jueves, 19 de marzo de 2009

DOLIENTE Y DE OCCIDENTE SE PREGUNTA ¿HOY ES FIESTA?

Hoy era el día de los padres, era un día de fiesta, la Festividad de San José. Yo ya perdí al mío. Era todo un Ángel de mi guarda. Hoy escribo en su honor y en su grato recuerdo, y en el de mi cuñado Pepe, mi sobrino José Manuel y en el de más de una docena de amigos entrañables que se llaman José, por los que quiero acordarme del Santo de su nombre, deseándoles a todos muchas felicidades. Y a otros muchos conocidos, también llamados Josés, y Josefas. Recordar cariñosamente a mis antiguos maestros de Matemáticas, de Literatura y de Dibujo, a los que añado muchos compañeros del Flamenco, de la Literatura y de La Fiesta de Verdiales, la Fiesta del Sur de Europa. O sea, del mundo.

¿Hoy es fiesta?

Pues nada, hoy no es día de fiesta, por lo menos en Málaga. A este paso ya mismo no tendremos ni santos que nos presten el nombre. Hay que ver cuántas cosas han cambiado de unos años para acá. Dice el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua que Fiesta es el día en que se celebra alguna solemnidad nacional, y en el que están cerradas las oficinas y otros establecimientos públicos. Pues nada, hoy no es fiesta más que para los que nos de la realísima gana de celebrarla dentro de nuestro corazón. No es fiesta para unas cosas pero ¿a ver si hoy no celebran su onomástica con una comilona -de las de Paga España o Pagan los beneficios- más de un agnóstico, político o banquero, que para el caso es igual; más de un descerebrado charlatán metomentodo, ultramoderno o gilipollas, que la pía de la Iglesia pero no se arranca el nombre de pila que le pusieron y atiende cuando le nombran su santo como un corderito? También celebrará el día del padre más de un papá al que se le caerá la baba cuando uno de sus hijos le entregue una postal y le diga felicidades. Porque afortunadamente hay de todo en la viña del señor.

Y nuestro santoral ¿tiene o no tiene hoy motivo de existir? Para la Iglesia Católica sí que sigue siendo fiesta el día de hoy, ya que celebra este día con mayor solemnidad que otros y lo hace en memoria de un santo. Hoy es el día de San José, algo más que un santo varón, esposo de la Virgen y padre terreno o “putativo” de Jesús. Y es que hoy se celebra el santo del hombre que ha dado nombre a media España y, como es natural, voy a aprovechar para felicitar a cuántos Josés, Pepes, Pepitos, Joseitos, Joselillos, Joselitos, Pepas, Josefas, Josefinas, Jóses, Pepitas, Pepis, y todas sus formas hipocorísticas (ya sean en sus términos abreviados, en sus formas diminutivas o en sus vocablos basados en el lenguaje infantil; ya usados como designación cariñosa, en el entorno familiar o en sus expresiones eufemísticas, o sea, las que dan una forma más suave a las palabras malsonantes o duras). A todos, un feliz día.


Hay quien dice que el nombre de José, en su variante de Pepe, viene de las siglas latinas PP, por aquello de Pater Putativo (hablando de San José), y que se escribía con iniciales en las catacumbas por aquella época de persecución del cristianismo. Hay quien dice provenir del italiano, del catalán…, pero no se sabe qué fue antes, si el huevo o la gallina. Como quiera que sea, hoy es el día de los Pepes, o sea, de media España.

Con el diccionario en la mano, lectura que suele ser muy recomendable, en su cuarta, quinta y sexta acepción de fiesta dice: “diversión o regocijo”, “regocijo dispuesto para que el pueblo se recree” y “reunión de gente para celebrar algún suceso, o simplemente para divertirse”. Y digo yo que aquí, en nuestra tierra, podríamos decir que todos los días son fiesta por la manera de vivir del personal, pero ¿es hoy fiesta de guardar? Eso ya es otro cantar, otra acción y otra expresión pasados de moda para media humanidad. Por no guardar, ya no se guardan ni las buenas costumbres.

Recuerdo que en mi viejo barrio, en Carranque, adonde viví mi adolescencia primera, mi amor primero, mi boda, la infancia de hijos y mi época lencera y quincallera (vaya, cuando tenía una mercería que mi padre bautizó años atrás, en mi ausencia, con mi nombre ) había dos fiestas de San José, una el 19 de Marzo y otra el 1 de Mayo, por San José Obrero (fiesta instituida por Pío XII en 1955) con tómbola, con carricoches y con todas las banderitas precisas para airearla. Había hasta cohetada para anunciarla y llevaban al llano del IES San José, antiguo Colegio del Padre Mondéjar, tres atracciones imprescindibles para una feria: Los coches de choque, La Ola y El Pulpo.

Porque antes había fiestas de verdad, antes de que nos aguaran la fiesta nuestros nuevos salvadores, que sólo tienen un patrón, el materialismo, y es clónico para todos ellos.

Y como hace mucho tiempo que no estoy para santificar las fiestas, esta mañana voy a hacer un alto en mi solitaria cruzada anti clónica y voy a meterme en fiesta. Lo haré por mi gente, por la memoria de los míos, porque quiero tener la fiesta en paz y porque me he levantado con un deseo imposible en mi cabeza: traer a los que me faltan.

Por eso escribo, porque necesito recordar, porque no tengo un duro para regalos y porque a veces una palabra vale más que una imagen. Por eso, para coronar la fiesta grito:

¡Vivan los Pepes!
¡Viva el padre que nos hizo!
¡Arriba la Fiesta!

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