martes, 13 de abril de 2010

DOLIENTE Y DE OCCIDENTE...FELIZ Y SONRIENTE

<![endif]-->CRÓNICA DE CALLE DEL AGUA 10


¿Cómo tan pocos dieron tanto en 90 minutos?
¿Cómo puede ser tan grande un espectáculo flamenco en el que la media de edad es de 22 años?¿Quién se explica que, después de hacer doblete, hayan salido con las mismas ganas de actuar, intactas, y un arte que ha llenado de aplausos el Centro Cultural Vicente Aleixandre de Alhaurín de la Torre?

Pues… muy fácil, es cuestión de estar a gusto, un buen público enfrente de unos artistas completos y unos jóvenes llenos de arte y profesionalidad.

Pues así son Rubén Lara, Edu Agudo, Nuria Martín y otros dos grandes profesionales que se encontraban entre el público: Triana Cortés y Antonio de Verónica. Cuando hay compañerismo y voluntad, la fiesta es más fiesta, más pura y más completa. Porque los que estaban en cartel son los tres primeros pero al requerimiento de los presentadores del acto les ha faltado tiempo a los otros dos para subir y compartir el fin de fiesta como ellos lo saben hacer: bailando. Edu Agudo ha estado para comérselo, bien cantadas sus malagueñas y sus aires por soleá. Un joven que en la próxima revista nos contará su vida y sus experiencias en el cante. Un artistazo.

Y Nuria Martín, que sabe meter por bulerías cualquier cosa y todo suena a flamenco… es genial. Es simplemente genio y compás con forma de mujer. Y qué decir de Rubén Lara, que lo mismo me hace son para decir un poema de Benítez Carrasco haciendo que mi voz suene mejor que nunca que nos regala unos punteos con un aire nuevo que poco tiene que envidiarle a los consagrados. Rubén derrocha fuerza, en él está medido todo lo que hace, pero tiene la chispa de la espontaneidad y eso le hace auténtico. Espléndido en el acompañamiento –no olvidemos que su vocación frustrada es la de cantaor y conoce cada palo como si fueran suyos. Es un gran artista y el futuro lo dirá. Yo ya lo estoy diciendo.

¿Y qué cuento de esa panda de Cútar que ha llegado hasta Alhaurín de la Torre con ganas de dejar su huella, una huella fiestera y natural como pocas? Ha sido una delicia compartir esta tarde con ellos porque, si los jóvenes son apañaos, más apañás son las mujeres ¿qué hubiera sido de mí sin ellas? Han dado lo mejor de sí esta tarde, cinco revezos que hemos disfrutado y que nos han sabido a poco. Desde Antonio, el más mayor, a David, el más chiquitillo, han sabido meterse al público en el bolsillo. Me encanta ser amiga de todos ellos. Cada uno por separado son la repera, juntos son lo que vimos anoche: una hermosa familia con mucho arte. Y de mi amigo Joaquín Cabello ¿qué decir?, como nos falló el presentador programado dos días antes del acto, ahí estuvo para echarme un capote torero; y he aquí que un cantaor flamenco conocido en este arte como “El Quini” hizo un excelente papel detrás del micrófono. Muchas gracias.

Gracias también a Pedro Durán, mi hijo, por estar a mi lado y por hacer las preciosas fotos que acompañan esta crónica y a Jesús González que estuvo al quite en toda la organización y pendiente del más mínimo detalle. Muchísimas gracias.

Y gracias a tantos amigos que ayer se dieron cita en el Centro Cultural Vicente Aleixandre de Alhaurín de la Torre y que tan bien se lo pasaron. A todos los socios de Calle del Agua, a todos los asistentes y en especial a Carmen Ocaña, Ibáñez, Javier de Molina, Amparo López, José Antonio García, venido con su esposa de la Argentina; a Francisco Moreno y su familia, a Francisco Montoro y Odile Bernard, a Paul y Toti Mandeville, a Agustín Jiménez y a Mari Ángeles Pérez, a Cristina Ruiz, Eva Durán y Marisa García y cómo no a Eduardo Bandera y su familia. Y gracias por venir la mayoría de ellos con sus hijos para llenar de alegría y esperanza nuestra reunión. Una delicia para los que amamos la vida. Gracias a todos y hasta la próxima.

Sólo una espinita, tres asientos vacios de la primera fila.

Desde El Garitón, con la tranquilidad del deber cumplido, Mariví Verdú.




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