jueves, 29 de febrero de 2024

DÍA DE ANDALUCÍA Y EL ARTE DE GREGORIO VALDERRAMA, por Mariví Verdú

Hay días que merece la pena ser contados, anotados y retratados para revivirlos después en el recuerdo, como el día de ayer. El cartel que conformaba la fiesta del Día de Andalucía, organizado por la Federación Malagueña de Peñas, Centros Culturales y Casas Regionales “La Alcazaba” así lo prometía: Gregorio Valderrama como pregonero y Pedro Gordillo al piano y la dirección artística. Contó con las actuaciones de Sylvia Pantoja, Chaparro de Málaga y Niño de Chaparro, Alexis Molero y la Panda de Verdiales “Amigos del Rincón del Cante de las Castañetas”. Después continuaría el acto institucional con la entrega de banderas a entidades pertenecientes a FEMAPE poniéndole broche final la actuación de la Banda Municipal de Música de Málaga. Sí, amigos, una fiesta por todo lo alto la que celebramos ayer en el Auditorio Edgar Neville de Málaga.

Reunirse con amigos siempre es motivo de alegría y ayer, además, fue motivo doble de satisfacción y orgullo al disfrutar el pregón de Gregorio y la música de Pedro Gordillo en presencia de tantos viejos amigos que nos reunimos en su entorno. Gregorio Valderrama, flamenco de estirpe, cantaor y conocedor profundo de los cantes y de la historia del flamenco fue presentado por el pregonero del pasado año, mi querido Rafael Prados. La actuación de Sylvia Pantoja dio comienzo con el Himno de Andalucía y el auditorio al completo en pié y emocionado. Adelantó algunos títulos de su siguiente disco (espero por su bien que se aprenda la letra de Pena, penita, pena) y continuó con la puesta en escena de Alexis Molero que nos cantó un precioso pasodoble titulado Mi tierra”, con letra de Gregorio Valderrama y acompañado al piano por Pedro Gordillo. Una canción que se pega al oído, un regalo. Los Chaparro nos hicieron una tanda de fandangos dando muestras una vez más del arte familiar y Gregorio y Pedro nos regalaron “Andalucía la que divierte”, de Suero y Távora; nos trajo como presente la voz de su tío Juanito Valderrama con el Romance del cante jondo, de Julián Sánchez Prieto, con la guitarra de Ramón Montoya, una joya de 1942 para los aficionados y nos deleitó con su “Romancillo del Pericón" (Jácara al aire andaluz), un recital entre versos y coplas que nos hizo reír y emocionarnos poniendo con su romance a todo el público en pié y roto en aplausos.

Tuve la suerte de haber oído esos versos de Gregorio en petit comité, delante de unos platos de jamón y lomo en manteca en nuestro rincón flamenco y he de decir que aún los disfruté más ayer en el teatro. Gregorio estuvo espléndido, generoso, improvisó versos necesarios, todo un artista en la más honda dimensión de la palabra. Y para terminar su actuación dio paso a nuestros queridos amigos de la panda “Amigos del Rincón del Cante de las Castañetas” que hicieron coplillas del himno con el arte y la compenetración que les caracteriza. Con ello concluyó la parte artística del acto para continuar con la parte institucional, entrega de placas, recordatorios de su paso por escena a los artistas mencionados, de banderas de Andalucía a diferente entidades y la intervención de la Banda Municipal de Música de Málaga interpretando los himnos andaluz y nacional.

Me sentí feliz por tantas cosas... mi amigo Salvador Pendón me esperaba con un regalo: su libro “A quién le cantaré yo” que venía con una preciosa dedicatoria; me acompañaron mis compañeros de curso UMA+55: Antonia Romero, Susana Gemas, Lola López, Antonia Puertas y Pepe Aguilera) y dos del colegio de básica: Carmen Toro (amigas desde 1964 hasta la fecha) y Raquel. Fue una alegría al finalizar el acto encontrarme con mi amigo Joaquín Cabello y poder abrazar a otros grandes y viejos amigos como Rafael Prado y Pedro Gordillo y sus respectivas esposas o la Familia Chaparro al completo. Me gustó conocer y felicitar a Alexis Molero y besar y abrazar a mi querido Antonio Montiel con quien siempre es un placer encontrarme. Y qué decir del abrazo y felicitación a mi amigo Gregorio Valderrama al que, henchido de emoción, le dije el regalo que supuso su magnífico pregón para todos y especialmente para quien como yo ha venido a este mundo a aprender de aquel que sabe más y ayer Gregorio nos dio una magnífica lección a todos de lo que es y significa el arte.

Está amaneciendo y todo lo he escrito de memoria y de corazón. Puede que me haya fallado algo la primera, pero el corazón seguro que no. El Garitón ya se ha llenado de una luz dorada que bien vale para ponerse pilas. Días como el de ayer son irrepetibles, todos lo son, pero el de ayer es día para recordar. La visita de una amiga, Antonia Romero, que me acompañó en una tarde de mantita y película. De ayer también nace el compromiso de colaboración de mi amigo Rafael Alvarado para ilustrar mi libro de poemas “De Dios y de su falta”, versos que saldrán a la luz próximamente, y para acabar el día disfruté una videollamada de los míos que me llenó de paz el corazón. ¿Se puede pedir más para un Día de Andalucía?

*Gracias a todos los amigos que me han cedido sus fotos para ilustrar esta crónica. Por cierto, el verso que le faltó a Sylvia en la copla dice: 
"Es  lo mismo que un nublado de  y pedernal... (...)

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