lunes, 30 de marzo de 2020

ESE SER OLVIDADIZO, por Mariví Verdú

Cuando pase este tiempo de encierro y esta ola de tristeza, seguirá luciendo el sol y llegando las lluvias, todo seguirá su curso, el río seco, los plásticos en el mar y la insidia entre los hombres. Puede que por un tiempo lo miremos todo de otra manera más piadosa, con ojos más agradecidos, recibiremos hasta el viento de terral con otra alegría. Aunque me temo que durará el tiempo que nos dure el invierno y el miedo.

El hombre, ese ser olvidadizo que también provoca leyendas, piensa más bien poco. Esta primavera que nació en el confinamiento debiera servirnos para la reflexión y el análisis crítico. Nuestra existencia en la tierra y el contacto íntimo que tenemos con ella y con nuestros semejantes debería hacernos tomar postura ante el futuro que se nos presenta. Por una vez, lo que no estaba más que en las cabezas de guionistas de ciencia ficción, ha ocurrido en realidad y ésta supera a la ficción porque la vida no es una película déjà vue, es impredecible y dura, tan horrorosa como milagrosamente bella y es nuestro codiciado presente. No tenemos otro. Nadie quiere morirse, sin embargo, tenemos que claudicar y asumir que todo es historia. Por tanto, esto que ahora vivimos también lo será.

Para cuando llegue el tiempo de suavización de los encierros, cosa que tardará y que ya nunca será definitivo, la humanidad seguirá tropezando, y no solo con el peñón de  Gibraltar, no, lo hará con la más conocida piedra del camino. Tropezar es el destino del hombre, aunque hay quien afirma que es la felicidad su destino pero sé que eso es un bulo. La felicidad está en todas las cosas, en las pequeñas más que en las grandes, y es dual como todo lo que corresponde al alma. La felicidad es una moneda. Por el reverso están la desdicha con su cara mortal, su cruz, su precio y la corona o insignificancia del ser. La otra cara nos dice el valor que le hemos dado a las cosas mundanas y la alegría que nos causan  y es de valor variable según cotización y mercado.

Los dioses van por las nubes y es por eso que andan a salvo. Cuando bajan a tierra, o se empequeñecen o se les crucifica. Oh, dioses, grandes ausentes de nombres inventados... No sé si habremos aprendido algo de este tiempo vírico, mediático, globalizado e injusto. Sí, mundo egoísta, depredador, necrófago... Me atrevería  decir que nos ha tocado el carroñeramente europeo ¿Europeo? Sí: Euro + peo, una mierda pa el más feo. Yo no hice filología pero soy mariclarilla y esto es lo que nos dicen desde el norte... A ellos solo les gusta venir aquí con buenas pagas, que seamos sus servicios, servirles y cagarse en todos nosotros luego. También quieren el fruto de nuestro campo y el calorcito de nuestro clima que les salva de morirse de frío pero luego...si te he visto, no me acuerdo. Nos prestarán dinero con altos intereses para tenernos el pie al cuello y nosotros idealizando un espacio común llamado Europa. Común es el nuestro, el de ellos bien que se cotiza a la alta y con usura.

Bueno, seguir hablando de cosas tan grandes alguien tan pequeño como yo no es mi tarea. Qué hablen los periodistas, los superdotados, los políticos y sus cuñados y cuñadas. Yo solo quería recordar a León Felipe porque, como él, también digo:

Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...

Si me quedo en el mundo me dedicaré a ver los pueblos de la provincia que, vergonzosamente, aún no conozco. Quisiera conocer también Asturias y Cantabria y lo haré si se me concediera el tiempo pero mi provincia sería lo primero, eso pueblos que aún no he tenido la oportunidad de admirar: Pujerra, Villanueva de Tapia, Alpandeire, Cartájima, Archidona, Faraján, Jiméra de Líbar, Júzcar, Montecorto y Cortes de la Frontera.

Desde El Garitón, con más flores que nunca, Mariví Verdú

Pinchando aquí podréis oír el poema en la voz de Paco Ibáñez

 Como tú, de León Felipe por Paco Ibáñez

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