sábado, 22 de septiembre de 2012

DOLIENTE Y DE OCCIDENTE VIVE DEL AIRE

De nuevo está el otoño haciendo de las suyas. Ser sensible implica que todo nos afecte en demasía: la belleza, el cambio de estación, el color dorado, las penas...Y eso es lo que me pasa. El bello panorama de los Montes de Málaga y su triste contraste, la desoladora vista de nuestro oeste; el acortamiento de los días, la visita al lagar donde se dora la uva -que será nuestro próximo vino- y la escasez de futuro es una mezcla explosiva que me hicieron estallar los ojos el pasado domingo y me tienen enferma  desde entonces. Aún así, no me meto en la cama, lo paso en pie y me mantiene viva el duro trabajo de ser fiel a este principio: dar.
 
Creo que este duro otoño no le gusta a nadie. Aún así, me obstino en continuar hablando de  la belleza de las cosas que tenemos a la mano: el cielo, el mar, el arte y la amistad. Y tengo la grata sensación de que estamos a punto de despertar en humanidad. Dejadme con mi sueño.
 
Os recomiendo ser positivos y alegraros con el dulce regalo de estar vivos. Y con la música. He aquí un poema que nos hará recapacitar sobre el alma que nos habita y que Manuel Salinas ha hecho realidad en la palabra. Una palabra que considero ya tan mía como suya.
 
“Mira la torpeza de la alondra: quiere que el cielo sea estable. Así la fe consiste en ver lo que creemos. Toma mi jubón, mis calzas, mi camisa, donde desnuda brilla la verdad, nada se necesita. Viviré del aire, del soñar despierto. Sólo deseo ceñir un corazón que nunca admire la fuerza ni odie a los enemigos ni desprecie a los desdichados. Escribe con tiza la dulce señal de esta locura. Levanta en el pecho ese gozoso signo de pájaro que no regatea en el mercado ni usa medidas ni pesas ni balanzas, el vehemente afán de sentirse vivo, la ardiente razón por la que todo se toma la molestia de existir. Y déjame olvidado por el aire, revoloteando con este padrenuestro, mientras la tarde es una llama entre las florecillas de Assisi.”
 
Se titula “Viviré del aire”. Pues de él vivo. Y así, con este poema en prosa, el alma suya ya es de todos nosotros.
 
Desde este Garitón que estrena un otoño repleto de rosas, Mariví Verdú.

3 comentarios:

  1. Qué belleza de texto. Tanto el tuyo como el de Manuel Salinas.
    Qué rico, comprobar que hay personas tan especiales como tú, con una sensibilidad mágica, para detectar lo que el resto de los mortales no percibimos. Y además, tenéis la generosidad de compartirla y enriquecer nuestros días, con pequeños destellos de luz.... Gracias por tus regalos.

    Alfonso Millán

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  2. Si mis palabras te causan esta sensación que me comentas, siento que mi tiempo esta perfectamente invertido y seguiría escribiendo de aquí en adelante aunque solo fuera para tí.
    Un fuerte abrazo, Alfonso. Tengo una puñao de ganas de conocerte.

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  3. Me encanta esa luz que fraguan tus palabras, Marivi y lo que transmiten. Felicidades !! La poesía de Manuel ya la conozco y es tan bella que, unida a tu texto consigue desconectarnos(qué ya es dificil ) de ese desánimo colectivo. Gracias y un fuerte abrazo.

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