Después del día de ayer con dos horas de buen flamenco ininterrumpidas, hoy, día 15 de junio, volví a entrar por las puertas de El Portón con las mismas ganas que ayer. El cartel ofrecido así lo merecía. Esta vez vine con una bolsa de cojines para compartir con la Familia Soler así como ellos compartieron comida y bebida conmigo y lo más importante: su amistad y la gran afición al flamenco que tenemos. El festival comenzó con la actuación de Jesus Vela, cantaor local, que vino acompañado por el guitarrista Ismael Rueda. Ambos tuvieron una excelente actuación. Destaco particularmente la claridad de dicción de este joven cantaor y la novedad de sus letras. Vela nos deleitó por malagueñas, rondeña y abandolao, por soleá, por tarantas y levanticas para acabar su actuación por fandango. Delante mía estaban su hermana, familiares y amigos, y había una verdadera emoción en la grada.
Legó el turno de un cantaor esperado por la mayoría, el onubense Arcángel, que llegó acompañado por el guitarrista Salvador Gutierrez y al compás de palmas por Los Mellis, Antonio y Manuel Montes Saavedra, también onubenses, que estuvieron magníficos también con los coros y comenzó por tientos en un largo popurrí en el que se paseó Lorca y su Leyenda del tiempo, el Cojo de Málaga y su abandolao, Chacón y sus tientos, Rafael Romero y su caña, Fosforito y su soleá apolá...
Impresionante actuación. Arcángel nos cantó por seguiriyas, por alegrías de Córdoba, por fandangos... Magistral, sobria y profesional su actuación. Arcángel, Medalla de Oro de ndlucía en 2017 y de la provincia de Huelva en 2018 recibió una fuerte ovación y todo el cariño del público que llenaba el recinto en su totalidad.
Hay un intermedio en el que el alcalde de Alhaurín entrega a Luis Monje, hijo de Camarón, el emblema de nuestro pueblo y dedica unas cariñosas palabras a quien tanto prestigio imprimió a este festival, celebrando de esta forma su cincuentenario.
Llega la segunda parte de este festival y comienza con la salida a escena deAurora Vargas que viene acompañada por la flamenca guitarra de Luis Salado. A Aurora Vargas, todo temperamento y flamencura, parece que el tiempo no pase por ella. Salió cantando por alegrías y cantiñas, nos cantó por soleá, por tientos y tangos y se lanzó a bailar y cantar por bulerias como solo ella sabe, haciendo las delicias de todos los allí congregados. Canto unos fandangos sin micro y demostró que todavía conserva el poderío que siempre tuvo.
Y para cerrar el festival tuvimos la suerte de contar con la Familia Cortés, con los bailaores Antonio de Verónica y Saray Cortés y la frescura de esa nueva promesa del baile que se llama Axael. Venían con su compañía conformada por Salva de María, a la guitarra; Carmina y Salva Cortés, y Luis de Mateo al cante y Juan Carlos al piano. Axael salió solo, el primero en escena, con sus once años y su perfil flamenco indiscutible, su trenza hasta la cintura y unos pies mágicos que zapateban y bailaban un verdial con un gusto exquisito y una fuerza imparable.
Salieron a continuación Saray bailando alegrías yAntonio. Saray nos hace un zapateado acompañado por el toque de palillos, continúa por tangos, luce y baila con el mantón y acaban su actuación los dos juntos, con un ropaje propio y original, de negro con biznagas bordadas al realce, y haciendo el Zorongo de Loca, unas nanas que arrancaron el aplauso de todos nosotros. Y con este broche final, saliendo y adelantándose todos en el escenario, con un Axael lleno de futuro y una compañía entregada, ponemos fin al L Festival “Torre del Cante”.
Gracias a cuantos lo hacen posible.
Hecho desde el corazón, con un móvil regular, sin un boligrafo para tomar notas, a oscuras escribiendo cosillas en el móvil y solo por cariño y voluntad, Mariví Verdú
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