sábado, 10 de abril de 2021

A DIEGO GOMEZ DESDE EL RINCÓN DE LA VICTORIA, por Mariví Verdú

Acabo de llegar del Rincón. Salí a las diez de la mañana de mi casa para acudír, invitada y acompañada por mi amigo Carlos Prados, a un acto cultural dedicado a honrar la memoria de nuestro querido Diego Gómez, locutor de radio, presentador de televisión, actor y rapsoda, una persona muy querida que nos dejó el pasado 3 de marzo a causa de Covid. Se celebró en el vecino y querido pueblo de Rincón de la Victoria. 

Previsto al aire libre a las doce de la mañana en la plaza Pepe El Boticario -entre la plaza de Al Andalus y el mar-, por unos momentos tuvimos la impresión de que el tiempo, que amenazaba  lluvia, obligaría a suspenderlo. Al final hubo suerte y nos acompañó un día de un precioso color gris. Yo diría que las nubes ayudaron bastante al esplendor del homenaje salvándonos del sol, que hubiera sido insoportable ya que, lo que se había previsto para una hora de duración, acabó pasadas las dos de la tarde. La verdad es que no se hizo largo, fue ameno y emotivo.

Bajo el auspicio de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento del Rincón y por iniciativa de ARE, tuvo lugar un cariñoso espectáculo en el que  disfrutamos de poesía y cante, música y palabras de cariño hacia la persona y obra de nuestro querido locutor. Por orden de intervención, participó en primer lugar Mari Paz Redoli, profesora, cuñada de nuestro homenajeado, que nos ha hecho una semblanza de Diego llena de ternura y cariño, de recuerdos y anécdotas que nos han llenado de emoción. Para finalizar su intervención nos ha recitado un poema de Manuel Benítez Carrasco titulado “Juerga en el cielo” (poema y autor a quien tantas veces acudiera su cuñado). Una magnífica interpretación como solo ella sabe hacer que ha arrancado aplausos y oles de las personas allí congregadas. Ha estado acompañada a la guitarra por Dani Nuñez, guitarrista que ha puesto fondo musical a todos los rapsodas intervinientes.

Seguidamente subió al escenario Juan Real, presidente de ARE (Asociación de Rapsodas Españoles) quien nos recitó ¿Me da usted candela?, de Rafael de León. Alicia Alarcón recitó versos de Manuel Machado y Lorca acabando con una dedicatoria propia al Pasaje de Chinitas que culminó con el cante clásico de su hija Noemí Álvarez interpretando a capela los compases de Lorca. 


 A continuación entró en escena Manoli Borrego con dos poemas propios y Ricardo del Pino que nos deleitó con el conmovedor “Romance de El Feo”, de Rafael de León, otro poema que oiríamos tantísimas veces por las ondas de la radio en la voz de Diego. Las tres últimas intervinientes fueron Encarni Maldonado y Mari Carmen Fernandez con poemas propios y Tere Parra que nos recitó “Alba” de Federico  García Lorca y “Soleá del amor despredío” de Benítez Carrasco.

La Peña El Piyayo  colaboró en el acto en su parte flamenca con dos guitarristas y dos cantaores que pondrían fin al acto. La primera en actuar fue Mari Carmen Lastre. En esta ocasión sería Pepe Reina quien acompañaría la bonita voz de Mari Carmen. Cantó primeramente por alegrías, hizo una milonga y remató por fandangos. La milonga fue muy aplaudida ya que le puso voz y compás a unos versos de Fuensanta Gámez, poeta y compañera de AME, amiga mía, madre del fiestero Pepito Molina, ya tristemente desaparecida. Su poema canta a Bezmiliana, al Rincón de la Victoria.

El último en intervenir fue Curro González. Curro cantó por bulerías y soleá por bulerías acompañado a la la guitarra por Dani Nuñez.

Juan Real despidió el acto y tuvo palabras de agradecimiento hacia todos los colaboradores y participantes y nos despedimos no sin antes ir todos a abrazar a Manuel Alcántara que estaba sentado justo al lado del escenario, a nuestro querido Manolo, al poeta que hemos dejamos allí para toda su eternidad. Enfrente, en azulejos de cerámica, un soneto que nos recuerda el cariño que le tenía a su rincón. Todos sus versos me vinieron a la memoria...
La gente se fue disolviendo y solo quedaron el soneto, Manolo, las sillas amontonadas, los micrófonos recogidos, los poemas en el aire y el recuerdo de Diego. Nos fuimos a comer, era la hora. Y fue un gratísimo almuerzo, sobremesa larga y con café hasta la hora de tomar el viaje de vuelta. Lo hicimos por una Málaga adorable, mi cofre vivo y llenito de recuerdos de infancia, de juventud...Cánovas del Castillo, Paseo de los Curas, Calle Córdoba (con el viejo Consulado Americano, mi abuela Victoria y mi “Hijos de la vid”; la Alameda remozada, el Padre Tiburcio Arnáiz, Calle Jaboneros...

Dejé a Carlos en el Mercado de Salamanca y volví hacia mis pasos hasta el precioso pueblo de Alhaurín de la Torre, mi pueblo, donde pronto tendrá Diego una calle con su nombre. Subí la cuesta que me lleva a mi casa...

Estuve feliz hasta que me rindió el sueño. Feliz por haber visto a mi amigo Carlos, a otros viejos conocidos, por ser mayor y  saber disfrutar todavía con cosas sencillas, por poderme emocionar aún oyendo versos, por haberme podido comer unas coquinas que llevaban dentro el mar y la sal más malagueñas; por tener un coche para poderlo hacer, aire para respirar, marismo para disfrutar, ojos para admirar las maravillas del azul y una cámara de fotos para poder guardarlo todo y así enseñarles a todos lo que vi.

 Desde El Garitón, rodeada de rosas,  Mariví Verdú.


Podéis oír la voz de Diego aquí: https://www.youtube.com/watch?v=BEORQcLUxDQ

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