domingo, 9 de julio de 2023

XX FESTIVAL FLAMENCO "NIÑO DE LAS MORAS". HOMENAJE A ANTONIO BELTRÁN LUCENA, por Mariví Verdú

Hacía demasiado tiempo que no me daban las cuatro de la mañana en la calle. Eso de vivir al ritmo del sol se está convirtiendo en un hábito, en una norma de vida. A veces me encanta romper la norma y mucho más si lo que me saca de ella es algo tan valioso como la amistad. Ayer, en el Festival Flamenco de El Palo, se le rindió homenaje a mi querido amigo Antonio Beltrán Lucena. No podía faltar y para ello tuve la suerte de contar con mis queridos amigos Juani Soler y Salvador Rodríguez con los que me sentí acompañada en todo momento. Gracias también a Manolo, el nieto del Niño de las Moras, que nos guardó un asiento preferente y a su amiga Bárbara a quien debo la mayoría de las fotos que ilustran esta crónica.

Desde la misma puerta de acceso al Parque y Auditorio Curro Román estuve dando abrazos. El primero fue para mi queridísimo Antonio. Antonio Beltrán Lucena, a sus ochenta y siete años en el planeta -no los cumple hasta el 27 de enero-, está hecho un dandi y la yerbabuena no se le cae del bolsillo para nuestro deleite. Flamenco donde los haya, es mucho lo que Málaga y sus flamencos le debemos. De bien nacido, los paleños agradecidos. Málaga entera le rindió honores. El segundo abrazo fue de la hija de Antonio de Canillas, su Encarnita. Ella me reconoció y nos alegros tanto... en la foto con su hermana Mari Carmen, Antonio y yo. Gracias a Alberto del Pino.

Y comenzó el XX Festival Flamenco “Niño de las Moras”. Presentado por Paco Moreno, la noche ofrecía un cartel de lujo y el acto transcurrió dentro de la flamencura y el orden que era de esperar. Abrió el cante Carmen Carmona con la guitarra de Eligio Álvarez. Una actuación muy bonita de esta muchacha de Benamejí que con solo veintiún años domina el escenario con maestría. Me encantó cuando aparcó el micro... Tiene una voz muy flamenca y muy buen gusto para interpretar.

Seguidamente subió al escenario Paco Leal, paleño de pro, y dio comienzo el acto institucional con varios reconocimientos y como colofón la entrega de regalos  y recuerdos a nuestro querido Antonio Beltrán de manos del Tte. Alcalde Delegado del Distrito Este Carlos Mª Conde O’Donnell. Un acto que culminó con unas palabras de agradecimiento de Beltrán Lucena que siempre que habla lo hace con la gracia y el desparpajo de quien goza de la confianza del público.

Después de un largo aplauso y de la intervención de una señora del público que le dedicó un cante en recuerdo a su padre, seguidor de “Cantando y Contando”, programa que con tanto acierto dirigió nuestro querido homenajeado, continuó el cante con la actuación del marchenero Pepe Guzmán. Pepe, en su linea de siempre, estuvo acompañado por la espléndida guitarra de Chaparro de Málaga. Toda la ternura de este hombre sale multiplicada del brocal de su guitarra y nos llega hasta el corazón.

Con la salida a escena de los cantaores Carmen Ruiz y José Manuel Fernández, la genial bailaora Luisa Chicano y al maestro Antonio Soto, guitarra imprescindible para el baile, se fue poniendo el cuerpo a tono con el arte que el cuadro desprendía. No sé el motivo de omitir sus nombres en el cartel y englobarlo todo en un despersonalizado “cuadro flamenco” de Carrete. No habría estado de más haberlos nombrado a todos, ellos cantaron divinamente, la guitarra de Soto puso en ascuas la noche y el baile de La chicano nos metió pilas para trasnochar con toda la fuerza que emana de su corazón, la flamencura de sus pies y la gracia con la que vuelan sus manos por el aire. Y luego llegó el otro duende, Carrete de Málaga. A mi querido Carrete nadie le hace sombra, tiene la suya propia y a sus octogenarios años se mueve como un escultura viva y emocionada sobre las tablas. Lo vive. Viva tú, José Losada. Aún recuerdo cuántas veces fui a verte bailar al tablao “El Jaleo”, en Torremolinos, y la de veces que comí en tu casa tus inolvidables gazpachuelos. Hace tela de años, cuando al son de Santa Marta tiene un tren pero no tiene tranvía rememorabas a Fred Astaire y lo dejabas en babuchas... Una delicia el rato de baile, una verdadera maravilla de cinco grandes artistas encabezados por Carrete. Larga vida al rey.
 
Siguió el arte. Después del baile, llegó con un solo de guitarra de manos del hijo de Carrete, Joaquín Losada, su viva estampa.


La penúltima actuación de la noche corrió a cargo de Alonso “El Purili”, cantaor de La Línea, y de nuestro guitarrista Chaparro de Málaga. Una actuación que agradó a todos los presentes haciéndose Alonso sus pataitas con mucho arte e interpretando con una madurez y buen hacer impropios de su edad. Mucho talento tiene el linense y como dijeron más de uno de los cantaores: “Con esta guitarra -la de Chaparro- canta cualquiera. Yo lo digo por experiencia: hasta yo canté un día...

Para acabar este memorable festival, llegó a escena Francis Bonela, un cantaor por derecho que conoce como nadie y de primera mano, de las manos de su padre “Niño de Bonela”, todos los palos flamencos. Le acompañó también Chaparro de Málaga que echó el resto en este último tramo del festival. Francis Bonela, muy querido como lo es toda su hermosa familia, se acordó en sus cantes de Manuel Benitez Carrasco y su Soleá del amor generoso, y de nuestro Chino de Málaga, arrancando oles y aplausos de todo el auditorio que seguía animado como si fueran las diez de a noche.

Besos, fotos, achuchones, larga conversación bajo la luna menguante con todos los amigos... Las cuatro de la mañana.


¡Qué hora más flamenca!

 Llegué al Garitón con ganas de escribir pero el cuerpo me pedía reposo. Esta mañana me puse a los nueve y son las dos. Entre medio de las palabras he conversado con varios amigos allí presentes, nos hemos intercambiado fotos y buenos deseos y he hecho un gran repaso a mis archivos dándome cuenta de que tengo tantos recuerdos que tendré que hacerme con una guía de mi memoria, por años o por sentimientos que son todo una regla de tres. Eso es la vida. 

Y mientras, en el nacimiento del Río Cuervo, en la provincia de Cuenca, latiendo la otra parte de mi corazón.

Desde El Garitón, con ganas de seguir en el mundo, Mariví Verdú


 


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