
Antonio ha sido para mí un amigo, una persona franca y cercana con la que siempre tuve la grata sensación de la empatía. En vida, que es como me gusta hacer lo que tengo que hacer, ya le rendí homenajes, escribí sobre su persona y su obra, reí y hasta le canté muchas veces -un atrevimiento por mi parte- dado el grado de amistad que nos unía. No tengo palabras para expresar el dolor del vacío que me deja en el corazón, de por sí triste, afectado de ausencias grandísimas y falto hasta de mi propia sangre.
Tenía cita en el médico a la misma hora de su funeral pero me fui un rato antes al cementerio porque, a pesar de que ya no podía verlo, vi a sus hijos, estreché a su hija Encarna, saludé a sus nietos y conocí a su biznieta y lloramos un rato juntas confortándonos con los gratos recuerdos de su padre.
La iglesia de San Gabriel estaba llena de artistas y la misa fue cantada aunque yo echaba de menos un cantecito del Padrenuestro o del Kirie que pienso debería haber nacido de cualquier garganta o pecho presente.
No le perdono a este invierno el haberme tenido tan retirada de amigos tan queridos. Distintas han sido las causas entre las que cuento mis bronquios como barrera principal, y la lluvia, y el frío, y el viejo coche y ese acobardamiento general que me invade ante las ausencias que van dejándome más sola que la una. Unas cosas y otras no me han permitido salir del claustro y la primavera me pilla sin amigos principales como Antonio. Antonio de Canillas deja un tremendo vacío.

Adiós, Antonio. Sabías cuanto te quería y guardaré el secreto que me confesaste la última vez que nos vimos y por lo que tanto nos reímos los dos. Disfrutaré con aquellas anécdotas que te grabé, que escribí cuando empecé tu biografía, antes de caerme la helada, esas cosas tan íntimas sobre tu trayectoria humana y artística que no se escribieron y que ya no le importan a nadie, solo a mi memoria y a mi corazón. Antonio, amigo, lo poco que pude hacer por ti, ya lo hice. Ahora, desde donde estés, mira tú por mi y descansa en paz.
Fotos de Ibáñez
Por consejo médico, retiraré un tiempo mis ojos de las pantallas para ver si se recupern. Hasta siempre, amigos.
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