ABUELA, por Mariví Verdú<p style="text-align: left;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidMGZwY-ehdBs58ez-kfJYSNECENgJ_jCZw00lrOYpUvk1daUMXtz41ECcJwUDLDaBrsuxPs-0QxIdj4zanwyg2Rt-Eqw_mQvvG7uJOQY-zIB_SjkfXQQZFbJjKo7_ti3S39cg0FogwnrcgOfWOTMDcGHOSz5BctPWXxQUQLlafL2jsvji729RFfU-0bs/s1112/abuela-yo.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="738" data-original-width="1112" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidMGZwY-ehdBs58ez-kfJYSNECENgJ_jCZw00lrOYpUvk1daUMXtz41ECcJwUDLDaBrsuxPs-0QxIdj4zanwyg2Rt-Eqw_mQvvG7uJOQY-zIB_SjkfXQQZFbJjKo7_ti3S39cg0FogwnrcgOfWOTMDcGHOSz5BctPWXxQUQLlafL2jsvji729RFfU-0bs/w400-h265/abuela-yo.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Mi abuela Victoria, con la conviví once años de mi vida y la marcó para siempre, era sabia, bajita de estatura, buena en toda la extensión de la palabra y tenía el don de la paciencia. Entre sus quehaceres preferidos estaban leer, contar historias y hacer croché. Las labores salían de sus manos limpísimas, no había más que almidonar y planchar para que parecieran que no habían tocado manos sobre ellas. Y es que Victoria tenía la piel de cristal de tanto haberle dado al pulpejo, de lavar ropa y refregar con jabón casero -que tenía más cáustica que aceite-. Sus manos tenían un leve toque celeste de tanta ceniza y azulete que habían soportado y y se marcaban sus venas algo violáceas a fuerza de las penas que habían aguantado para que no les estallaran. A veces daba una cabezada en la que el ganchillo resbalaba por su delantal de cuadritos grises. Unas veces caía al suelo rodando levemente y con un sonido casi imperceptible apagado por la ropa y otras se quedaba posado en el regazo, sobre sus rodillas minadas por la artrosis, dolencia que le impedía caminar con normalidad. Aun conservo su sillita baja, de madera, con asiento de anea, mudo testigo de tantas horas nuestras. Victoria, a la que le costaba incorporarse después de sus largos ratos de labor sentada, nunca lograba erguirse del todo porque su columna no se salvaba tampoco de la artritis y le costaba un rato ponerse a caminar. Cuando lo hacía, dando pasitos cortos y acompasados, miraba muy bien siempre donde ponía sus doloridos pies. Una mota de arena que pisara le resultaba un martirio chino. Siempre la conocí así, con sus dedos liaditos en tela finísima para que no le rozara la lona de la zapatilla sus nudillos salidos, sus deformadas falanges. Eran visibles todos sus huesecillos. Por eso siempre la conocí con sus pies calzados en aquellos angelitos negros, zapatillas de una badanita aterciopelada que eran amoldables a sus sufridos pies. Los llamados angelitos negros los compraba en calle San Juan, frente a la tienda de tejidos del mismo nombre, en la plaza de la Iglesia: Calzados Hinojosa. Este año cerró ya sus puertas definitivamente. Era una zapatería-alpargatería de mucho prestigio en Málaga. Más tarde compraba mi madre y luego yo. Hasta mi nieto tiene zapatillas de allí, por tanto han pasado cinco generaciones de mi familia por aquel mostrador largo de madera, atendido correctamente por dos hermanos que han envejecido con la ciudad eterna. De siempre me gustó ir por aquella calle, tan antigua y tan típica, rebosante de historia. Allí está también el taller Gravura, un lugar donde anida y florece el arte. Y la tetería de mi amiga Rosa...tan exquisita. Pero ya no podré comprar nunca más unas zapatillas en Hinojosa, aunque aún puedo ir a comprar lanillas a Cinco Bolas...<br /><br />Y vuelvo de nuevo a las labores y con ellas a mi abuela Victoria: ¡Cuánto tiempo invertido en aquellas maravillosas tareas, pañitos, encajes y colchas...! ¡Cuántos pensamientos habrían pasado en esas horas por su frente! Y cuánta sangre circularía por sus manos, adormecidas al movimiento mecánico artístico de sus dedos en perfecta armonía con el hilo y la aguja. Yo estaba casi siempre allí, a su lado, para aprender, para soñar y para recogerle la aguja. Unas veces despierta y otras dormida pero ella siempre allí, conmigo, como un ángel de la guarda.<br /><br />Y cada vez que marcaba el reloj de péndulo una hora, desde el amanecer hasta la noche, rezaba un rezo tan hermoso de agradecimiento que yo no podía por menos que escribirlo cuando le dediqué la novela “Hijos de la vid” basada en su vida (la oración está en la página 192), una vida abundante en sucesos y aventuras. Una vida que influyó en la mía y la marcó para siempre. Y como no me dio tiempo de anotar sus oraciones -creí que mi abuela viviría para siempre- tuve que echar mano de mi memoria y suplir con la imaginación:<br /><br />Ha dado la una: gracias por el sol, gracias por la luna.<br />Han dado las dos: a Dios le doy gracias por lo que me dio.<br />Ya dieron las tres: gracias por mis ojos, mis manos, mis pies.<br />Han dado las cuatro, gracias por las viñas que nos dan trabajo.<br />Cinco campanadas: gracias por la tarde, por la madrugada.<br />Seis horas seguidas bendigo al que quiso traerme a la vida.<br />Siete horitas dieron dándole las gracias al Dios verdadero.<br />Ocho horitas ya, el sol que se viene por el que se va.<br />Nueve horitas, nueve, con Dios me levanto, contigo me acueste.<br />Ya dieron las diez, los diez mandamientos siempre cumpliré.<br />Once rezos hice, doce horas al día mi amor te bendice.<br />Doce campanadas: Dios está en los cielos y en las almohadas.<br /><br />Desde El Garitón con un sol digno de abril, Mariví Verdú<br /></div><br /><p></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-26094878794632887562023-10-31T08:31:00.006+01:002023-10-31T13:22:00.110+01:00POESÍA VERSUS MEDICINA, por Mariví Verdú<p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8lnYXBVFNhkFoOTXxDUyu1htK4MTXz0WjuFMuNV2pYLWxypXclipW1IpP5n3TlWj79rS3T6epxe-h7l5V38M4aIgWgl2cgff1rzayJnPc1egqNsoxy3IeOFig14h6sy9kz0bt575l75zLSQgR4gP2rB6N_yeczF0WuJmuB3uAQkGZwuQKUu9GwmBdoPs/s1744/Paco%20Moreno%20copia.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"></a></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgW3tycZz_hnOScugWPVUgzC7tKNrWIx2LHdyA9srLTjtWUpVeN3ljkPOIDE0buQGmENkDJvZd7V94KAj781dBY28EI8T_lgYlzoEInnwNQ7seMfSgFAP2xxVocZo7vS8IFXxL469APloNZL299P5AqttwFEe5mRld8QIXEl7L-15mGxQXr7Gt9gfbi7Mo" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1192" data-original-width="1760" height="271" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgW3tycZz_hnOScugWPVUgzC7tKNrWIx2LHdyA9srLTjtWUpVeN3ljkPOIDE0buQGmENkDJvZd7V94KAj781dBY28EI8T_lgYlzoEInnwNQ7seMfSgFAP2xxVocZo7vS8IFXxL469APloNZL299P5AqttwFEe5mRld8QIXEl7L-15mGxQXr7Gt9gfbi7Mo=w400-h271" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">En esta hora que no sé bien a quién pertenece, hora del limbo otoñal en donde hacen que me pierda dos veces al año, me siento a escribir sobre el estado de mi alma que está de cuidados intensivos para arriba. Llevo ya algún tiempo donde escribir, que solía ser una especie de necesidad vital y gozosa, está empezando a ser una manera de desangrarme, una manera de suicidio por entregas, cada vez más triste y desafortunado. Saber lo poco que sé y el escaso tiempo que me queda para aprender, me deja fuera de servicio, acomodándome lo más mansamente que puedo entre el desencanto y la ignorancia hasta que salga el sol por Antequera. En el desvelo de esta noche he estado leyendo dos libros de dos buenos amigos a quienes hace más de medio siglo sigo entusiasmadamente: Francisco Moreno Ortega, pintor y poeta, artista todo él, y Juan Miguel González del Pino, a quien todos llamábamos en la Barriada de Carranque “El Poeta”. Y cierto es: Juan Miguel es un grandísimo poeta que logra ir y venir a la ingenuidad caminando por los versos a pie descalzo como solo algunos sabios o santos pueden hacer.<br /></div><div><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8lnYXBVFNhkFoOTXxDUyu1htK4MTXz0WjuFMuNV2pYLWxypXclipW1IpP5n3TlWj79rS3T6epxe-h7l5V38M4aIgWgl2cgff1rzayJnPc1egqNsoxy3IeOFig14h6sy9kz0bt575l75zLSQgR4gP2rB6N_yeczF0WuJmuB3uAQkGZwuQKUu9GwmBdoPs/s1744/Paco%20Moreno%20copia.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1196" data-original-width="1744" height="274" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8lnYXBVFNhkFoOTXxDUyu1htK4MTXz0WjuFMuNV2pYLWxypXclipW1IpP5n3TlWj79rS3T6epxe-h7l5V38M4aIgWgl2cgff1rzayJnPc1egqNsoxy3IeOFig14h6sy9kz0bt575l75zLSQgR4gP2rB6N_yeczF0WuJmuB3uAQkGZwuQKUu9GwmBdoPs/w400-h274/Paco%20Moreno%20copia.jpg" width="400" /></a>Hablo en primer lugar de mi querido Paco Moreno. En los tiempos en que le conocí, allá a principios de los setenta, solo sabía de su faceta de pintor. Yo estudiaba en el Colegio San Pedro y San Rafael -él también lo hizo allí años atrás- y mi profesor de dibujo era José Díaz Oliva, amigo y compañero de profesión de Paco. Él fue quien nos presentó. Luego lo encontré muchas veces: en la Casa del Consulado, en las galerías de Málaga, en círculos poéticos, pero cuando me deslumbró fue en la inauguración del Colectivo Palmo, cuya sede estaba situada en la Plaza del Teatro. Palmo fue un colectivo considerado como uno de los más importantes de la historia cultural de Málaga, resultado de confluencias y encuentros entre artistas cuyo lenguaje vanguardista se alejaba de los planteamientos convencionales y comerciales. Allí conocería también a uno de sus fundadores, Jorge Lindell, de quien guardo gratísimos recuerdos. Obras de estos pintores pueden disfrutarse en el Museo de la Aduana para justicia de sus obras y recuerdo y gloria de sus nombres.<br /><br />De Paco Moreno me atrajo su personalidad y su porte. Por entonces era un hombre alto, hermoso, moderno, atractivo y de una simpatía arrolladora. Hoy, a sus noventa y dos años, aún conserva su hermosura, su talento, su alegría de vivir y se mantiene erguido como una torre maravillosa coronada de abundante y canosa cabellera y una lucidez que asombra y subyuga a partes iguales. Gozo de su amistad y en estos últimos años, a pesar de estar más alejados en la distancia, estamos más cerca que nunca en todos los demás sentidos. Escritor pródigo en obras que tocan casi todos los palos: ensayo, novela, cuento, letra flamenca y lo mejor...su poesía. En particular el libro que dedica a su madre Cecilia Ortega después de su muerte. Hoy he leído una serie de décimas interesantísimas recogidas bajo el título <b><i>Sopa de Sapo</i></b>. Me he cargado bastante más de medio libro y me he asombrado en muchos de sus versos. Gracias Paco y enhorabuena. Gracias porque somos amigos, porque vivimos en la tierra que nos gusta y envejecemos con la posibilidad de vernos de vez en cuando y celebrarlo con alegría.<br /><br />Y como mi mesita de noche rebosa de libros esperando ser atacados en algún momento, cuando solté el poemario anterior se escabullía uno más delgado, más liviano, uno que parecía tímido al roce pero yo lo escogí porque sabía a quien pertenecía, sabía muy bien quién era su autor. El libro de poemas se titula <b><i>El instante no atendido</i></b>, título escogido de un verso de T. S. Elliot. Su autor, Juan Miguel González del Pino, es un viejo amigo mío con el que he caminado largas jornadas en este mundo. Sé que es un poeta grande porque desde los once años ando observándolo y solo ha hecho madurar en la poesía como un árbol o una roca poética que no se mueve del lugar y es capaz de descubrir el mundo. Agradezco esa hora perdida de insomnio que contigo llevé casi al borde malva del amanecer. Gracias.<br /> </div><div style="text-align: justify;">La verdad es que ambos pusieron su granito de arena en mis ojos para que el sueño los cerrara y mi corazón quedara agradecido a la vida y a esa magia de los encuentros, del perfume a libro, del placer de la amistad. <br /><br />Tengo acabada la maquetación de “Cantos y silencios flamencos” , antología de mis trabajos flamencos premiados en diferentes concursos (15), pero tendrá que esperar para hacerse libro y realidad. Estoy pasando mala racha física, mental, moral y espiritualmente. Ahora mismo soy como una lagartija pegadita a la pared, buscando un sitio donde nadie me moleste y a ver si cuando salga de este obligado letargo el mundo brilla por la paz y por la comprensión. Ahora me toca recuperarme, ponerme al día con mi cuerpo. oírme, tranquilizar mi espíritu y dedicarme a guisar y a atender pequeñas necesidades, cosas chicas, cotidianas, y siempre atenta, pendiente de los momentos en los que el corazón me necesite. Hasta pronto, amigos. <br /><br />Con una danza de lluvia en los labios, Mariví Verdú<br /><br /><br />*Este artículo lo empecé ayer por la mañana, antes de ir a mi médico -que dedicó más de media hora de su tiempo a oír mis penurias. Gracias.-. Lo acabo hoy, día primero de mi tratamiento y último del mes de octubre, llena de esperanza. Bueno, de Esperanza, de Sheila, de Toñi, de Antonia, de Lola, de Carlos, de Juani, de Tina, de Javier y de mi hijo: su voz me cura más que ninguna medicina. <br /></div><div><p></p><br /></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-72586122329713157162023-10-17T16:54:00.008+02:002023-10-18T07:42:44.873+02:00DONDE DIJE DIGO, por Mariví Verdú<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhREPITi4nnTTwVW4fM_OIzAiUxq4NMK3yLhyphenhyphenqpFREztFkwG-aUEanrZLtEM_vGrEFB1KlxQu2QZYEG5YBa58NGUQMEbHaN4D9bKrNYrSbUS8ohIWZERzAlip-pFL4LgwK9aSyRAMbNqoWVktsPBka6GMT-ue6KHZlqYoIt9EGbLjNNwc9BR0-anKnEkAg/s510/ola%20tito%20gabriel.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="mi tío Gabriel" border="0" data-original-height="369" data-original-width="510" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhREPITi4nnTTwVW4fM_OIzAiUxq4NMK3yLhyphenhyphenqpFREztFkwG-aUEanrZLtEM_vGrEFB1KlxQu2QZYEG5YBa58NGUQMEbHaN4D9bKrNYrSbUS8ohIWZERzAlip-pFL4LgwK9aSyRAMbNqoWVktsPBka6GMT-ue6KHZlqYoIt9EGbLjNNwc9BR0-anKnEkAg/w400-h290/ola%20tito%20gabriel.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Corría la década de los cincuenta. La carretera de Cádiz estaba flanqueada de huertas y el display de la Costa del Sol no se había desplegado todavía. Nuestro paraíso lo descubrieron algunos extranjeros que venían buscando el rayito de sol perenne, la alegría de los azules y la bondad del agua de nuestras fuentes. Mi familia y yo vivíamos en los Portales de Gómez 62, relativamente cerca de una vaquería, al lado, lo que pasaba antes es que todas las distancias había que salvarlas a pié y nos parecían de otra medida. En aquel Corral de las Vacas se crió Antonio Molina, amigo de mi tío Gabriel, el único hermano de mi madre que yo conocí. Podía haber sido famoso, casi tanto como su amigo, porque cantaba muy bien pero se dedicó a ser feliz en un amoroso anonimato y a trabajar en su oficio hasta la muerte. Solo cantaba cuando tenía ganas, mientras trabajaba de mecánico en Finanzauto o en las fiestas familiares después de pedírselo un buen rato: ¡Anda, Gabriel, cántate algo! ¡Venga, Gabriel, hazte algo, lo que sea! ¡No te hagas más de rogar, Gabriel! ¡Óle, Gabriel! Y así Navidades y resto de fiestas familiares. Una vez, a petición de los compañeros, fue Radio Nacional de España a grabarlo mientras estaba en plena faena en el taller, cantando como los ángeles. Se hubiera callado de saber que lo estabn grabando. Se hacía rogar mucho, solo cantaba cuando le daban ganas, cuando era el momento. Sin embargo, yo le oí cada día de mi niñez. A la vuelta del taller, negrito como buen mecánico, se bañaba en el patio y cantaba por cantes de Málaga y otros que empecé a distinguir desde niña. Lo hacía por gusto, para sí mismo, con una media voz preciosa y bien modulada. Tenía mucho paladar para el cante. Hace casi un cuarto de siglo, en unos versos que titulé <b><i>Sanguinis</i></b>, recogí la historia. Cuelgo aquí un pequeño fragmento:<br /><br /> (...) Pero Juan Breva, de niña, <br />se adentraba en mis portales<br />que sólo son hoy recuerdos<br />antiguos y memorables.<br /><br />Patio de mi vieja casa…<br />Mi tío solía bañarse<br />en aquel baño de cinz…<br />Jabón, estropajo y cante.<br /><br />Se cantaba por Jaberas<br />y Serranas como nadie.<br />Fue él el que me enseñó<br />a diferenciar: La clase<br /><br />que tenía Canalejas<br />Manolo Vargas, los cantes, <br />de los hermanos Mairena,<br />Antonio al taconearse.<br /><br />…Y escuché hablar de la Trini,<br />del Canario, el Pena padre, <br />de Toronjo y el Fandango,<br />de “El Gallina”, “El Chocolate”,<br /><br />de Pepe el de la Matrona<br />de caña, polo y cabales,<br />de las hermanas de Utrera,<br />Vallejo, Beni de Cádiz…<br /><br />Me enseñaron a escuchar, <br />que el saber está en callarse,<br />o decir un ¡ole! al tiempo<br />que el alma hacia fuera salte.<br /><br />Con todo lo que aquí cuento<br />nadie podrá preguntarme<br />si a mí me gusta el flamenco…<br />¿Cómo podría no gustarme? (...)<br /><br />La verdad es que hoy os he contado otro poco de mi vida, os he destripado un poco de mi próxima novela, un ejercicio de memoria para olvidar lo que de verdad quería haber hablado: de la hipocresía, del Premio Planeta, del millón de euros de la Sonsoles, de la mala suerte del chico cordobés Álvaro Prieto, del pánico de las guerras recrudecido por minutos, en resumidas cuentas: de la mala leche que gasta la mayoría del personal de este mundo redondo que da vueltas y del infortunio de tantos otros. Parecen olvidadrse que unas veces estaremos boca arriba y otras boca abajo.. Había empezado con este párrafo que os dejo a continuación pero no podía seguir, no podía. Estoy derrotada.<br /><br />¿Dónde fueron las almas, en qué huida de nosotros mismos las perdimos? ¿Y qué es un hombre sin alma, con la conciencia muda, a solas con su propio vacío? ¿En qué animal peligroso nos convierte la carencia de afectos? ¿Adónde irá esa carne, ese montón de huesos sin memoria? La guerra está en la televisión como un magacín más, muy moderna la cosa, muy informada, inmediatamente informada, retransmitida con cortos de muertes a gogó, matanzas en directo que dan a horas puntas, dentro de los informativos, mientras engullimos un plato triste en la soledad más absoluta y no queremos creer que sean de verdad, que se van para siempre, que se les roba el derecho a crecer, a estudiar, a pensar y a enamorarse... ¿Cómo podríamos comer si no, con la que está cayendo?<br /><br />No podía seguir escribiendo sin darme un cabezazo contra la pared. Y opté por recordar la infancia, esa que le están robando a tantos niños. Y, por si sirve de algo, os diré que mi corazón es niño y a veces está en países que no he pisado nunca. Y a la pregunta de Claudio Rodríguez ¿Por qué todo es infancia? contesto siempre: pues... porque sí.<br /></div><p> Desde El Garitón, esperando la lluvia con desesperación, Mariví Verdú</p><p></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-53378810216374422462023-10-16T04:32:00.007+02:002023-10-16T11:57:56.829+02:00ESPANTAPENAS, por Mariví Verdú<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhofET2fAK3hoAQrxOg9G-wQIPm5BE6TeHI9ph-o__nT_7oh8lW4ZsMr89tuG9KPzkBWHTQvysO2-oqYBIbyQRZr2N78KdgF4eb6BlqSYkDx5VsnfWkZOl8myHxOilD-WEFezGjM5Q-8ylGZTKcV85fkr3P29vwa5PKlPTLXCv3fk9YBSUgE_f58_3n5Gw/s510/San-Ignacio-recitando.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="369" data-original-width="510" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhofET2fAK3hoAQrxOg9G-wQIPm5BE6TeHI9ph-o__nT_7oh8lW4ZsMr89tuG9KPzkBWHTQvysO2-oqYBIbyQRZr2N78KdgF4eb6BlqSYkDx5VsnfWkZOl8myHxOilD-WEFezGjM5Q-8ylGZTKcV85fkr3P29vwa5PKlPTLXCv3fk9YBSUgE_f58_3n5Gw/s320/San-Ignacio-recitando.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;">Cuando miro hacia atrás buscando el rastro de mi maldito oficio de poeta, presiento que hay poemas inacabados, cíclicos, eternos sobre el amor y sobre el dolor. Hasta los no escritos todavía llevarán un rastro de esa doble tristeza que es marca de la casa. Llevo escribiendo desde que lo recuerdo, o sea, hace sesenta y cinco años, cuando supe exactamente las letras que conformaban los nombres de mi agrado, los de adentro de mi pecho, las repetidas sílabas de “ma” y “pa” con acento en la segunda, las que nombraban lo más grande que un humano puede tener en este mundo. Cuando escribía mamá tenía la sensación de escribir mundo, agua, dios y vida. Cuando escribía papá... albergaban tanto esas dos pes: seguridad, fuerza, hermosura, bondad y un largo etcétera de adjetivos en torno a la admiración y el agradecimiento. Las aes repetidas en ambas palabras eran de amor, amor, amor, amor. Después escribiría primavera, mar, azul, abuela, colegio, río y música. La primera muerte llegó con once años.<br /></div><div style="text-align: left;"><br /><div style="text-align: justify;">Mi niñez, llena de descubrimientos como todas las niñeces del mundo, fue un tiempo pobre en recursos y rico en ilusiones. Cada momento del día, cada día de la semana, cada mes, cada estación -en aquellos tiempos había estaciones y rebecas-, cada festividad, desde Reyes a Navidades, marcaba nuestra vida moldeando nuestras almas, dándole un significado, un aliciente, una esperanza, un porqué. Todo tenía su agradable intríngulis, desde lavar los azulejos de la tumba de mi abuela, ponerle flores y comprar un cartucho de castañas a la salida del cementerio, hasta ir al río de excursión el 18 de julio, día de paga doble para los padres: tristeza y desmemoria. El sabor y el calorcito que desprendían aquellas castañas recién asadas en el puesto de la puerta del Batatal siguen en mi recuerdo, igual que aquel tiempo otoñal de los primeros días de noviembre en los que necesitábamos abrigo y a veces hasta una bufanda. Yo tuve guantes de lana. Mi tía María sabía hacer de todo, tejía ilusiones y surcía desilusiones. En aquellos entonces el calendario estaba llenos de fechas memorables: el Corpus y el Domingo de Ramos eran días de júbilo sin saber por qué -todavía ando descubriéndolo-, tal vez sería porque nos hacían estrenar ropa blanca, al menos unos calcetines tobilleros o unos cucos; otras, las menos, un vestido con manguitas de farol o una rebeca calada y nos llevaban a Málaga a pasearnos. En el primer caso solo fui en dos ocasiones a una procesión y en ambas fui con mi tía María Teresa. Nunca me gustaron las procesiones, los bullicios ni los palios. Una vez vi La Pollinica. En la misa de ese domingo nos daban ramitas de olivo y me gustaba hacer cruces entrelazando sus hojas de dos en dos. Las ramas las dejábamos secar enganchadas al crucifijo -símbolo cristiano que colgaba en la pared de la cabecera de la cama en la mayoría de las casas de la época-. A veces teníamos detrás de la puerta una rosquilla de pan colgada a modo de espantapenas o una herradura. El Jueves Santo era también un día señalado. Era un día serio, silencioso. Se paraba de emitir la radio desde las tres de la tarde y la gente hablaba en voz baja en señal de respeto a la anual cita de la muerte del Cristo. Recuerdo especialmente la visita de las titas María e Isabel, cuñada y concuñada de mi abuela, que vivían en Calle Salitre y parecía que estuvieran en tierras lejanas. Así eran las cosas por entonces, las distancias en particular. También venían mis primos de La Línea. Con ellos se iba la tristeza. Las primeras, como dos modosas pasitas con cara de porcelana, nos traían una cajita de dulces de la Imperial. Eran dos beatas de luto interminable en esta vida. Los tres primos eran un canto a la esperanza, mi primo Antoñín, mi prima Isabelita y mi prima Julia. Eran tan guapos y tan alegres. El habla gaditana era un añadido a la alegría de su juventud. Ellas se vestían de mantilla y se colocaban unos tacones negros de aguja y el garbo natural se multiplicaba por cien. Echábamos colchones al suelo y a mí me parecía que la casa se hacía grande y que todo era fiesta.<br />A pesar de que ese día no se comía carne, solo potaje de bacalao o gazpachuelo y papas fritas con huevo, porque era día de ayuno y abstinencia, a mí me daba la sensación de que aquella cocina compartida olía mejor que nunca porque no nos absteníamos de nada. Con ellos todo era abundancia, sonrisas y abrazos. <br /><br />Aquello de vivir fuera del núcleo de la ciudad, en las afueras, en la misma carretera de Cádiz, tenía de positivo que no habían procesiones ni barullo alguno. Toda la calle estaba en calma y cada cual en su casa, por lo que no me hubiera importado que fuese siempre jueves santo. Hasta los saludos eran realizados serenamente, como en un duelo. Desde niña, desde siempre me gustó el silencio, en él es fácil distinguir el canto de los pájaros. O el sonido de los cencerros por los campos que circundaban Málaga. En las tardes de verano, a la hora de la siesta, podían oírse a las lagartijas deslizarse por la tela metálica con la que mi padre cubrió parte del patio. Yo oía el aire, hasta la brisa oía, y los podía distinguir en las hojas del coléo o en los mismos helechos. Las tardes de terral eran mudas del todo. Así era el silencio por entonces, general, extendido y preciso. Hoy hemos olvidado lo que es. Igual que hemos olvidado la piedad, la misericordia y el motivo de nuestra existencia.</div><div style="text-align: justify;"><br />En este texto quería hablar de las interminables guerras del mundo, del dolor que provocan, de la injusticia que las resume y he acabado sin decir nada de lo que quería pero no por olvido sino por no morirme más todavía. Y es que no revientan los culpables, nunca mueren los que provocan las guerras pero nos matan a todos, algunos con una muerte de verdad, esa que deja sin niñez y sin vida, la que está ocurriéndole a una pobre gente que solo quería vivir estas cosas que os cuento u otras por el estilo. Querían vivir. Y es dolor lo que me hace contar vivencias, es impotencia y es empatía, creo que mucho mejor que ahondar en una tristeza tan grande como irremediable. Privar a la gente de paz es un pecado, eso sí que es un pecado mortal. Así haya un infierno para los culpables.<br /></div><p style="text-align: justify;"></p><p style="text-align: justify;"><br />Desvelada, desde este Garitón que necesita más lluvia y menos lágrimas, Mariví Verdú</p><p style="text-align: justify;">*Al recuerdo de mi tía María Teresa en el día de su santo. </p></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-16308616088555571142023-10-10T08:04:00.003+02:002023-10-10T08:12:39.716+02:00ESTADO DE DESGRACIA, por Mariví Verdú<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6NliIkP0S5ARayfyq3_JXjmjhovvjjUHLWMu5IpSndEn2MJMpI_3FqBUAdnhAq_TgkSC6ra0UWkQOEMEIeNi4X-F6P-3VvN5uOcmQvevz8wDcEQ1_WLxxN6M0uoBHQt2t3cfC4_uRo36jFaEK4oGoNNaRUme-2eHGz-vpRpYMyePAEzTyLZ2ZzAwlWog/s1361/IMG_20231004.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6NliIkP0S5ARayfyq3_JXjmjhovvjjUHLWMu5IpSndEn2MJMpI_3FqBUAdnhAq_TgkSC6ra0UWkQOEMEIeNi4X-F6P-3VvN5uOcmQvevz8wDcEQ1_WLxxN6M0uoBHQt2t3cfC4_uRo36jFaEK4oGoNNaRUme-2eHGz-vpRpYMyePAEzTyLZ2ZzAwlWog/w640-h480/IMG_20231004.jpg" width="640" /></a></div><br /><p></p><p style="text-align: justify;">Hacía mucho tiempo que no tenía la necesidad de rezar y hoy la he tenido. Cuando recurro a ese Dios del que dudo si existe ¡Qué mala está la cosa entre los hombres! Cuando decido hablar con el gran desconocido es porque estoy perdida. De no ser por la sonrisa de Emma, la ternura de los abrazos de los míos, el ciclo de los almendros y la voluntad de vivir de dos matas de pimientos que tengo en el arriate, habría desistido hace tiempo hasta de la duda que lo alberga, esa duda que me protege del nihilismo y que me hace acudir desesperadamente al Padrenuestro. He rezado hasta un Avemaría porque una oración me parecía poco. No he llegado al Gloria. Todo está consumado.<br /><br />El mundo está en guerra y nada podemos hacer por evitarlo. El conflicto viene en la misma masa de nuestra sangre, parece que estuviera escrito en nuestro código genético y, de ser así, eso no hay quien lo arregle. Los viejos conflictos tribales, tan largos en el tiempo por las creencias y la imposición de las mismas como por la hegemonía de los territorios, forman parte del ciclo de la vida humana desde que estamos aquí y han debido interiorizarse de tal forma que no hay marcha atrás. El desencanto que inspiran nuestros mandatarios, el consumismo generalizado en la parte afortunada, la mala distribución de los recursos -que hace desafortunado a quienes no deberían serlo-, la misma sociedad del bienestar que falsamente nos han vendido... todo ello me hacen sentir una tristeza tan grande que sería feliz si me acogieran los lobos en su manada o las huidizas abubillas que vienen cada primavera, que van a los suyo y vuelven a ese trozo de mi casa que escogieron y que ya es más suyo que mío. <br /><br />Me he despertado a las cinco con el corazón encogido. No sé por qué motivo he venido hasta mi escritorio, he encendido el PC y me he puesto a teclear como una posesa. No entiendo qué sinestesia habita en mis palabras, pero el silencio suena a lamento y el amanecer está totalmente apagado en este día diez de octubre. Hoy hace exactamente veinte años que murió mi padre, Ángel Verdú Rodríguez, un hombre íntegro y educado en la palabra correcta. Todo un mundo interior llevaba encerrado bajo su piel oliva del que solo sus ojos negros tenían facultad para canalizarlo al exterior dejándonos ver su ánimo y sus sentimientos. Su muerte me parece reciente, su duelo... indefinido en el tiempo. Ser huérfana tiene eso, que lo eres desde el momento de la muerte de tus padres y para siempre. Hoy escribir no me me consuela, ni siquiera utilidad le encuentro más allá que gastar los minutos primeros del día y desvariar dentro de mi limitada lucidez. En momentos como estos quisiera parar el mundo y bajarme de él. Total, ir de viaje a ninguna parte es una tontería y mucho más acompañar a esta humanidad de la que solo queda el nombre. <br /><br />Cuando quiero creer en el mundo que vivo y me encuentro tan desamparada y sola como ahora mismo, no sé adonde recurrir. Escribir, que es un hábito siempre y un recurso, hoy solo es un pañuelo de llanto. No quiero buscar la palabra precisa para el estado de desesperanza que me embarga porque no la encontraría. Y me he sentado aquí, delante del ordenador y de todos vosotros, para abrir la espita del alma por que no estalle. Esta sensación de impotencia que me ahoga por dentro, presiento que me envenenará. He tomado una manzanilla con miel para aliviarme el amargor de mi boca. No lo he conseguido. Pongo punto y final porque ya no quiero hablar más. Solo quiero un milagro.<br /><br />Aún no ha amanecido. El Garitón está oscuro. Sé que hay un verdor dentro de la noche, un mar enfrente y un jazmín próximo, pero no los veo, no los veo.</p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-36739968163664340252023-09-17T14:59:00.011+02:002023-09-17T18:43:36.602+02:00HOMENAJE DE MÁLAGA A ANTONIO BELTRÁN LUCENA, por Mariví Verdú<p style="text-align: left;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTa8SOKV_TazWY2Vpcq2BtjcUBZC1RPZgT635qOGJ6yFaObxxD-m1_ld1hkHjeB1hz74qtTfBR4vh9R02MVf-Cz1b0g0jxAPe7pncAjGw1RN_s806MHElHowlIaKA9zcviN90H8QlFO2K--9NdFPTTW39gY4NQvLbta8pNK-ml8oP8ZlgeI3MbRVpwvHs/s2048/IMG-20230915-WA0033.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTa8SOKV_TazWY2Vpcq2BtjcUBZC1RPZgT635qOGJ6yFaObxxD-m1_ld1hkHjeB1hz74qtTfBR4vh9R02MVf-Cz1b0g0jxAPe7pncAjGw1RN_s806MHElHowlIaKA9zcviN90H8QlFO2K--9NdFPTTW39gY4NQvLbta8pNK-ml8oP8ZlgeI3MbRVpwvHs/w400-h300/IMG-20230915-WA0033.jpg" width="400" /></a>A mi querido Antonio Beltrán Lucena, con quien me une una larga amistad, en el día de su homenaje.<br /></div><div style="text-align: justify;"><br />El pasado viernes, 15 de septiembre, tuvo lugar un acto de homenaje a nuestro queridísimo Antonio Beltrán Lucena, una manifestación de clamor popular hacia su persona y su legado en el que intervinieron un buen número de artistas en diferentes facetas del arte: cantaores, poetas, guitarristas... gente maravillosa. Ha sido un acto de justicia nacido por iniciativa de la Peña Rincón del Cante de Las Castañetas, dirigido por Salvador Pendón y Gregorio Valderrama y en el que me habían pedido colaborar con la coordinación de la parte poética del espectáculo. Muchas gracias y enhorabuena a nuestro protagonista, a los organizadores y a cuantos han colaborado de una u otra manera.<br /><br />Fue un acierto recibir a los asistentes agasajándolos al ritmo de verdiales. La panda El Manantial estuvo tocando en la puerta y en el hall del auditorio Edgar Neville hasta el comienzo del acto que abrió con su intervención en el escenario. Pararon en su despedida delante de Antonio y Beli y tocaron para ellos. <br /></div><div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeJDWbkdaX7zC1ERApxV7aY-5PDDfIgHnn4MncNzB68ujYhBK5x9tMEATK2i5mkZQsZ-afidocSrbWKyFps4nHpztauD61GV2RcUUv5ozZbLaXkyMVRL8MnV8PfxtoWWTr23m7szJLzXVXw8zkQK_Nt1uyhhg-casUBbietZz3l1reX4JL_8eJttx3SYQ/s1600/IMG-20230915-WA0022.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="900" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeJDWbkdaX7zC1ERApxV7aY-5PDDfIgHnn4MncNzB68ujYhBK5x9tMEATK2i5mkZQsZ-afidocSrbWKyFps4nHpztauD61GV2RcUUv5ozZbLaXkyMVRL8MnV8PfxtoWWTr23m7szJLzXVXw8zkQK_Nt1uyhhg-casUBbietZz3l1reX4JL_8eJttx3SYQ/w225-h400/IMG-20230915-WA0022.jpg" width="225" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">El poder de convocatoria estaba más que asegurado, dada las características del homenajeado y la programación que presentaba el cartel del acto, cosa que se pudo corroborar con un aforo completo. La valoración del encuentro es más que positiva: Antonio disfrutó. Su familia, también. El auditorio estaba a rebosar de amigos, llenos de cariño y admiración hacia lo que es y lo que representa para Málaga la figura de Antonio Beltrán Lucena. Objetivo conseguido.<br /><br />La intervención de Salvador Pendón glosando al homenajeado hizo referencia a su legado poético y a la importancia de lo popular, esa forma de llegar a todo el mundo con un lenguaje sencillo y familiar, en el idioma del pueblo, algo que caracteriza la obra literaria de Antonio. En la programación hubo dos sustituciones de guitarristas que asumieron Juan Moreno y Chato de Málaga. El resto es de todos conocido por el cartel que os compartí en su momento y siguió el orden establecido: Antonio de Tolox, Antonio Fuentes, Antonio José Fernández con la guitarra de Gabriel Cabrera; Joaquín el Quini acompañado por Lidia Vergara; Miguel el Pibri por José Delamaría, Enrique Castillo por Niño de la Aljaima y Gregorio Valderrama acompañado por el presidente de la entidad organizadora y guitarrista Juan Moreno; luego fue el turno de Paqui Corpas y cerró Virginia Gámez acompañada por Andrés Cansino. Un acierto de la organización el que todos cantaran palos distintos, letras distintas. Desde aquí he de destacar la intervención de Antonio Fuentes con la guitarra de Pepe Satorre y la de Paqui Corpas con Chato de Málaga porque el público rompió en aplausos en mitad del cante y merece que así se cuente. Quiero nombrar también a Joaquín Cabello “El Quini”, a Miguel Vergara “El Pibri” y a Gregorio Valderrama por haber interpretado y escrito unas letras dedicadas a Antonio que el público y Antonio valoraron y aplaudieron.<br /></div><div><br />Durante el acto se fueron alternando el cante y la poesía: poemas, contarriñas y chascarrillos de nuestro querido Antonio en las voces de Antonio Alarcón, María Donaire, Manuel Fernández Maldonado, María Gómez Riera, Encarni Jiménez Palma, Paco Moreno Ortega, Mari Paz Redoli y Toñi Romero. Paso a continuación a transcribir cada una de las intervenciones, todas obra de Beltrán Lucena.<br /><br />COSILLAS DEL TREN DE VÉLEZ <br />Fragmento recitado por Antonio Alarcón “Niño de la Morena” que dio inicio al turno de los rapsodas. Una excelente y cercana intervención.<br /><br />Lo acariciaban las olas<br />de la Bella a Torre del Mar<br />y al pasar, las caracolas,<br />se ponían a cantar.<br />Y dejando atrás la playa,<br />cruzando el campo axarqueño<br />subía hasta Zafarraya<br />entre huertas y viñedos<br />salpicaos de casas blancas.<br /><br />En uno de estos trenes había un conductor que le decían el Avión, porque a lo mejor se paraba en cualquier sitio a tomar un caminante y ¡claro!, luego tenía que recuperar el tiempo perdido; y también más de una vez tenían que llevarle carbón, porque calculaba mal, y se le paraba el tren entre El Palo y Málaga. Decían, según las malas lenguas, que vendía el carbón por el camino.<br /><br />Cosillas que le pasaban<br />a aquel célebre Avión,<br />¡claro, el tren se le paraba<br />si le faltaba carbón!<br />Desde allá arriba, en to lo alto,<br />bonita estampa hasta el mar,<br />¡cómo aquel tren lo recuerdo<br />cruzando por la Axarquía!<br />¡Qué pocas luces tuvieron<br />con quitarlo! ¡Qué herejía!<br /><br />Pues en ese tren se subió uno que no estaba mu avisao, vivía tierra aentro, por el río Benamargosa y no se había montao nunca en el tren y se prebelicaba por ver el agua correr, le gustaba quitarle los tapones a las albercas que veía con agua, que cada casita tenía una para regar los huertos, pequeños vergeles, pos tenían que andar alerta con Manolillo Pinto, que además de su afición por ver el agua de correr, era mu bruto. La primera vez que fue a Málaga a tallarse pa irse a la mili, se subió en el tren en la estación del Trapiche y dos que iban ya montaos se dijeron: «ahora veremos».<br /><br />Na más el tren arrancar, los dos con las cuatro manos, fingiendo como queno podían tirar de la maneta que ponía «en caso de emergencia tirar de aquí». Al verlos, Manolillo les dijo: «Quitarzos». Los apartó con no mu güenas maneras, pegó un tironazo de la maneta, y el tren que se para. Al momento los dos civiles y el revisor: ¿quién ha sido? –Yo solo, y con la zocata na más. Y siguió diciendo:<br /><br />Porque er tío tiene juerza,<br />no solo pa pará un tren,<br />que lleva cuatro vagones<br />si llevara veintitrés<br />también me sobran cojones.<br /><br />El tren que se vuelve a poner en marcha, y al llegar entre Almayate y Torre del Mar parecía que iba derechito al agua y el Pinto que empieza a pegar saltos, loco de contento, de lo otro ya estaba, mientras decía: «¡Ojú, la que viá liá como me encuentre el tapón».<br /><br />En mi vía he visto yo<br />un charco con tanta agua<br />¡como me encuentre el tapón,<br />voy ajogá media España!<br />Con este cante evocar<br />recordando aquel Juan Breva<br />y volverlo a ver pasar<br />al tren de Vélez quisiera,<br />bajar de la sierra al mar,<br />desde la Torre a la Bella.<br /><br />En segundo lugar intervino María Donaire, de Alhaurín de la Torre, que nos recitó con su brío natural y flamencura CORONADO EN LA HABANA:<br /><br />Málaga, reina y señora<br />del buen vino y mejor cante,<br />tan noble y trabajadora,<br />con la verdad por delante.<br />De sus pueblos tan bonitos,<br />elogio en este cantar<br />a uno blanco y chiquitito<br />que entre viñedos está.<br />Fue cuna del gran poeta<br />que llevó siempre en su cante<br />a su tierra malagueña<br />y a su querido Benaque.<br />Con su pluma singular<br />por todo el mundo llevó<br />al más alto pedestal<br />el nombre de lo español.<br />Pues loaba con sus versos<br />al popular cenachero,<br />al hombre de tierra adentro<br />y al sufrido marinero.<br />En mil novecientos nueve<br />fue coronado en La Habana<br />malagueño universal<br />y Poeta de la Raza.<br />Fue su pluma incomparable<br />alborada mañanera,<br />una fuente inagotable<br />de Málaga, Salvador Rueda.<br /><br />Salió en tercer lugar Manuel Fernández Maldonado, con su habla tan malagueña y su gracia natural nos dijo una parte del pregón sanjuanero de verdiales que el poeta homenajeado dijo en Santo Pítar, estando presente Manuel, que por cierto es su compadre, aquella noche de San Juan. <br />AL FUEGO CON TO LO MALO (fragmento):<br /><br />Como me gusta soñá<br />y como sueño despierto<br />po lo empecé a encarrilá.<br />Y como el cante lo llevo<br />metío en el corazón,k<br />con coplas y versos quiero<br />que sea cante este pregón,<br />es el deber de un coplero<br />que no salga mu peor<br />y así me libro del fuego..<br />No puede estar Santo Pita mejón situao:<br />ahí pallá toa la Axarquía,<br />a la partallá Comares;<br />a este Montes y Almogía;<br />allí abajito, la Bella;<br />a to alreó, Verdiales;<br />mú cerquita, las estrellas.<br />¡Santo Pita, cuánto vales!<br /><br />A lo largo de los tiempos, esta noche, la noche de San Juan, se ha significao por las verbenas y dentro de ellas, la candela, la ruea, los saltos sobre el fuego y el meceó, columpio o bamba (de las tres maneras se le dice, aunque a mí me gusta más el meceó).<br /><br />Sigamos con el pregón<br />cantando algunas bamberas,<br />se cantan en el meceó,<br />por mozuelos y mozuelas.<br />Sigue Carmela subía<br />que te voy a seguir cantando<br />y en mi cante te diré<br />en lo que yo estoy pensando.<br />Mientras yo me estoy meciendo<br />tú me cantas por bamberas.<br />Me gusta a mí columpiarme<br />mientras tú me estás cantando.<br /><br />Amigos, tos en unión,<br />jagamos una gran hoguera,<br />que viá quemá mi pregón<br />para avivar la candela;<br />y con él quisiera yo<br />que los males de la tierra,<br />al salir mañana el sol<br />solo ceniza ya fueran.<br />Que a partir de mañana<br />las balas sean de pringá,<br />los cañones de pan moreno<br />y el aceite pa engrasá<br />que sea de oliva, del güeno,<br />puro, sin adulterar...<br />y con to lo malo al fuego.<br />Acabo con el pregón,<br />que está la noche mu güena,<br />¡fiesta, vino, ruea, jamón!<br />¡más vino, más fiesta, brevas,<br />hasta que nos salga el sol!<br />¡Que está la noche mu güena!<br />¡Y al fuego con el pregón!<br /><br /><br />En cuarto lugar y con la delicadeza que la identifica, la poeta María Gómez recitó magníficamente un poema del libro, <b><i>Cantando salen mis versos cuando sufro y cuando sueño</i></b>, ilustrado por el querido amigo Manuel Garvayo y titulado ERES MÁLAGA UN ENSUEÑO<br /><br />¡Ay mi Málaga, ay mi Málaga!<br />¡Cuánto te quiero, mi Málaga!<br />Te quiero por tantas cosas, <br />por noble y hospitalaria, <br />por tus mujeres hermosas,<br />siempre, siempre ¡Viva Málaga!<br /><br />Verte desde Gibralfaro <br />me embeleso al contemplar <br />Puerta Oscura, La Alcazaba, <br />¡y ese Parque junto al Mar! <br />¡y ese Paseo de España <br />hecho por Dios al soñar!<br /><br />¡Ole, por eso le canto <br />a ese rincón perchelero <br />del paraíso un pedazo,<br /> <br />por sus flores y su color <br />los Jardines de Picasso <br />en nombre del gran pintor.<br /><br />Eres, Málaga, un ensueño <br />porque todo en tí es divino, <br />boquerones victorianos, <br />y de tus montes ¡el vino! <br />a tí Dios extendió su mano <br />y te abrió to los caminos.<br /><br />Con letras de oro estás <br />en el libro de la historia <br />¡Ole, te quiero cantar! <br />mi Virgen de la Victoria <br />la Patrona celestial <br />que con Málaga es la gloria.<br /><br />Por tu clima, por tu luz <br />y del arte embajadora, <br />por tu cielo tan azul, <br />¡tan guapa y tan cantaora! <br />y por todo, siempre tú<br />¡Málaga Reina y Señora!<br /><br />En quinto lugar salió a recitar mi querida Encarni Jiménez Palma, hija de nuestro añorado Antonio de Canillas, diciéndonos con especial gracia y desparpajo un texto titulado EL QUE LA JACE, LA PAGA<br /><br />Cuarenta años casao<br />mu güena la convivencia,<br />algún que otro altercao<br />pero sin más consecuencia.<br />Ella, Rosario López Carmona,<br />hacendosa, mu apañá,<br />bien conservá, sesentona,<br />bondadosa, recatá<br />pero algo inocentona,<br />falta de toda maldá.<br />Él, Romualdo García Pinsón,<br />que se le nota la doma,<br />borricote, fanfarrón<br />que por cualquier atajo toma<br />sin pensá si hay otro mejón.<br />Y el otro día la Rosario<br />que de la iglesia llegó<br />de eso venía, de rezarlo,<br />jenchiíta de doló.<br />Al verla tan compungía<br />Romualdo le preguntó:<br />Rosario, sentrañas mías,<br />¿qué te pasa, corazón?<br />Yo no te doy mala vía,<br />otra será la razón,<br />vienes mú descoloría,<br />cuéntame te escucho yo:<br />¿Qué te pasa vida mía?<br />Rosario al verlo tan preocupao<br />colmándola de atenciones<br />en las que él no era mu prodigao<br />pos le explicó las razones<br />de su atribulao estao.<br /><br />Romua, ¡qué pena más grande, ayer se murió Don Jacobo! <br />Romualdo: Güeno, ¿y qué? ¿Quién era ese? <br />Rosario: ¿No te acuerdas? El cura que nos echó las bendiciones, el que nos casó hace ya cuarenta años.<br />Sin pensarlo, le contestó el Romua: «El que la jace, la paga».<br /><br /><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXX0OiiBZkPvMZaQ9hGDmC_2OwV6IF0YnEI-TzTj65OPslPgEIxwRB-ibNYsUOPG_vF_kSsNx_BUoPr-VXF6vJDGS1w3Q0nq9rR64VjGE8Y0a3m99bA3_WruEfHltuxCU8Gl4OT6XTSzcFsyskdiwaoHNLVCi8ClMrhvXKkpPK84nMdew9gBJ4CB-Udms/s1493/tarjeta%20ADC.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="885" data-original-width="1493" height="190" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXX0OiiBZkPvMZaQ9hGDmC_2OwV6IF0YnEI-TzTj65OPslPgEIxwRB-ibNYsUOPG_vF_kSsNx_BUoPr-VXF6vJDGS1w3Q0nq9rR64VjGE8Y0a3m99bA3_WruEfHltuxCU8Gl4OT6XTSzcFsyskdiwaoHNLVCi8ClMrhvXKkpPK84nMdew9gBJ4CB-Udms/s320/tarjeta%20ADC.jpg" width="320" /></a></div><p style="text-align: left;">Para terminar su intervención nos recordó a su padre en la lectura de un acróstico que Antonio le regalara a su tocayo y que el de Canillas usó como tarjeta de visita hasta el fin de sus días:</p><p style="text-align: left;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">A continuación subió al escenario nuestro querido Paco Moreno, poeta y pintor a partes iguales, un sabio que a sus noventa y dos años tiene más energía que tres de treinta. Sus propias palabras, antes del poema de Antonio, fueron aplaudidas ampliamente por todo el publico asistente, hablando sobre el estado de gracia que embarga a los mayores que, como Antonio o él, artistas ambos y personas admirables, están cerca del siglo. Luego dio paso a la lectura de los versos de su amigo de tantos años y nos dijo: <br /></div><p style="text-align: left;">SI TENGO NO QUIERO MÁS<br /><br />No cuentes a nadie tus penas<br />que se aflige quien te quiere,<br />quien no te quiere, se alegra.<br />Tú cuenta la feria bien<br />se alegrará quien te quiere<br />y quien no, peor paé.<br />Si tengo no quiero más,<br />corazón pa bien sentir,<br />cabeza pa bien pensar,<br />cariño pa compartir,<br />un amor pa disfrutar,<br />lucidez pa discernir,<br />paciencia para esperar,<br />contención para no herir,<br />tiempo, para al tiempo dar,<br />ilusión para seguir,<br />utopía para soñar,<br />sonrisa pa repartir,<br />güena voz para cantar<br />y poder hacer feliz<br />al que cerca de mí está.<br />¡Tampoco es mucho pedir!<br />Porque como tenemos...<br />Ocena y media de gallinas,<br />un gallo majestuoso,<br />un minino y tres mininas<br />y agua mu güena en el pozo<br />po no estamos en la ruina.<br />Y el botijo suando<br />a la sombra del parral,<br />las moscateles colgando.<br />Mi serrana en el portal,<br />mi guitarra y yo cantando.<br />¿pa qué queremos más na?<br /><br />Llegó el turno de Mari Paz Redoli, profesional donde las haya, que nos recitó con la soltura y gracia que ella tiene LOS PREGONEROS</p><p style="text-align: left;">Mi amigo Domingo Mérida Casermeiro, un malagueño de esos de con “M” grande, siendo director y presentador del programa de radio, Málaga, paso a paso me dijo: «Se va a celebrar un homenaje a los pregoneros malagueños, escríbeles algo». Esto que sigue me salió:<br /><br />Amigos, por todos quiero<br />con mis versos evocar<br />a unos cuantos pregoneros<br />de la Málaga inmortal.<br />Como estamos en agosto<br />ya va mi cantar primero<br />pa el de gordos y reo...ndos<br />que, así pregona el chumbero;<br />y aunque sean de lo Milla,<br />del Barranco o de Jotrón,<br />el dirá: ¡los de Almogía<br />qué dulces y güenos son!<br />Y al latero, echao palante,<br />¿recuerda señora mía,<br />con la caja y el anafre<br />los pregones que decía?<br />Traiga una lata vacía<br />de la leche condensá,<br />por dos rales enseguía<br />una asita le viá echá.<br />Tendrá un jarrillo de lata<br />que le servirá pá to<br />pa el café, el vinillo, el agua<br />¡qué apañaíllos que son!<br />Recordarlo es oportuno,<br />era ameno su pregón<br />casi siempre tres en uno,<br />sombrillero, colchonero y lañaó<br />pa buscarse las jamancias<br />el hombre jacía de to.<br />Se reparan las sombrillas<br />se recor...tan y atiran...tan<br />las corchonetas de muelles;<br />parecía tener por la voz de su garganta<br />en vez de pulmones un fuelle.<br />Señoras el lañaóóó...<br />se reparan los lebrillos<br />orzas, cántaros, macetas<br />cuatro lañas, un durillo<br />y dos lañas, tres pesetas.<br />Venga señora pa ca<br />no sea remoloncilla<br />que tres lañas le viá echá…<br />al lebrillo, Mariquilla,<br />no me seas mal pensá.<br />¡Y el que vendía en el otoño<br />pregonaba lo que había<br />¡bellotas, piñas, madroños<br />y las batatas cocías!<br />Y el de voz dulce y sonora<br />que también en estas calendas<br />iba pregonando moras.<br />¡El mejor...EL NIÑO LAS MORAS!<br />Juan Ternero Mingorance,<br />flamenco, jovial, chicuelo<br />rompía el aire su voz<br />maú...ras las moras llevo.<br />Su voz potente y sonora,<br />en sus labios el corazón,<br />Málaga su silueta añora<br />y recuerda su pregón,<br />pregón del NIÑO LAS MORAS.<br />Y recordaré también<br />a uno alto y enlutao,<br />pregonaba a voz en grito<br />cualquier cosa, lo que fuera<br />se llamó, El Arrojaíto.<br />Se vende un cuadro<br />de uno de los mejores<br />gloria y orgullo de los pintores malagueños.<br />Y se vende una sartén<br />con un agujero en medio<br />para que usted pueda ver<br />si la candela está ardiendo.<br />Aquí mi decir postrero<br />tengo ya que terminar<br />¡fueron tantos pregoneros!<br />que esto sería el no acabá.<br />Así que con todos quiero<br />por Manolo Ocón brindar<br />que, sin serlo, es pregonero<br />de Málaga como el que más.<br /><br />Para acabar la parte que dedicamos a la obra de Antonio Beltrán Lucena, llegó Toñi Romero y representado en ella al mundo de los verdiales, con el sombrero de su padre, el inolvidable Rafael Romero, al hombro, y el traje típico de la Fiesta para dedicar unos <br />CAMPANILLEROS A LA NIÑA DE LA PUEBLA<br /><br />Con cariño y respeto has llevao <br />nuestra Andalucía <br />por tos los senderos <br />y en los pueblos a su gente has cantao <br />con el alma entera <br />los campanilleros.<br />Con el corazón, <br />cuando salen sus sones al aire <br />la gente al oírla <br />llora de emoción.<br /><br />De La Puebla donde un día naciera <br />su nombre en el arte <br />para sí escogió <br />y poniendo todos sus sentíos <br />a los cantes nuestros <br />los engrandeció. <br />Y nadie jamás <br />con su duende, su arte y pureza <br />los Campanilleros <br />los podrá cantar.<br /><br />Compañera, como esposa y madre, <br />mujer ejemplar <br />y cantando su voz limpia y pura <br />clara y cristalina <br />como un manantial. <br />Yo quiero cantar <br />con mis versos a la Niña La Puebla, <br />que el cielo la colme <br />de felicidad.<br /><br />Acabó su intervención con estas letras por bulerías que Antonio dedicó a los suyos:<br />A MIS DOS BELIS<br /><br />Bien sabes sentrañas mías <br />que antes podrías tu ver <br />luna llena al mediodía <br />que yo dejarte querer.<br /><br />Pué que sea pasión de padre <br />pero mi niña Isabel María <br />tiene más arte que nadie <br />bailando por bulerías.<br /><br />Compañera, yo te quiero <br />que eres de mi condición <br />porque quieres a mi madre <br />igual que a la tuya yo.<br /><br />Cuatro ramitas mis niños <br />por ellos canto y escribo, <br />me animan con ilusión <br />y con su cariño vivo.<br /></p><p style="text-align: justify;">No he hablado de la parte institucional porque fue, como casi siempre, un rollazo. Estoy harta de visitas obligadas, móvil en mano, de bulla y a huir porque estos políticos quieren estar en todos lados, como Dios, y es solo para salir en la foto... Estuvieron pero para dar cuenta de ello ya están otros medios de información. A mi manera de ver, estaban de más, postizos. Me quedo con la visita de los amigos de Montalbán (Córdoba), que sé cuanta ilusión le hizo a Antonio. Posiblemente también le hagan ilusión las placas otorgadas por el ayuntamiento, la diputación y las federaciones pero a mí no me da la gana de nombrar a estos inmortales. No los necesito para nada que es mucho menos de lo que me necesitan ellos a mí. Y no olvidemos que esos regalos que ellos traen como suyos están comprados con dinero público que es muy fácil de gastar. O sea, que se lo hemos regalado todos los malagueños.<br /><br />Me hubiese gustado, como solía hacer antes, confeccionar una crítica inmediata, pero la salud está cada día más pachucha y ayer tuve que volver a urgencias. Me queda una semanita, con suerte, de cama y tratamiento, y ya no me repongo como antes que tenía la fuerza de una mula. Ahora todo tarda en volver a su sitio y retorno disminuida de fuerzas, que no de memoria y de objetividad. Quiero deciros que no tengo COVID, me hice el test antes para tranquilidad de los asistentes y las decenas de besos que intercambiamos. He pasado una semana sin saber si podría asistir a un acto que me había tomado como mío desde el minuto uno en el que Salvador me pidió colaboración y en el que había pedido a Antonio Alarcón, María Donaire, Manuel Fernández Maldonado, María Gómez Riera, Encarni Jiménez Palma, Paco Moreno Ortega, Mari Paz Redoli y Toñi Romero su intervención, aceptada por ser quien era el homenajeado y fruto de la amistad y de la confianza que me une con cada unos de ellos. </p><p style="text-align: justify;">Doy gracias por haber podido asistir, atenderlos y oír a todos dar lo mejor de sí mismos. Y por haber podido entregarle a Antonio mi trabajo, fruto de estos dos meses últimos: el retrato a óleo que hice para recordar aquella visita que hizo a El Garitón el día de la Fiesta del Fin del Mundo, donde di de comer a casi cien personas y tuve la visita de Pepe de Cañete, Ramoliche, Paco de Ronda, Pilar Illa, Manolo Jiménez Bravo, Leo Vilar, Paco Moreno y un sin fin de artistas de los que disfruté y entre los que cuento a nuestro querido Antonio Beltrán, al que fotografié. Aun vivían mis padres y mi hijo Cheche y mi vida no se había roto por la mitad.<br />Aquella fiesta tenía un lema en su invitación, una razón de ser:</p><p style="text-align: left;">El mundo s'íba a acabar<br />y como no s’ha acabao <br />vamo a jartarno pringá.</p><p style="text-align: left;">Y preparé un pedazo de comida, hoy impensable. Piqué sola y a mano todas las las habichuelas de la berza, una berza de habichuelas verdes con garbanzos lechosos que llevaba tantos avíos que nos duró almuerzo y cena porque a la noche nos comimos unos pocos de kilos de pan de Alhaurín en rebanadas con pringá. La fiesta duró hasta la madrugada. Quería que fuese esa la foto del retrato y eso he hecho. También le escribí hace un par de semanas un poema que he titulado DE ALBAHACA Y YERBABUENA.<br /></p><p style="text-align: left;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/ukgIVjDpJfE" width="320" youtube-src-id="ukgIVjDpJfE"></iframe><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhi3kcxZRD_z8xD3NMrbyqmM8qzji5sXvbkXpDheu3FmZfG_b_KLOLWoZsTiOQriUoDWiAM_VyVF2tEZ0uyzA-Y3_H5cG1-hteaHE3t3kyC1Y74tNXnpLTygLMDcAsMxjNfhctTuqJdeogPv3ofr53mMPh6T3qswvnI_pHxoK5IrWW26aSSx-SadIf4vuU/s2964/IMG_20230905_115010ok.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2964" data-original-width="2160" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhi3kcxZRD_z8xD3NMrbyqmM8qzji5sXvbkXpDheu3FmZfG_b_KLOLWoZsTiOQriUoDWiAM_VyVF2tEZ0uyzA-Y3_H5cG1-hteaHE3t3kyC1Y74tNXnpLTygLMDcAsMxjNfhctTuqJdeogPv3ofr53mMPh6T3qswvnI_pHxoK5IrWW26aSSx-SadIf4vuU/s320/IMG_20230905_115010ok.jpg" width="233" /></a> </p><p style="text-align: left;">Aquí lleváis todas las cosas junto a mi corazón.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6Q7_281VAjrLa6Vl4tZbi9dgr8ZW-ALRzB4BIVRNPdS8bZ2T4a2_BRsubDSJ9-ljF0_GLccC-DdcMWHdAEKZXQhj5gWSSPoWDMoeTB9m5OtExfj94A8eUDNYVo_P4lrLRYez_ss_xtf30LRfwE5dzHetw5ryTzRVo5OWEYr_k0cr1x9nek7pNSkV4-Vw/s1020/Screenshot_20230917-104025.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="680" data-original-width="1020" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6Q7_281VAjrLa6Vl4tZbi9dgr8ZW-ALRzB4BIVRNPdS8bZ2T4a2_BRsubDSJ9-ljF0_GLccC-DdcMWHdAEKZXQhj5gWSSPoWDMoeTB9m5OtExfj94A8eUDNYVo_P4lrLRYez_ss_xtf30LRfwE5dzHetw5ryTzRVo5OWEYr_k0cr1x9nek7pNSkV4-Vw/w400-h266/Screenshot_20230917-104025.jpg" width="400" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />Querido Antonio Beltrán, <br />mi amigo Beltrán Lucena, <br />campanillero ejemplar <br />a quien su Málaga entera <br />hoy hemos venido a honrar <br />por persona grata y buena.<br />No sé por dónde empezar <br />a decir cuanto quisiera, <br />solo sé que va en mi voz <br />una confesión sincera: <br />todo el que recoge amor <br />es porque amor fue su siembra.<br />Muchos años de amistad <br />avalan este poema, <br />todos ellos perfumados <br />de albahaca o yerbabuena.<br />Desde el viejo Palomar <br />hasta hoy van muchas fechas, <br />siempre cantando y contado <br />entre alegrías y penas: <br />los amigos que se van, <br />los nietos que al mundo llegan <br />para llenar de ilusiones <br />el tiempo que aquí nos resta.<br />Porque al fin es la familia<br />el cobijo que nos queda,<br />la bendición de la vida <br />para el que su vida entrega<br />y en la casa de Er Ziguero <br />con Beli, tu compañera, <br />la vida preparó un nido <br />para vuestra descendencia,<br />todos honrándote están, <br />todos juntos y a tu vera <br />que hoy, ayer, mañana y siempre <br />te quieren y lo demuestran.<br /></p><p style="text-align: left;">Sé lo importante que es <br />para ti lo familiar <br />pero sé cuanto valoras <br />la relación de amistad: <br />simpatía, confianza, <br />estar siempre para dar <br />lo mejor que hay en nosotros <br />por simple y pura bondad...<br />Hoy te traigo aquí recuerdos<br />de varios que ya no están <br />pero que hubieran querido <br />desde los cielos bajar:<br />Francisco Padilla Robles, <br />¡Qué amigo más especial <br />el que los dos compartimos <br />y lloramos por igual!<br />Él te haría la redondilla <br />más digna de la amistad.<br /><br />¿Y quién te haría una milonga <br />con aquel trino especial<br />con aires de la Axarquía, <br />con duende y con majestad?<br />Nuestro Antonio de Canillas, <br />nobleza y arte sin par, <br />aquí estaría orgulloso, <br />lleno de felicidad.<br /><br />Y nos falta una sonanta...<br />¿No hay nadie para tocar? <br />Ay nuestro Enrique Naranjo, <br />por detrás de la humildad <br />cuánto saber escondía,<br />cuánta generosidad.<br />De haber estado en el mundo<br />no habrían podido faltar<br />por eso aquí te los traigo <br />esta tarde, frente al mar.<br /><br />Hay tanto bien que nos falta<br />y tanto por disfrutar <br />que hoy no quiero que haya penas, <br />sentimientos nada más. <br />Porque los años que quedan <br />ya son para disfrutar, <br />para gozar de la vida <br />y el aliento que nos da.<br />Para dar con la palabra <br />que necesita rimar, <br />amor, familia, futuro, <br />pasado, presente, hogar,<br />recuerdos, tardes, belleza, <br />vejez y serenidad... <br />Aquella que nos traduzca <br />el alma entera al hablar, <br />la que nos ponga en la mano <br />el honor de la amistad<br />con el corazón abierto <br />que es como tiene que estar.</p><p style="text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMXMdhsCLHggBQYrFd1Tr7Cf_tqFMq_KYgCXtzSo01-XjokIAOx01HZub6Q_MQZ6vDu8NjHWKqRLBulIc-EB6Jrm-wQeSzQHJN8fodrP5PkW_7QZEZzwtSPCLc_cDvnuaKBNGZgF9-TRGeD98GaBSuEQMubK0dX5GvAlq7CeEX_-pdT2ttOGF2ZEkb6HU/s1479/IMG-20230916-WA0056.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1053" data-original-width="1479" height="285" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMXMdhsCLHggBQYrFd1Tr7Cf_tqFMq_KYgCXtzSo01-XjokIAOx01HZub6Q_MQZ6vDu8NjHWKqRLBulIc-EB6Jrm-wQeSzQHJN8fodrP5PkW_7QZEZzwtSPCLc_cDvnuaKBNGZgF9-TRGeD98GaBSuEQMubK0dX5GvAlq7CeEX_-pdT2ttOGF2ZEkb6HU/w400-h285/IMG-20230916-WA0056.jpg" width="400" /></a>Hoy que Málaga te honra <br />en este día especial <br />te deseo, querido Antonio,<br />todo lo que es natural <br />que se deseen los amigos: <br />salud, vida, bienestar, <br />que no te falte ni gloria, <br />que siempre tengas demás, <br />que la vida te sonría <br />y nunca te deje atrás.<br />Que en la sombra de tu huerto<br />haya siempre algún rodal<br />de albahaca o yerbabuena <br />porque no pueden faltar.<br />Siempre p’alante, mi amigo,<br />viva la vieja amistad, <br />lo que seremos y fuimos<br />hermano Antonio Beltrán.<br /><br />Cariñosamente, Mariví Verdú</p></div><div><p style="text-align: left;">*Las fotos son de mis amigas Esperanza Arce, Ellen Dijkgraaff, Paqui Olmedo Estebanez y el video es de Toñi Maldonado Martín. Muchísimas gracias a las cuatro.</p><p style="text-align: left;">Éstas dos últimas son unas preciosas imagenes encontradas en mis archivos. Os quiero, Antonio y Beli.<br />Te quiero, Paco Moreno<br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA6U2u6clBzukQQJqOrZGttDU1ZWckAmsAXLY3Brw3vQgYCsIR9yFJAsDKDXOoouvY8PGzAW7jjwt-HB2ibhGlS7KgBXyGr3KzO7CLb7uGkjHi_RH2AWwp2l0w__I0OTnW0LGibPsJZdA7qeIH0s7y84L3G-VbVwWsNV-uS2h21oLPViP8VMf_9RKSwWE/s1020/IMG_8457w.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="794" data-original-width="1020" height="311" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjA6U2u6clBzukQQJqOrZGttDU1ZWckAmsAXLY3Brw3vQgYCsIR9yFJAsDKDXOoouvY8PGzAW7jjwt-HB2ibhGlS7KgBXyGr3KzO7CLb7uGkjHi_RH2AWwp2l0w__I0OTnW0LGibPsJZdA7qeIH0s7y84L3G-VbVwWsNV-uS2h21oLPViP8VMf_9RKSwWE/w400-h311/IMG_8457w.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyfS5Gw6XFUbWWWW12FQDVJD-BHDyPll024rWUMyXy7P3WFan-7E94rKqyszzjJLchaG98s4PeTcMkf0DWeok96mUP18aWukEewpO12Kgsg7RQqx8CjSeUtvQFb3wwKaRt8Kd21q03LHdxfCQ8omTI1c6sPWu_70g52zgszAxa2BcOHVdFO2Ntyw6coZE/s1020/IMG_8464.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="680" data-original-width="1020" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyfS5Gw6XFUbWWWW12FQDVJD-BHDyPll024rWUMyXy7P3WFan-7E94rKqyszzjJLchaG98s4PeTcMkf0DWeok96mUP18aWukEewpO12Kgsg7RQqx8CjSeUtvQFb3wwKaRt8Kd21q03LHdxfCQ8omTI1c6sPWu_70g52zgszAxa2BcOHVdFO2Ntyw6coZE/w400-h266/IMG_8464.jpg" width="400" /></a></div><br /><p style="text-align: left;"><br /></p><p style="text-align: left;"><br /></p><p style="text-align: left;"><br /></p><p style="text-align: left;"><br /></p><p style="text-align: left;"><br /></p><p style="text-align: left;"><br /></p><p style="text-align: left;"><br /></p><p style="text-align: left;"><br /></p><p style="text-align: left;"><br /></p></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-87184070334545616242023-09-05T09:00:00.010+02:002023-09-05T21:04:41.605+02:00EL COMPÁS DEL TIEMPO, por Mariví Verdú<div class="separator"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0IIWYDWfDaJnwIV3qGORrciYh5qnNd_8yt64DeEh_OjIGnla28j99dg5de6l_61_bKS6xciemp3NkEPFBVtd7PCBe78jefyUjVEv5qFORSd6R60A_LMeRl9QpnIXoC8UdN9cjUJSzWpIfS_0KiUnNe4LTbVh9Oda2O2g4XLca2FRzJAX9mBDukORNPAs/s1020/talav.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="794" data-original-width="1020" height="311" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0IIWYDWfDaJnwIV3qGORrciYh5qnNd_8yt64DeEh_OjIGnla28j99dg5de6l_61_bKS6xciemp3NkEPFBVtd7PCBe78jefyUjVEv5qFORSd6R60A_LMeRl9QpnIXoC8UdN9cjUJSzWpIfS_0KiUnNe4LTbVh9Oda2O2g4XLca2FRzJAX9mBDukORNPAs/w400-h311/talav.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: justify;">Llegó septiembre como llegan las cosas de la vida, como engorda el membrillo, como se endurece y se abre la capota de la almendra, como en aquel eterno retorno que dejó seca la cabeza de tanto sabio mientras la contestación estaba y sigue estando delante de nuestros ojos, sencilla y fácil como la caída de las hojas al llegar el otoño. Cíclica y naturalmente, la vida da respuesta tangible y etérea como la caricia del viento en el rostro. Con igual naturalidad llegan la vida y la muerte. Tan normal como se abren las rosas. O se marchitan.<br /></div><div><br /></div><div style="text-align: justify;">Hacía mucho que no me sentaba a escribir. Las últimas fechas han sido un no parar, un continuo ir y venir del mar al corazón, del corazón a la cocina, del caballete a la máquina de coser, de una emoción a otra, creando recuerdos para la época de escasez donde todo será traducido, deglutido, transformado.... Hacía mucho que no me ponía a hilvanar palabras como me gusta hacer en las tardes de invierno. Pero han llegado las primeras lluvias y el corazón se inunda de palabras, de sensaciones limpias: de agradecimiento. La voz de mi conciencia, esa que ha decidido estar en paz, en paz conmigo y con la vida, esa que ha dejado por fin de atosigarme como si tuviera detrás un capataz con látigo, exigiéndome siempre, de noche y de día, sin tregua, sin límite, sin compasión, ha tenido piedad y ha dejado de serme cruel. Y se me nota bastante la suelta de lastre.<br /></div><div><div style="text-align: justify;"><br />He decidido ser paciente, darle tiempo a mi vida para que se reinicie y ponga en orden los archivos. La paciencia se aprende obligatoriamente cuando se es pobre y luego se queda a vivir contigo y se tiene como una virtud conquistada. El estoicismo, que llega a ser una forma de vivir y de entender el mundo, se ha encargado de poner a mis espaldas una concha digna de un galápago. Soporta ya el peso que le quieran echar. Y ha sido gracias a aceptarlo todo tal y como es, tal y como va viniendo que siempre es difícil cuando una está empeñada en sobrevivir, cuando se carece de cosas, cuando se prescinde de todo lo superfluo, cuando se ha domado el ego a fuerza de renunciar a las goyerías. Ya veo el resultado, un epílogo a la vida que he vivido y de la que no me arrepiento porque volvería a vivirla idénticamente de volver a tener la oportunidad. Pocas cosas evitaría, poquísimas. <br /><br />Es por eso que hoy me siento a escribir para celebrar el paso del tiempo, ese que te va dando la capacidad necesaria para sobrevivirlo. Ahora, en el último tercio de su compás, habiendo cantado ya la niñez, la juventud y la madurez, vivo mi vejez en plena armonía, allegro moderato... Adagio: todo está en cogerle el compás. <br /><br />Solo está en mi mano mi propia felicidad. No se puede aspirar a la de los demás si no somos felices nosotros mismos. Qué más quisiera yo que regalar felicidad como quien comparte unas sopas perotas: cucharón y paso atrás. Qué haya para todos. <br /><br />Y para poner un punto y final no podía pasar por alto la lluvia caída. La lluvia, ese escaso fenómeno que tanto bien nos aporta, no cae nunca a gusto de todos. Cuando lo hace tan intensamente como estos días atrás, no estamos preparados para ello. En estas últimas inundaciones tenemos que lamentar la pérdida de seis personas: tres muertos y tres desaparecidos, así como muchísimos daños materiales. Y el corazón se resiente aunque también me obliga a dar gracias por haber tenido consideración con nosotros. <br /><br /><br />Sí, amigos, demos gracias por todo lo que somos capaces de superar. Salud, amigos, os deseo que seáis felices y que la serenidad y la paz os inunde el corazón. Con la tierra húmeda y los árboles verdes, ser felices es una obligación. <br /><br />Desde El Garitón limpio como una patena, Mariví Verdú</div></div>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8151910059324768317.post-75578990661348077852023-08-20T13:30:00.008+02:002023-09-06T08:32:34.920+02:00LA SOMBRA INMENSA DE UNA MUJER MENUDA. A PAUL MANDEVILLE, por Mariví Verdú<p></p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody><tr><td style="text-align: left;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu8gwWcBkC_9vAJW7Uo5zY7VdWSnZkmFCJ39GaKch4770Ebb6lp8GSr_cG6VljlJy9Mb7FxRc2HJCll6K71D4tzcO54h0iLFVCv8Zou0SY4pDMWqspoFmTjAgy8SmKGYX9FsZR-5xpi8DixW5cvpxKlyahRnYZQU0KR1H7g2TTCm_9RVPeQ2zpEW3gyyM/s1361/2014-07-26-21.00.45.jpg" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="1361" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu8gwWcBkC_9vAJW7Uo5zY7VdWSnZkmFCJ39GaKch4770Ebb6lp8GSr_cG6VljlJy9Mb7FxRc2HJCll6K71D4tzcO54h0iLFVCv8Zou0SY4pDMWqspoFmTjAgy8SmKGYX9FsZR-5xpi8DixW5cvpxKlyahRnYZQU0KR1H7g2TTCm_9RVPeQ2zpEW3gyyM/w640-h480/2014-07-26-21.00.45.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr></tbody></table><div style="text-align: justify;">Siempre fueron los dos como uno solo</div><div style="text-align: justify;">y el camino lo hicieron de la mano,</div><div style="text-align: justify;">no había Toti sin Paul, y él no tenía</div><div style="text-align: justify;">más paz ni posesión que su mirada:</div><div style="text-align: justify;">cielo claro, mañana luminosa,</div><div style="text-align: justify;">con la calma del mar o con su brío</div><div style="text-align: justify;">en las playas de El Palo...</div><div style="text-align: justify;">Dos espejos de Kivu, lago eterno</div><div style="text-align: justify;">del corazón de un África soñada</div><div style="text-align: justify;">que siempre le sirvieron de refugio.</div><div style="text-align: justify;">Pero Toti se ha ido hasta el silencio,</div><div style="text-align: justify;">ha cerrado sus ojos y no sabe</div><div style="text-align: justify;">que el mundo ya no es nada más que tierra</div><div style="text-align: justify;">y que no vuelve a casa.</div><div style="text-align: justify;">Tan solamente Paul se ha dado cuenta</div><div style="text-align: justify;">del alcance de la palabra muerte.</div><div style="text-align: justify;">La soledad es Paul. Y su recuerdo.</div><div style="text-align: justify;">Y una tristeza alta, tan hermosa,</div><div style="text-align: justify;">erguida cual ciprés, junco de oro</div><div style="text-align: justify;">hablando con el aire de la nada,</div><div style="text-align: justify;">perdido en horizontes tan celestes...</div><div style="text-align: justify;">Con palabras no puedo decir llanto,</div><div style="text-align: justify;">no sé decir adiós si es hasta luego.</div><div style="text-align: justify;">Creí siempre en los dos a ciencia cierta.</div><div style="text-align: justify;">Yo creo en el amor cuando te miro.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Este poema lo escribí hace cuatro años aproximadamente, el día 28 de septiembre de 2019, día de la despedida de Clotilde Vega Carrillo. Hoy, 20 de agosto de 2023, último domingo de la Feria de Málaga, me siento a escribir unas palabras nuevas para Paul que nunca leerá. Aunque las escribo por él y para él, son en realidad para abrir la espita de mi corazón que está a punto de estallar de tantas emociones. Paul Mandeville se nos fue el día 18 y se ha ido con casi un siglo a su espalda, un siglo de amor, de familia, de ideales, de trabajo: de generosidad.</div><div style="text-align: justify;">La historia de este matrimonio que se quiso con verdadera pasión nos la han contado ellos y está en la memoria de internet, el primero por Juan Torres López y el segundo (Diario La Opinión de Málaga) por Alfonso Vázquez en los siguientes enlaces:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://juantorreslopez.com/nina-de-la-guerra-y-mensajera-contra-los-nazis-la-vida-de-pelicula-de-toti-vega/">https://juantorreslopez.com/nina-de-la-guerra-y-mensajera-contra-los-nazis-la-vida-de-pelicula-de-toti-vega/</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a href="https://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2019/09/30/toti-vega-memoria-resistencia-27720633.html">https://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2019/09/30/toti-vega-memoria-resistencia-27720633.html</a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mis vivencias con Paul y Toti han sido otras, ellos vivían una época de jubilación -pero de acción siempre, social y necesaria- y yo en mis momentos más intensos de vida social y cultural, la más efervescente y efectiva. Tiempos de finales de siglo corrían cuando el poeta Paco Parra propició nuestro encuentro. Ocurrió un treinta y uno de mayo del noventa y siete, aprovechando la estancia en casa de los Mandeville de Marcos Ana y la visita a Málaga del poeta Rafael Franquelo, fuimos a verles a su piso en El Palo Antonio Ligero y los poetas Parra, Franquelo y yo. Fue una tarde memorable. Oír las confesiones de Marcos Ana en viva voz sobre su vida, encarcelado desde la juventud por sus ideas políticas, libre desde que lo pariera su madre, fue tan interesante... también dio buena cuenta de la generosidad de los Mandeville al compartir su hogar y el tiempo que tenían para él con nosotros brindándonos así la oportunidad de la amistad, algo que ocurrió al abrir nuestros corazones, que nos pasó a todos y para todos. Extraordinario inicio para lo que llegaron a ser con el tiempo Paul y Toti en mi vida.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Después de aquel primer encuentro fueron impulsores y seguidores de “Calle del Agua” siendo Toti la socia nº 5 de nuestra asociación cultural. Desde entonces son muchas la veces que he estado con ellos y ellos conmigo, innumerables momentos de los que siempre quise dejar testimonio y fotos donde quedaran esculpidas nuestras sonrisas, pintados nuestros rostros, iluminadas nuestras miradas, unidas nuestras manos... Visitas a Comares, encuentros en el Ateneo, en El Garitón, en el Hogar del Jubilado de Carranque (donde venían a arreglar sus pies de manos de Inma Vicario), en El Rincón Cubano de la Feria de Málaga...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Recuerdo especialmente la Feria 2014, con la visita de sus nietos, los hijos de su hijo Pablo, la Familia de Ahmed Larinouna... Me pareció una verdadera feria con familia y flores en el pelo. Una semana antes habíamos estado comiendo en El Garitón todos juntos. Había venido también Paco Parra desde Comares con un taxista amigo que como era natural se quedó a comer con nosotros.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6rdXmTBWAf9qBOCXWBoOCYRGIbQafOSIvrMr4cJW_oL-N9yimzQe_NEN8-_1fdWKifGPoZZkDmYgOR2oeJJUlBKOubc6Ydsyl3CikBvMH6_rEgLvkXSv8GMxqPcEmkKFupp8bYsRfj9jvqTwmlkB2kF8VYZMsWZJhhnS9TImDtzkhwuj5T6I7ROQGLYU/s1361/Paul-Toti.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;"><img border="0" data-original-height="1361" data-original-width="1020" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6rdXmTBWAf9qBOCXWBoOCYRGIbQafOSIvrMr4cJW_oL-N9yimzQe_NEN8-_1fdWKifGPoZZkDmYgOR2oeJJUlBKOubc6Ydsyl3CikBvMH6_rEgLvkXSv8GMxqPcEmkKFupp8bYsRfj9jvqTwmlkB2kF8VYZMsWZJhhnS9TImDtzkhwuj5T6I7ROQGLYU/w300-h400/Paul-Toti.jpg" width="300" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Recuerdo que después de la muerte de mi hijo Cheche hubo otra visita de Marcos Ana. Le habían contado mi desgracia y fui a visitarles. Así se puede leer su sentimiento en la dedicatoria de “Decidme cómo es un árbol”, palabras que comparto para dar gracias por tanto cariño recibido. Los tres besos que nos dábamos Paul, Toti y Marcos Ana se convierten desde hoy en recuerdos, en agradecimiento, en ternura para su eterna memoria.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Y es que cuando me pongo a cavilar en los que tengo más allá, tantos y tan importantes para mi vida, suelo irme del mundo por un tiempo indeterminado... Menos mal que vienen a rescatarme los que tengo todavía por aquí y me devuelven al mundo real, aunque ya no sé dónde está la raya que divide uno y otro mundo. Se rozan tanto que han llegado a formar una sola y constante forma alternativa. Sueño y misterio, vida y muerte, sentimientos y realidades distintas que se confunden para sacar de mí sonrisas y lágrimas, melancolía, tristeza... amor, en una palabra.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No sé cómo poner punto y final hoy a este texto que sale desde un lugar al que cada día conozco mejor y ocupa más parte de pecho. Descansa en paz, querido Paul. Mientras que viva estarás con Toti en mi recuerdo. Os quiero.</div><p></p>Mariví Verdú http://www.blogger.com/profile/13095839708988561012noreply@blogger.com0