

El ser humano, el único que es capaz de cambiar su entorno, ya sea por necesidad o por capricho, no deja de hacer pupa a la Pachamama, a esa que le debemos la vida, que pisamos y pisoteamos, a la que le cantan desde el más perdido indígena hasta Macaco cuando dice: Que todo va unido, que todo es un ciclo: la tierra, el cielo y de nuevo aquí; como el agua del mar a las nubes va, llueve el agua y vuelta a empezar, ¡oye, eh! Grité: ¿no lo ves? Va muriendo lentamente, mamá tierra, mother earth. No se trata de romper ventanas, ni farolas, ni caras, mejor romper conciencias equivocadas...

A veces tengo la grata sensación de vivir acorde con la naturaleza, o sea, salvajemente, y me da una cierta tranquilidad de espíritu. Pensar que sin mí esto seguirá rodando, que habrá otros miles de inviernos, que los ríos correrán hacia el mar y no al contrario, es un alivio: Otras veces, cuando me da por pensar demasiado, me alegro de las conquistas de mi especie, me recomo de miedo y me siento al ordenador a escribir.
Que es una forma de ser:
ando yo de cabecita
en vez de andar con los pies.
Otras veces, cuando, más que pienso, medito, me da por la historia, me doy cuenta de que hay sólo un par de cientos de generaciones desde la familia de Abraham a la mía, vaya, que se podrían contar exactamente si hubiéramos estado en ello. Por eso me interesa tanto la palabra escrita, porque cuenta nuestra historia, y por eso me entusiasma la poesía, porque encierra pensamientos: filosofía y música.

Y cuando llegué de Cártama a mi altozano de Alhaurín de la Torre, busqué en el diccionario el significado de remedios. Primero miré el de latín remedium-i: medicamento, medicina. Después, en español: medida que se toma para reparar un daño o para evitar un inconveniente. Medio o sustancia que sirve para curar o mejorar una enfermedad. Solución a una equivocación o a un error. Auxilio de una necesidad. ¡Vaya significados más socorridos los de remedios!

A mi hijo Pedro, a mi nuera Cristina y a la duda más certera: los más queridos y deseados seis centímetros de vida, mi vida.
Desde El Garitón, oliendo a otoño y dando gracias por ello, Mariví Verdú
Si queréis oír un canto a la Pachamama, pinchar aquí.
A la Madre Tierra, por Macaco
Fotos de Archivo Familiar
Gracias
ResponderEliminarEres hipersensible, como todo artista,me gusta todo lo medio en pensamiento,pues en el equilibrio esta la duda,la pregunta y la respuesta,lo que ocurre, es que, al no estar conectado a la naturaleza diariamente, con la tierra,los olores ,colores ,siempre se estará buscando ¨algo¨¨tan sencillo, como lo que no tenemos. La naturaleza es lo mas preciado que tiene la humanidad, Comfucio.
ResponderEliminarEres una mujer con tanta fuerza e intusiasmo que le das áire nuevo a la vida.
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